Los principales candidatos a vicepresidente de la Nación respondieron a un cuestionario de Parlamentario sobre el papel que cumplirán a partir del 10 de diciembre en caso de resultar electos.
El rol del vicepresidente de la Nación no necesariamente pasa por “tocar la campanita del Senado”, como tradicionalmente se suele deslizar, con ánimo peyorativo. Algunos, en efecto, han cumplido un rol desteñido; otros en cambio se han mostrado muy activos; tenemos incluso aquellos que han alterado totalmente el curso de esos gobiernos con sus actitudes y, enseguida, viene a la mente el ejemplo reciente de una renuncia que modificó el destino de todo el sistema institucional.
Como ya hiciera en otras oportunidades, Parlamentario consultó esta vez a los principales candidatos para la vicepresidencia de la Nación sobre diversos temas, cuestión de conocer el pensamiento vivo del que seguramente a partir del próximo 10 de diciembre presidirá la Cámara de Senadores de la Nación.
En efecto, el cuestionario fue tramitado con bastante antelación ante los compañeros de las fórmulas presidenciales, y respondido con una única excepción. “Previsible”, acotaron varias fuentes que ya habían anticipado la no respuesta del candidato a vicepresidente de la senadora Cristina Fernández de Kirchner. Y así el único ausente de esta encuesta es el gobernador mendocino Julio Cobos, quien al cierre de esta edición no había respondido a la requisitoria de Parlamentario, pese a la insistencia, replicando una actitud que parece ser una decisión de campaña de la fórmula electoral oficialista que se respeta, aunque también se lamenta.
Respondieron en cambio los candidatos Gerardo Morales (UNA), Rubén Giustiniani (Coalición Cívica), Héctor Maya (Frejuli), Jorge Asís (Movimiento Provincias Unidas), Esteban Bullrich (Recrear) y Angel Cadelli (Proyecto Sur). En aras del esclarecimiento del electorado de esta campaña electoral signada por la apatía, vale este aporte de Parlamentario.
- ¿Cuáles son las principales diferencias con las otras propuestas electorales?
MORALES: Lamentablemente, no hemos podido leer todavía las propuestas del resto de los candidatos porque apenas son mensajes sueltos, sólo slogans. La única fórmula que ha presentado un plan de gobierno, ha sido la de UNA con Roberto Lavagna. El plan que considera los aspectos más sensibles de la política nacional y la relación de Argentina con otros países, ha sido presentado el pasado 9 de agosto. Educación, seguridad y empleo son los pilares del proyecto.
GIUSTINIANI: Sabemos que estamos preparados para un país mejor, por eso le proponemos a la sociedad un contrato moral, institucional republicano y de distribución del ingreso y desarrollo productivo sustentable. Etica, República y distribución del ingreso son nuestros principios. Una ética entendida no sólo como lucha contra la corrupción sino como un contrato moral que comprometa a los argentinos contra las corporaciones que controlan la vida nacional, contra las matrices mafiosas que se han infiltrado en el estado y contra las prácticas clientelistas que erosionan la democracia y la justicia y quitan a los ciudadanos no sólo sus derechos sino su autonomía y dignidad. Una República entendida como garantía de poderes estatales responsables ante los ciudadanos y de una democracia sustantiva, basada en la representación y la participación y no en la delegación. Una distribución del ingreso que sea real y no sólo discursiva, que incluya el acceso a la educación, a la cultura, al empleo y a la vivienda digna y no dependa del asistencialismo clientelista sino que se base en los derechos universales de los ciudadanos y el pleno empleo de sus capacidades en el contexto de la sociedad del conocimiento y la información.
BULLRICH: Más allá de cuestiones básicas, como devolver protagonismo al Congreso, impulsando la supresión de los superpoderes y el fin del uso indiscriminado de los DNU, otra de nuestras principales propuestas es la disminución gradual de las retenciones al campo, hasta llegar a su eliminación. Lo mismo ocurrirá con el impuesto al cheque. También planteamos una reducción del costo laboral a través del descenso de las contribuciones patronales. Otro tema primordial, que en lo personal me preocupa mucho como integrante de la Comisión de Educación y especialista en el tema, es anular las desigualdades en nuestro sistema educativo. Actualmente, se invierten $450 por alumno en Buenos Aires mientras que para Santa Cruz son $4.000. Por eso es crucial la modificación de la ley de Coparticipación Federal. Nosotros nos diferenciamos en que contamos con un plan de gobierno resultado de un equipo que trabaja en conjunto desde hace tiempo. Contamos con propuestas a largo plazo porque nos interesa resolver los problemas estructurales del país, no disfrazarlos con medidas efectistas. Bregamos por el fortalecimiento de los órganos de control porque nosotros sí queremos transparencia. Y fundamentalmente porque a diferencia de aquellos que, habiendo formado parte del gobierno y ahora prometen lo que no cumplieron como funcionarios, nosotros siempre hemos trabajado en la misma dirección.
