Hacía falta dar una lección ejemplificadora. Así lo entendieron los conductores de la Unión Cívica Radical, que venían aplicando castigos a fuerza de intervenciones distritales a lo largo y ancho del país.

Pero con el gobernador mendocino Julio Cobos, convertido en emblema de los radicales K, había que utilizar una sanción ejemplar. Y así lo resolvió la conducción partidaria, que a través del Tribunal Nacional de Etica resolvió “inhabilitarlo de por vida” para ocupar funciones o candidaturas en nombre del radicalismo.

Difícilmente vaya a dar marcha atrás en su decisión Cobos, pero la sanción es bien dura por parte del Comité Nacional, que basó su decisión en que Cobos, quien “mantiene vigente su afiliación por propia decisión”, ha “aceptado ser candidato a la segunda candidatura en importancia que tiene el país por una fuerza política diferente” y “enfrentada” al radicalismo.

A través de un comunicado, el Comité Nacional de la UCR sostiene que “la candidatura proclamada del citado como integrante de una fórmula que enfrentará a la de la UCR en las elecciones del 28 de octubre de 2007 es incompatible además, con el sistema democrático basado en la coexistencia y diferenciación de mayorías y minorías”.

Trascendió que la decisión de apurar la sanción y darla a conocer recién un día después de adoptada tiene que ver con sospechas de lo que Cobos pudiera hacer una vez llegado a la conducción del país, en este caso ubicándose en el primer escalón de la sucesión.

Es que temen los radicales que el gobernador mendocino buscara ponerse al frente del partido, argumentando la necesidad de reconstruirlo luego de una mala elección y en busca de rearmarlo en este clima de disgregación que impera en el partido centenario.

“La digitación del señor Cobos como candidato a vicepresidente de la Nación no recorre el camino que los órganos partidarios han establecido”, señala el comunicado, que añade que “este camino, que cualquier afiliado, hasta el más humilde, debe observar, se hace más patente cuando se trata de un ciudadano que ha llegado a ocupar altas investiduras. La citada conducta (de Cobos) debe hacer pasible al acusado de una severa sanción”.

El Tribunal de Etica de la UCR, está integrado por Hipólito Solari Irigoyen, Elva Roulet y Rodolfo Parente.

Además de echarlo del partido, se le impone como medida “accesoria” la “inhabilitación de por vida para ocupar funciones o candidaturas de cualquier índole en nombre de la Unión Cívica Radical”.