Una senadora oficialista lo impulsa a través de un proyecto presentado, que busca modificar el Código Civil.
No se trata de un proyecto común y silvestre, sino de aquellos destinados a alterar la modorra legislativa en estos tiempos de receso forzado por cuestiones electorales. La cuestión es que la senadora Vilma Ibarra ya había dado muestras en otras oportunidades de iniciativas destinadas a la polémica.
Ahora acaba de presentar un proyecto de ley por el cual se modificarían varios artículos del Código Civil, dejando allanado el camino para que personas del mismo sexo puedan casarse con todos los derechos que otorga la ley.
Se trataría de una versión más profunda y extendida de la unión civil que ya rige en la ciudad de Buenos Aires.
El proyecto firmado por la senadora Vilma Ibarra, cuyo mandato vence en diciembre, pero el 28 de octubre irá por una banca en Diputados, establece que "el matrimonio tendrá los mismos requisitos y efectos, con independencia de que los contrayentes sean del mismo o de diferente sexo”.
Según los fundamentos de la norma, hay que reconocer a las personas "la libertad de elegir con quién asumir los compromisos de la convivencia en pareja, regulada en la institución jurídica y laica del matrimonio".
El proyecto busca otorgar "iguales derechos y obligaciones con independencia de que los contrayentes sean del mismo o de distinto sexo", habida cuenta de que a juicio de la autora "todos tenemos iguales derechos independientemente de nuestra elección sexual".
"Los gays y las lesbianas son un sector muy postergado en términos de derechos", sostuvo la senadora Ibarra al justificar su proyecto, puntualizando que "en algunas provincias todavía existen edictos que contemplan penas de arresto para homosexuales".
De aprobarse el proyecto, se permitirían todos los derechos vigentes para las parejas heterosexuales, fundamentalmente la adopción de niños.
De todos modos, fuentes legislativas consultadas hicieron notar que el proyecto de Vilma Ibarra no contó con acompañamiento alguno y, teniendo en cuenta el inminente vencimiento de su mandato, le auguraron un destino inicierto. ¿Por qué no habrá esperado y lo presentaba directamente en la Cámara baja el próximo año?