Representantes de UNICEF en Argentina, autoridades del Instituto Nacional de Formación Docente y equipos técnicos de Entre Ríos, Misiones, Chaco, Chaco, Formosa, Buenos Aires, Jujuy y Paraguay sistematizaron propuestas para resolver situaciones de fracaso escolar en la escuela primaria, en un seminario que tuvo lugar en la Escuela Normal de Paraná, y que contó con el respaldo de la Comisión de Educación de la Cámara de Diputados, que preside la diputada entrerriana Blanca Osuna.

Durante cuatro días se analizaron prácticas exitosas de alfabetización inicial y se profundizaron fundamentos conceptuales como estrategia de alta prioridad e impacto para la superación del fracaso escolar en la escuela primaria, con el apoyo de la Asociación Educación para Todos y la Uader.

En ese marco, se ratificó que la repitencia no sólo tiene costos sociales, administrativos y financieros muy elevados, sino que resulta pedagógicamente ineficaz. Los casos que es expusieron tuvieron en común la revalorización de la capacidad de los docentes y su tarea en el proceso de alfabetización, así como también se destacó la importancia de confiar en los niños, en virtud de que, aún en los casos críticos de contextos de pobreza, los docentes contaron que creyeron en las capacidades de sus alumnos y ello permitió que los chicos pongan de manifiesto lo mejor de sí.

También se analizó la importancia de respetar los tiempos de cada niño entendiendo que la alfabetización inicial es un proceso largo, que no se puede ceñir a los ciclos lectivos, al tiempo que se consideró la importancia del respeto por las lenguas maternas y las culturas indígenas.

Cabe señalar que en la escuela Normal se desarrollaron paneles debate con experiencias de nutrición, alfabetización y desarrollo en Jujuy, de apoyo a los docentes del plan de alfabetización en Catamarca y de un programa para promover el lenguaje y la cognición en la educación infantil. También se analizaron iniciativas de alfabetización inicial en escuelas de modalidad aborigen de Formosa, el programa “Todos pueden aprender” de Misiones, y una experiencia de Paraguay en escuelas rurales.

Entre Ríos no estuvo ausente del debate, en virtud de que también se dieron a conocer iniciativas implementadas en esta provincia, al igual que la asistencia técnica para alfabetización inicial en Chaco y en la ciudad de Buenos Aires.

La dinámica del seminario impuso, además, trabajo en comisiones, y el desarrollo de propuestas didácticas y evaluaciones del proceso de alfabetización inicial, a lo que se sumó el análisis del problema de la selección de los libros de lectura y el cuaderno como espacio de trabajo de lectura y escritura.

Las conclusiones se sintetizaron en los siguientes conceptos:

– En todas las experiencias presentadas aparece con mucha claridad el valor de las actividades de enseñanza de los docentes. Frente a algunas ideas que toman al aprendizaje de la lectura y la escritura como algo “natural”, los casos expuestos tienen en común una muy activa tarea de las maestras en la enseñanza. Se trata de la revalorización de la capacidad de los docentes y su tarea.

– Junto a ello se coincidió en la necesidad de revisar detalladamente las secuencias de enseñanza desde una perspectiva equilibrada. Hay que profundizar la enseñanza desde el sentido de la lectura y la escritura, entendiendo que es un proceso muy complejo, que no se puede reducir a mecanismos como la copia y el deletreo.

– Se destacó la importancia de confiar en los niños, aún en los casos críticos como las escuelas que participaron ubicadas en contextos de pobreza, las maestras contaron que creyeron en las capacidades de sus alumnos y eso permite que ellos pongan de manifiesto lo mejor de sí.

– También se analizó la importancia de respetar los tiempos de cada niño entendiendo que la alfabetización inicial –o temprana- es un proceso de largo tiempo, que no se puede ceñir a los ciclos lectivos. Normalmente transcurre hasta los 8 años de edad, y durante ese período no debe ser interrumpido por prácticas como hacer repetir de grado, que sólo provoca una reiteración de situaciones que no sirvieron, pero afectando seriamente la autoestima de los alumnos.

– Se consideró además la importancia del respeto por las lenguas maternas y las culturas indígenas. Ello implica desafíos pedagógicos que merecen profundizarse, como en el caso del Paraguay que viene desarrollando una experiencia muy enriquecedora.

– En el seminario también se alertó sobre la necesidad de seguir atentamente la articulación entre el nivel inicial y el primer grado. La introducción en la alfabetización es un objetivo del nivel, pero de ninguna manera desplaza hacia ese nivel la enseñanza de la lectura y la escritura.

Cabe señalar que una de las experiencias exitosas que se debatió para su posible implementación en Entre Ríos, fue el programa que desarrolló UNICEF en Chaco, Jujuy, Misiones y Tucumán, con el fin mejorar el aprendizaje de los alumnos y disminuir los índices de repitencia.

Se trata del proyecto “Todos pueden aprender”, que se implementó en el trienio 2004-2006, en forma cooperativa con los Gobiernos provinciales, con el objetivo de mejorar el aprendizaje de los alumnos y la enseñanza de los docentes y que ha logrado una sensible disminución de los indicadores que tipifican el denominado fracaso escolar con su correlato de repitencia, sobreedad y abandono.

Cabe aclarar que cada jurisdicción puede adecuar y profundizar este programa según sus propias realidades y dinámicas, debido a que se trata de una propuesta de intervención concreta, posible y viable en las condiciones reales de contexto de nuestros sistemas educativos; sobre la base de la organización, del trabajo continuado y de la potenciación de los recursos y capacidades existentes.

La experiencia de UNICEF se realizó en un total de 94 escuelas seleccionadas tanto por sus indicadores críticos de sobreedad, como por atender a poblaciones que viven en situación de pobreza. Los resultados del trabajo en las cuatro provincias donde se desarrolló son más que alentadores. En conjunto, el proyecto involucró a 30.000 alumnos y a más de 1.200 docentes.

Algunos datos estadísticos permiten objetivar su evolución: la repitencia en el primer grado disminuyó del 14,2% al 4,3%; mientras que en promedio la repitencia para todo el primer ciclo bajó del 11,7% al 3,9%. La cantidad de alumnos con sobreedad en primer y segundo grado bajó de 5.535 en 2002 a 2.628 y la proporción de alumnos que terminan el primer grado con avances en su proceso alfabetizador pasó de 58,1% en el 2004, a 79 % en 2006.