La renovación de la mitad de la Cámara baja será una oportunidad para el oficialismo para generar un nuevo mapa legislativo que le permita al oficialismo seguir teniendo la llave para la aprobación de los proyectos en ese cuerpo.
Todas las encuestas auguran un triunfo para el FpV, pero habrá que ver en qué medida esto se traduce en cuanto a números en ambas cámaras.
En lo que hace a Diputados, donde el Frente para la Victoria cuenta con 111 representantes, los pronósticos más optimistas le auguran al oficialismo la posibilidad de sumar entre quince y veinte diputados más a partir de diciembre. De ser así, podrían superar los 129 diputados necesarios para contar con quórum propio.
La cuestión pasa por cuántos legisladores se ponen en juego. Y los diputados que se van corresponden a la elección de 2003, que no mostró la contundencia exhibida ya en 2005. Ergo, no se arriesgan tantos legisladores, sino "apenas" 49 bancas de kirchneristas puros. A partir del 10 de diciembre se especula con la unificación de todos los bloques que responden al oficialismo: los kirchneristas y los neokirchneristas, más los radicales K, por supuesto. E incluso algunos socialistas afines al Gobierno.
En este marco, el Peronismo Federal desaparecería como bancada, integrándose al FpV/PJ con sus principales representantes que van por la reelección en la lista oficialista: José María Díaz Bancalari, Graciela Camaño y Jorge Landau.
Habrá que sumar también a radicales K de imposible incorporación al bloque radical oficial, tales como Daniel Katz, Pedro Erro y Silvia Vázquez, aunque el primero seguramente dejará su puesto a otro kirchnerista, sin asumir en la banca por cuanto irá a un ministerio de Daniel Scioli en la provincia de Buenos Aires.
Se deberá sumar también como "neo-kirchneristas" a los socialistas Jorge Rivas y Ariel Basteiro, sin descartar que ambos puedan atraer a algún otro integrante de ese partido que pueda alejarse de la bancada socialista oficial.
El futuro Cuerpo contará con ex gobernadores como Felipe Solá, Jorge Obeid y Eduardo Fellner; un ex ministro como Carlos Tomada, y ex senadoras como Vilma Ibarra y María Laura Leguizamón.
Diferente es el panorama que presenta por ejemplo la UCR, cada vez más diezmada en el Congreso. Esa bancada debe renovar nada menos que veinte escaños y sólo tendría asegurada la posibilidad de mantener poco más de cinco.
Entre los que concluyen sus mandatos figuran pesos pesados del bloque como su titular, Fernando Chironi y Miguel Angel Giubergia, quienes van por la reelección.
Los peronistas no kirchneristas están encolumnados en el Justicialismo Nacional y mayormente juegan con el lavagnismo. Son los que más arriesgan, ya que de los once diputados conque cuentan, nueve concluyen sus mandatos.
El PRO, que viene en franco crecimiento a nivel político, no verá traducida esa situación a nivel legislativo, por cuanto no hay grandes expectativas porque pueda repetir una buena performance en Capital Federal, y tampoco se espera demasiado en provincia de Buenos Aires, donde podría llegar a incorporar como diputado, por ejemplo, al doble candidato (va también como postulante presidencial) Ricardo López Murphy.