En la reciente visita del diputado Remo Carlotto al juzgado federal de Santiago del Estero, para verificar el estado de las causas sobre derechos humanos, se cruzó en los pasillos con uno de los defensores del ex senador nacional y ex gobernador Carlos Juárez, acusado de presunta culpabilidad en la desaparición de personas.

Tras el protocolar saludo, uno de ellos, José Azar, relató a sus acompañantes que él junto con Francisco Cavallotti mantuvieron una entrevista con Carlos “el Tata” Juárez, a quien le fueron a reclamar el pago de sus honorarios.

“Estamos mal, necesitamos que nos pague”, le dijeron los abogados, tras lo cual Juárez se retiró y regresó con dos bolsitas de plástico y se las entregó. Al abrirlas, los letrados descubrieron que en vez de dinero había hojas de pasionaria y tilo. “Se hacen un té antes de ir a la cama y van estar mejor”, les recomendó socarronamente Juárez, al tiempo que les enrostraba: “Yo estoy peor, soy inocente y no puedo salir de mi casa...”. Con esta lapidaria frase despidió a sus defensores, quienes se fueron silbando bajito.