A propósito de la habilitación judicial para que el diputado Francisco de Narváez pueda postularse a gobernador bonaerense, Jorge Sarghini, candidato a gobernador de la provincia de Buenos Aires, por la coalición de partidos que lidera Roberto Lavagna, afirmó que “la resolución de la Junta Electoral que admite que un nacido en el extranjero, hijo de extranjeros, puede postularse para gobernador bonaerense, viola en forma terminante y clara el artículo 121 inciso 1 de la Constitución provincial, que establece de manera taxativa y expresa que para ser gobernador se debe ser nacido en territorio argentino o, de ser extranjero, ser hijo de argentinos nativos”.

El diputado Sarghini agregó que “la norma es clara y el fallo será apelado, porque lo resuelto por la Junta Electoral reviste gravedad institucional manifiesta, ya que este organismo no tiene atribuciones para ejecutar un control de constitucionalidad sobre leyes y mucho menos sobre el texto de la Constitución, lo que es facultad exclusiva de los magistrados judiciales”.

Asimismo, el candidato a gobernador expresó “lo arbitrario, carente de sustento e insólito del pronunciamiento lleva a sostener que, si no es revocado, en la provincia de Buenos Aires basta con obtener la naturalización para ser gobernador; y cabe destacar que el requisito constitucional bonaerense coincide con el artículo 89 de la Constitución Nacional que determina que, para ser presidente o vice de la Nación, hay que ser argentino nativo o hijo de argentino nativo”.

Sarghini también advirtió que “esta decisión no hace más que corroborar que es parte de un proceso conjunto de preparación del terreno para generar las condiciones de una nueva violación constitucional ante la presentación del candidato del oficialismo”.

El candidato a gobernador sentenció que “mientras los discursos de la candidata presidencial del gobierno destacan permanentemente la importancia de la defensa de la institucionalidad, los bonaerenses vemos, día a día, como se viola nuestra Constitución en beneficio de aspiraciones personales e intereses electorales que alejan la realidad de una simple retórica”.

“Quiero una provincia mejor, pero siento vergüenza por el estado de algunas de sus instituciones”, concluyó Sarghini.