MAYA: Nuestra propuesta con Alberto Rodríguez Saá en el Frejuli es peronista. Pleno empleo, vivienda para todos e infraestructura, como camino de otras políticas de Estado: educación, y salud. Este marco genera seguridad, que será acompañada con el ejemplo desde el mismo gobierno. Hay que poner fin a la crisis generalizada y comenzar un nuevo camino en donde el principio es no resignarse, seguros que otro país es posible. Hoy el peronismo no existe en el gobierno que atropella a la Iglesia, las Fuerzas Armadas, a la sociedad con índices fraudulentos y todas las tropelías de corrupción que vemos. Debemos rescatar para el peronismo el gobierno nacional con Rodríguez Saá en la Presidencia y por ello vamos al 28 de octubre.
CADELLI: La defensa irrestricta de la propiedad social de los medios de producción que fueron privatizados en la década del ’90. Proponemos la vuelta al Estado del petróleo, la minería, el gas, los servicios públicos y la producción para la defensa, entre otras propiedades hoy enajenadas.
ASIS: Imposible responderlas con brevedad. Las diferencias son marcadas por las trayectorias de los sujetos. Resalto la garantizada capacidad de gestión de Jorge Sobisch, por su actuación comprobable en Neuquén. Simplifico características: el acento en la reconstrucción del federalismo, del concepto de autoridad, de reconciliación nacional.
- En ese contexto, ¿cómo imagina el rol que debe tener el Poder Legislativo, particularmente la Cámara de Senadores que usted tendrá a su cargo, si resulta electo?
ASIS: Un rol activo, independiente y rector. Que signe la recuperación del prestigio, visiblemente desmoronado.
GIUSTINIANI: Es imperioso que el Poder Legislativo asuma un rol fundamental en la fijación de políticas públicas y en el ejercicio de sus funciones de contralor. El Congreso debe asumir el protagonismo para la sanción de las leyes que la propia Constitución previó. Para ello proponemos diversas medidas para jerarquizar la labor legislativa, mejorar las normas de funcionamiento del Parlamento y garantizar una mejor representación de los intereses de la sociedad. En consonancia con el modelo de República participativa y deliberativa que propugnamos, consideramos imprescindible afianzar la presencia de todas las voces en el debate público -sobre todo en aquellos casos de mayor trascendencia para la ciudadanía- y los lazos entre representados y representantes.
CADELLI: Deberá cumplir con el rol federal que ha perdido.
BULLRICH: Para que el Parlamento vuelva a ser el lugar donde se debaten y dirimen las leyes me parece fundamental que la responsabilidad del vicepresidente no se agote en el Senado. Como posible vicepresidente ésta será una de mis prioridades porque actualmente la división de poderes, principio básico de la democracia, está dañada por el empleo indiscriminado de los DNU y de los superpoderes. Así es como entre el Presidente y el jefe de Gabinete manejan discrecionalmente el 15% del Presupuesto nacional, pasando por encima de los legisladores y aún peor, de la gente que estos representan.
MORALES: El Poder Legislativo debe recuperar su independencia. Ambas Cámaras legislativas tienen un rol primordial que es legislar. Es decir, la Argentina se merece tener legisladores que estudien y debatan las leyes que necesita el país. No se puede permitir más que un Presidente gobierne a tiro de decretos de necesidad y urgencia. Además, el Congreso debe recuperar su rol de control de las acciones del Poder Ejecutivo, en especial el manejo de los fondos públicos.
MAYA: Hay que respetar la independencia de poderes y no excluir al Legislativo que debe tener pleno accionar. Hoy vemos con dolor la dependencia de la Justicia en muchos casos y la ausencia del Legislativo, en el marco de un autoritarismo que repugna a los peronistas y a la gente en general.
- Desde su perspectiva, ¿cómo evalúa el papel de la Cámara de Senadores en la actual gestión?
CADELLI: Malo. Se ha vuelto una Cámara de Conservadores más que de Senadores.
