Tres proyectos para una nueva ley fueron presentados en la Legislatura para debatirse primero en la Comisión de Educación y luego en el recinto. Estos serán discutidos durante los primeros meses del año próximo,
Una fuerte presencia del Estado para garantizar educación de calidad para todos, la profundización del laicisismo y una intensa capacitación docente que no se limite a meros cursos con puntaje, son algunos de los ejes que legisladores y especialistas proponen para la futura ley de educación porteña.
Tres proyectos para una nueva ley fueron presentados en la Legislatura para debatirse primero en la Comisión de Educación y luego en el recinto, pero todos ellos serán discutidos durante los primeros meses del año próximo, una vez que asuma el nuevo jefe de gobierno.
Especialistas en educación y legisladores expusieron sus propuestas durante una jornada llamada "La justicia social es la educación para todos" que se realizó en el salón San Martín de la Legislatura porteña organizada por el diputado Marcelo Meis, autor de uno de los tres proyectos.
El legislador por la Coalición Cívica Enrique Olivera, autor de otro de los tres proyectos, aseguró que la futura ley deberá contemplar la actual estructura de primaria y secundaria con 13 años de escolaridad obligatoria, ya que "con esta estructura se lograron las mejores calificaciones de los alumnos".
Olivera planteó que "será indispensable que la nueva ley profundice el concepto de laicismo planteado con la ley 1.420 debido a que estamos en presencia de una fuerte crisis de valores y de sentidos en la sociedad".
"La subjetividad moderna basada en la teoría cartesiana 'pienso, luego existo' está en crisis, y debe dar paso a priorizar la relación con el semejante y a lo que son diferentes, esta es la ética a transmitir a través de la educación", recalcó el legislador.
El ex rector del Colegio Nacional Buenos Aires, Horacio Sanguinetti, aseguró que en la Argentina "existe una crisis educativa fenomenal" y remarcó que "a partir de los '90 se tomaron medidas para ahondar esa crisis por lo que es necesario una ley que no esté fijada por el Banco Mundial, como lo fue la Ley Federal".
Sanguinetti propuso que se modifique la ley de jubilación docente "porque aleja de la docencia a las mujeres a los 58 años y a los hombres a los 60, lo que priva al sistema de sus mejores hombres" y dijo que "hay que volver a la escuela como transmisora de valores".
"En la actualidad, la escuela compite contra una familia desarticulada que rompió su alianza con el sistema educativo y compite contra los medios de comunicación e internet, que privan a los alumnos de la capacidad de pensar", dijo Sanguinetti, y añadió que "hay que reconstruir la formación docente".
En este sentido propuso que los maestros "reciban una muy buena formación especialmente en los niveles iniciales, que sea gratuita y no esté limitada a realizar cursos con puntajes ya que en la actualidad un profesor que escribió libros recibe el mismo puntaje que uno que realizó un curso".
Por su parte Nélida Baigorria, ex diputada y presidenta del Plan Nacional de Alfabetización, aseguró que la crisis educativa actual "arranca desde mucho antes de la década del '90, a medida que el Estado fue abandonando su deber inalienable de educar al pueblo".
"La igualdad de oportunidades, es decir que un chico de una villa reciba la misma calidad educativa que uno de Recoleta, no se logra sin una férrea presencia del Estado ya que existen casos de padres de bajos recursos y poca instrucción que ni ellos saben qué camino educativo es el mejor para sus hijos", recalcó Baigorria.
La ex funcionaria del gobierno de Raúl Alfonsín dijo que en la ciudad de Buenos Aires "se nota como nunca el avance del sector privado sobre la educación pública" y comparó el caso del colegio Mariano Acosta con "los monumentales edificios de las escuelas y universidades privadas".
Baigorria dijo que esto pasa "por las consecuencias que trajo la Ley Federal" y aseguró que la nueva ley educativa porteña "no debe ser un remedo de la ley federal de los '90 ni de la nueva ley de educación nacional, que mantiene su mismo espíritu doctrinario".
Mónica Almada, ex directora de Educación del gobierno porteño, dijo que en la actualidad "existe un 'establishment' educativo que presiona por reformas e impulsa innumerables programas que nunca se llevan a cabo" y recalcó que "es necesario que los docentes recuperen la mística de sentirse orgullosos frente a un aula".