El ministro del Interior embistió contra el magistrado que avaló el expendio de bebidas alcohólicas en fiestas de egresados y prácticamente pidió públicamente que sea enjuiciado.
Aníbal Fernández se permitió pedirle a los diputados porteños que le inicien un juicio político al magistrado Vicente Cataldo, quien autorizó a un boliche de esta capital a vender alcohol a los mayores de 18 años en las fiestas de egresados.
“Es una bestialidad lo que ha sacado”, dijo sobre el juez, señalando que “estamos fritos si el bien a tutelar parece ser la rentabilidad de un negocio y no la vida de nuestros pibes".
El ministro dijo que los diputados deberían "pedir el juicio político" del magistrado, quien en agosto pasado autorizó al local Seven, en avenida La Plata al 700, a vender alcohol a los mayores de 18 años en las fiestas de egresados, luego de que apoderados del boliche alegaran que perdían dinero por la restricción.
Recordemos que la venta está encuentra prohibida por una resolución de la Subsecretaría de Control Comunal del ministerio de Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires.
Fernández adelantó que desde la cartera a su cargo realizará una presentación para apelar el fallo.
"He dado la instrucción apenas llegué al ministerio, a nuestra responsable en derecho penal, para que prepare la presentación apelando la decisión de este magistrado, si es que se lo puede llamar magistrado", puntualizó.
Además, ratificó la política antidrogas del Gobierno y señaló que “a veces agarran a un pibe con un cigarrillo de marihuana y nadie le presta atención a los que están en la calle están comerciando".
En declaraciones a Radio 10, Aníbal Fernández sostuvo que "he dado la instrucción apenas llegué al ministerio a nuestra responsable en derecho penal para que prepare la presentación apelando la decisión de este magistrado, si es que se lo puede llamar magistrado".
El ministro del Interior dijo que las fuerzas de seguridad abocadas a la lucha contra el narcotráfico no persiguen a los "perejiles" y explicó que emplea ese término para referirse al "pibe que consume, termina yendo preso y cuesta una fortuna al Estado mantener".