GIUSTINIANI: El Congreso Nacional dista mucho de ser un ámbito de debate, limitándose a refrendar lo ya decidido por el Poder Ejecutivo de turno. Las decisiones más trascendentales para la vida pública del país son adoptadas en privado mediante acuerdos políticos, sin ningún tipo de debate riguroso. Aunque de manera imperfecta, el Congreso Nacional es el poder del Estado más representativo de todos, es el órgano diseñado para el debate y la deliberación pública. No obstante, el Congreso básicamente funciona hoy casi exclusivamente sobre la base de las iniciativas enviadas por el Poder Ejecutivo. Si a ello sumamos el abuso en el dictado de decretos de necesidad y urgencia y de delegación de atribuciones legislativas, se puede concluir que estamos ante un verdadero proceso de vaciamiento y anulación del Congreso Nacional.
BULLRICH: Al igual que la Cámara de Diputados, se vio disminuida por la situación que expliqué anteriormente. Con respecto al Senado, no hubo grandes cambios ni progresos significativos a pesar de las promesas que se hicieron. Considero que uno de los problemas fue la falta de peso político de Scioli, no supo hacer valer su condición de presidente del Senado frente a la esposa de Kirchner. Cristina, por su parte, en una grave confusión pensó que por ser la primera dama podía subordinar al presidente del Senado y cada vez que pudo lo manifestó. Esta puja, interna del kircherismo, entorpeció el papel de la Cámara alta.
ASIS: Tristísimo. Senadores funciona, en la práctica, como una segunda Cámara de Diputados, de idéntico nivel y surcada, lamentablemente, por la insigne morosidad de la parálisis y por la abulia legislativa, patológicamente inmoral.
MAYA: Parece un subproducto de la peluquería y el humor de la doctora Cristina. Francamente una ofensa al federalismo y a la política. El Senado no existe y está atemorizado por la posibilidad de la reprimenda de la esposa del Presidente.
MORALES: Si bien el Congreso ha recuperado en parte su imagen tan vapuleada después por la crisis resultante de las políticas neoliberales de la década de los 90, la Cámara de Senadores no puede quedarse en un museo o una página web. Es, sin duda, importante que la gente, los estudiantes principalmente, puedan visitar e interesarse por la arquitectura del Palacio legislativo. Es central que la información sobre el funcionamiento y los gastos en que incurre sean informados por la página web. Sin embargo, no puede suceder que haya comisiones que se reúnan una vez por año, o proyectos con dictamen de comisión que nunca lleguen al recinto. El presidente del cuerpo debe impulsar y sostener la actividad legislativa como centro de su gestión.
- Como usted sabe, Daniel Scioli le ha dado otra impronta a la presidencia de la Cámara alta. ¿Qué modificaría o profundizaría usted?
GIUSTINIANI: Creemos que es necesario, en primer lugar, avanzar hacia una mayor participación ciudadana, que convierta al Congreso de la Nación en una institución de puertas abiertas. Para ello proponemos -entre otras medidas-, la obligatoriedad de convocar a audiencias públicas frente a todo proyecto de ley que pueda afectar derechos fundamentales o de incidencia colectiva; mecanismos que estipulen la posibilidad de que los movimientos sociales y las organizaciones de la sociedad civil intervengan en el tratamiento de los temas de su interés en las reuniones de las comisiones parlamentarias; modificar sustancialmente la Ley de Iniciativa Popular, para simplificar el trámite y garantizar la efectiva discusión en el Congreso una vez presentada. Es necesario además dotar de mayor transparencia al trabajo legislativo, garantizando el control ciudadano a través de mecanismos institucionales que aseguren la posibilidad de acceder a la información legislativa y los actos de administración y gobierno. Al respecto, proponemos -entre otras medidas- establecer la publicidad de las agendas de reuniones por gestión de intereses de todos los legisladores y las autoridades legislativas; dar a publicidad el presupuesto de las Cámaras y su ejecución; crear una Oficina de Investigación del Congreso para el seguimiento de políticas públicas desarrolladas desde el Poder Ejecutivo.
BULLRICH: En los últimos 4 años la Cámara alta y en general el Congreso perdieron mucho protagonismo. En el caso del Senado, se debió en gran parte a que Scioli, como su presidente, no ha tomado un rol de defensa de la institución y ha tomado un rol más partidario. Uno al ingresar al Congreso deja de ser parte de un partido y es un representante de 186 mil ciudadanos en promedio que le van a exigir que rinda cuentas de su tarea. Modificar esta impronta partidista sería uno de los principales cambios que impulsaría.
