Un legislador porteño advierte sobre los límites difusos de la prisión preventiva y la mediación.
El legislador porteño Martín Hourest sostuvo que los bloques mayoritarios de la Legislatura porteña siguen postergando la discusión sobre aspectos fundamentales del Código Procesal Penal Juvenil de la Ciudad, aprobado en general el pasado 6 de setiembre. A su juicio, si avanzan los acuerdos entre el macrismo y el kirchnerismo, los jóvenes de entre 16 y 18 años serán juzgados por el mismo régimen Procesal Penal que alcanza a los adultos.
Hourest afirmó que esta Legislatura debe considerar como política de Estado el respeto de los pactos internacionales que resguardan los derechos de niños, niñas y adolescentes.
“La prisión preventiva no puede ser un adelanto de pena”, destacó Hourest, para quien “nadie que no ha sido condenado debe estar preso”. Agrega el legislador que “podrá aplicarse sólo en casos excepcionales (cuando exista real peligro de fuga o se impida la investigación, y en caso de delitos dolosos contra la vida o contra la integridad sexual gravemente penados), siempre que se hayan agotado todas las instancias posibles para garantizar la realización del proceso: visita diaria al juzgado, eventualmente custodia permanente domiciliaria, con posibilidad de realizar salidas laborales, supervisión estricta”.
Durante su intervención en la última sesión, el legislador Hourest informó que en el marco de la Ciudad de Buenos Aires, según un informe de las siete fiscalías nacionales, durante el primer semestre de este año se han producido 2200 ingresos, sólo se han elevado a juicio alrededor de 400 casos, y se han aplicado 31 rebeldías.
De avanzar los acuerdos entre el macrismo y el kirchnerismo, se limitarían de antemano las posibilidades de mediación, dijo Hourest, quien considera que “se debe ampliar el horizonte de soluciones alternativas al conflicto penal, antes de llegar a la reacción estatal punitiva”.
“No existen a priori delitos en los que no se pueda mediar”, agregó el legislador, para quien “las causas en las que no se puede mediar son aquellas en las que existe un ascendente irremovible del victimario sobre la víctima”.