ASIS: Una impronta signada, la del vicepresidente Scioli, a mi criterio, por la más ilustrativa frivolidad, destinada a la penetración mediática. La creencia errónea de suponerse popularmente activo por homenajear, por ejemplo, a un cantante. Para simular sin decoro la carencia del funcionamiento real. Le otorgaría a senadores mayores dosis de compromiso, de debates esclarecedores y seriedad legislativa. Le devolvería, en fin, el rol natural de cámara exponente del federalismo hoy perdido.
MORALES: El actual presidente del Senado ha impulsado exclusivamente medidas tendientes al marketing de la Cámara, sin sostener el rol que la Constitución Nacional otorga al Poder Legislativo en la división de poderes originaria de la República. Es imprescindible -insisto- devolver la independencia al Congreso, que se debatan y se formen las leyes que son necesarias para una saludable vida en comunidad, con el respeto de las minorías y las diferencias. Además, y junto a la Cámara de Diputados, se lleve adelante el control externo del sector público en sus aspectos operativos y financieros, tal como lo obliga la Carta Magna.
CADELLI: No me consta ninguna nueva impronta, ni ahora ni antes.
MAYA: Hay algún avance en la comunicación, pero la ausencia de trabajo torna inexistente la presencia del Senado en el escenario nacional. Además nadie más que el propio vicepresidente sabe lo que ha tenido que soportar del humor de la esposa del Presidente que, como senadora, marca el ritmo que se le antoja en su escala de valores, por lo cual el funcionamiento del Senado nacional está después del turno de peluquería y de maquillaje. Lo primero que hay que modificar y restablecer, es el respeto recíproco entre los senadores y el vicepresidente.
- Las encuestas de opinión, en algunas oportunidades, señalan que el Congreso de la Nación no goza de la confianza del conjunto de la sociedad, o por lo menos de quienes son consultados. ¿Comparte esas posiciones?
MORALES: Si el Congreso de la Nación y sus integrantes, los legisladores, e incluso sus trabajadores, nos comprometemos a llevar adelante las funciones que nos otorga la Constitución Nacional y para las cuales hemos sido elegidos, y lo cumplimos, y lo demostramos, sin duda la opinión pública tendrá oportunidad de confiar. Si se sigue asistiendo al triste espectáculo de una candidata a Presidente que siendo ella misma legisladora prefiere los decretos de necesidad y urgencia en lugar de las leyes, mal se podrá pretender la confianza de los ciudadanos.
GIUSTINIANI: Sí, esas percepciones se fundan en la situación que describimos anteriormente.
MAYA: Por supuesto. La gente no cree más en nada ni mucho menos en discursos, con Justicia, después de tantas desilusiones. Por esto nosotros los peronistas llevamos como candidato a Presidente a un gobernador que más que decir puede mostrar San Luis pleno de realizaciones y motivo de sana envidia de los que pasan por el lugar. Alberto Rodríguez Saá garantiza certeza y experiencia que otro país es posible y que lo de San Luis puede trasladarse al país.
BULLRICH: No se puede negar la realidad, sería absurdo de mi parte. El Congreso en particular y la clase política en general debemos hacernos cargo de este panorama y debemos entender que si la gente no confía en nosotros es porque no hemos hecho lo necesario. En vez de enojarse con la sociedad o con las encuestas debemos trabajar para revertir esto a través de hechos concretos.
ASIS: Se trata, a mi criterio, en la actualidad, del estado más intrascendentemente y calamitoso en la historia del Parlamento argentino. Convertido en una estéril oficina pública, en un salario garantizado por algunos años posiblemente renovables, donde impera la rutina de una burocracia que genera, a su vez, su propio sistema de valores. Un universo, en definitiva, de circuito cerrado.
CADELLI: Es real, casi nadie confía en el Congreso.
- Una de las leyes pendientes desde la reforma constitucional de 1994 es la Coparticipación Federal. ¿Está en sus planes impulsar su aprobación?
BULLRICH: Definitivamente. Nosotros vamos a proponer un sistema en el cual cada uno recauda lo que gasta, donde no haya un sistema de dependencia de decisiones del Presidente para tener recursos, que no haya que rendir pleitesía al que está en el Poder Ejecutivo para conseguir los recursos. Y, al mismo tiempo, haya cierta responsabilidad por parte de gobernadores e intendentes para no gastar mas de lo que reciben.
GIUSTINIANI: Sí, absolutamente. Trabajaremos para el fortalecimiento de un federalismo que redistribuya poder a las provincias y desde éstas a los municipios, a través de reglas claras y objetivas que impidan las presiones o las imposiciones de quienes distribuyen los recursos. Por ello es necesario establecer marcos claros y permanentes que terminen con el centralismo. Este acuerdo implica también la redistribución clara de responsabilidades y cumplimiento de objetivos y facultades de recaudación entre las tres entidades básicas: municipios, provincias y nación. Esto demanda necesariamente una nueva ley de Coparticipación Federal que distribuya geográficamente los beneficios del crecimiento económico.
MAYA: Además de la nueva ley de Coparticipación hay que incorporar modificación en la participación del poder central para darle más independencia a las provincias y que los gobernadores e intendentes no sean víctimas de secuestro extorsivo como ahora. No puede ser que el autoritarismo escondido en un federalismo inexistente convierta a nuestros gobernantes en mendigos o rehenes del poder nacional.
CADELLI: En nuestros planes figura una participación popular directa (plebiscitos, referéndums, etc.), que va mucho más allá. Pero la ley de Coparticipación Federal no se contrapone con esto.
MORALES: Por supuesto, ésta es una de las leyes fundamentales. Al igual que los superpoderes o la reforma del Consejo de la Magistratura, que le permite al Gobierno tener de rehenes a los jueces, no contar con una ley de Coparticipación Federal, le permite al kirchnerismo contar con delegados en cada provincia que sólo pueden gobernar según la plata que les gire el Gobierno central. Es imprescindible, y es uno de mis compromisos, impulsar el verdadero debate entre las provincias y sancionar una ley de Coparticipación Federal que invierta los términos de la actual, es decir, que la mayoría de los recursos sean manejados por las provincias.
ASIS: Lo que signifique federalismo siempre resultará prioritario.
- La mayoría de los economistas pronostica turbulencias para el año próximo, ¿comparte esa visión?
MORALES: El país tiene una oportunidad histórica que nos ha costado mucho conseguir. Sin embargo, el Gobierno ha perdido el rumbo. Junto a Roberto Lavagna, venimos, hace meses, alertando que la estabilidad de los precios se consigue con aumento de la producción, del empleo y de la inversión. Ese es el camino que urgentemente debe tomar la economía argentina, para evitar las turbulencias que se han pronosticado. Hay que parar la inflación porque el flagelo se come los salarios, las jubilaciones y también el valor del dólar. No se trata de esconder los índices reales, patotear o enfriar la economía. Se trata de tomar medidas concretas para solucionar los problemas reales de la gente.
GIUSTINIANI: Entendemos que es necesario modificar la matriz distributiva como condición necesaria para recomponer mecanismos de integración social y expectativas favorables en el entramado productivo. El problema principal para la continuidad del crecimiento económico es que sea armónico y no desequilibrado, que sea sostenido y no esporádico. Esto supone la expansión sostenida de la capacidad de consumo de los grupos más postergados de la población, y el control de la inflación que pulveriza el poder adquisitivo de los jubilados y trabajadores de ingresos fijos. Frente a este panorama entendemos que para que el crecimiento económico sea armónico y sostenido se requiere del sostenimiento de la inversión doméstica en base a la expansión del mercado interno como plataforma de acceso al mercado externo, la expansión sostenida de la capacidad de consumo de los grupos más postergados, y la promoción de una mayor demanda de empleo en la economía.
ASIS: Infortunadamente, sí.
MAYA: La realidad se puede tapar un rato. La verdad está apareciendo en esta inflación progresiva y galopante. Hay que sincerar la economía, transparentarla y hacer que como las aguas, busque su nivel normal. Rodríguez Saá afirma que sacaremos las manos de arriba de la economía, pues entre la mano y la empresa queda el hueco de la corrupción que vemos. Además la búsqueda de pleno empleo genera un círculo virtuoso que debe reemplazar a los planes de dependencia y sometimiento político. Los planes fueron soluciones de emergencia, pero no pueden ser políticas permanentes. Debemos ir a la libertad que da la dignidad del trabajo con moneda fuerte y salario fuerte.
CADELLI: No me constan tales pronósticos, pero las turbulencias existen ya.
BULLRICH: Seguramente luego de las elecciones el panorama económico cambiará. La mentira acerca de los indicadores como la inflación permitió al Gobierno evitar la indexación de la deuda pública, quedarse con US$ 4.600 millones y mantener un virtual superávit. A esto se suma el congelamiento de las tarifas y los millonarios subsidios para sostener el esquema. Pero en algún momento no van a poder mentir más, las tarifas deberán subir y vamos a sentir las consecuencias. El problema es que en vez de graduar el cambio para que el impacto sea menor en la gente, el Gobierno tomó medidas electoralistas que a largo plazo resultan más perjudiciales.