Miguel Lifschitz logró la reelección en Rosario por amplio margen y acompaña a Binner, ambos socialistas, en su tarea de gobernar Santa Fe. Un nombre para ir agendando
Por Agustín Alvarez Parisi
Los grandes titulares los acaparó en su momento el diputado Hermes Binner, quien se convirtió en el primer gobernador socialista de la historia argentina en la provincia de Santa Fe. Pero no fueron pocos los que advirtieron que uno de los grandes méritos del PS en esa provincia se registró en la elección de Rosario, donde el intendente Miguel Lifschitz fue reelecto con el 57% de los votos, aventajando por 25 al candidato del Gobierno, y aportándole así una cantidad de votos clave a quien a partir de diciembre gobernará la provincia.
Hoy Lifschitz ocupa el lugar que encumbró a Binner en el cargo donde hoy está, y es señalado como un dirigente a seguir, a partir de un detalle no menor: Santa Fe no tiene reelección y mientras algunos se aventuran a imaginar al gobernador electo candidateándose en 2011 para la presidencia, el intendente de Rosario es mirado como un candidato natural a sucederlo en el cargo.
Parlamentario entrevistó a Miguel Lifschitz para conocer a ese dirigente llamado a ocupar un lugar de suma importancia en el futuro político a nivel nacional.
- ¿Qué significa para el socialismo el gran desafío de tener que gobernar por primera vez una provincia como Santa Fe?
- Realmente es un desafío extraordinario. Hay que considerar que el socialismo tiene 112 años en la Argentina, es uno de los partidos más antiguos, con más historia, con más tradición, pero hay una tradición asociada fundamentalmente a la tarea parlamentaria. Todos recordamos a los grandes diputados y senadores que tuvo el socialismo en la primera mitad del siglo XX y después en la última parte del siglo pasado. A la tradición parlamentaria debemos incorporarle a partir de ganar por primera vez las elecciones en la ciudad de Rosario la capacidad de gestión. Esto de poder demostrar que no solamente se pueden tener buenas ideas, buenas prácticas, conductas transparentes en la gestión pública, sino que también hay capacidad de gestión, capacidad para gobernar en las situaciones difíciles y para enfrentar los problemas. Creo que éste es el plus que le agregó el PS de Rosario, de Santa Fe, a esta historia del socialismo en la Argentina que hoy nos posiciona no solamente como el partido de gobierno de una de las provincias más importantes de la Argentina, sino también como una fuerza que empieza a tener protagonismo nuevamente a nivel nacional.
- Usted conoce a Hermes Binner por ser su sucesor en la intendencia de Rosario. ¿Qué espera de su gobierno al frente de la provincia de Santa Fe?
- Obviamente que tenemos una gran expectativa. Con Hermes trabajamos juntos cuando él era intendente en la ciudad de Rosario, y luego efectivamente me tocó sucederlo. Conozco su capacidad, por lo que tenemos puesta una expectativa en el éxito de su gestión al frente de Santa Fe. Esto va ser muy importante, en particular para los rosarinos como para todos los santafesinos y de alguna forma va ser la carta de presentación del socialismo de ahí en adelante, si es que queremos seguir creciendo en el país. El gran desafío hoy pasa por demostrar si somos capaces de administrar y gobernar uno de los Estados más importantes de la Argentina.
- ¿Esta gestión en Santa Fe puede ser trampolín para proyectarse en otros distritos del país?
- Creo que sí, así como la gestión exitosa de la ciudad de Rosario nos permitió tener una proyección a nivel nacional y dar este salto ahora a la provincia de Santa Fe. Si continuamos por ese camino vamos a seguir avanzando. Porque creo que en el país hay una demanda de una expresión política que pueda vincular la defensa de las instituciones, la defensa del sistema democrático, la transparencia en la gestión pública, modernidad, capacidad y eficiencia a la hora de resolver los problemas A veces estas cosas que parecen tan simples son difíciles de encontrarlas todas juntas en un equipo de gobierno y eso es lo que nosotros queremos poder instalar ahora en la provincia y más adelante si las cosas nos van bien en otros ámbitos del país.
- Suponiendo que la senadora Cristina Fernández de Kirchner acceda a la Presidencia, ¿cuál sería la relación entre el socialismo y el Gobierno central?
- Creo que vamos a poder mantener la misma relación que hemos mantenido hasta ahora en el gobierno de la ciudad de Rosario: una relación de respeto mutuo, de colaboración y de cooperación. En una democracia madura creo que debemos respetarnos cada una de nuestras posiciones. Mas allá de la confrontación democrática a la hora de gobernar se necesita que sus dirigentes sean capaces de priorizar las coincidencias y los consensos y ponerse a trabajar en esa dirección, creo que no será difícil ya que lo hemos hecho. Personalmente, junto con Hermes Binner tenemos una excelente relación con el presidente Kirchner como con su esposa, la senadora Cristina Kirchner, con quien, si por el voto popular se decide que sea la nueva presidenta, no tengo ninguna duda de que vamos a poder trabajar perfectamente.
- ¿Cuál es su balance tras su primer mandato como intendente de la ciudad de Rosario?
- Estamos muy conformes por lo hecho hasta aquí y por otro lado el resultado electoral que hemos obtenido el 2 de septiembre pasado, que fue el más alto en toda la historia de las elecciones a intendente en Rosario. Por supuesto que también implica una desafío tal vez mayor porque el voto de los ciudadanos hoy es un voto exigente, no es un cheque en blanco, por lo tanto nos obliga y nos compromete a mejorar todavía más a lograr una gestión mejor y ésa es nuestra mayor responsabilidad. Fueron cuatro años con muchas obras, con muchas transformaciones de la ciudad, donde Rosario además logró instalarse y posicionarse en el ámbito nacional e internacional. Creo que la opinión pública lo interpreta así.
- ¿Qué obras quedaron pendientes para realizar en su segundo mandato?
- Vamos a priorizar tres grandes ejes de gestión en esta próxima etapa: una tiene que ver consolidar y darle de sustentabilidad en el tiempo al proceso de desarrollo económico de la ciudad y de la región, fundamentalmente en la pequeña y mediana empresa, hacer crecer el turismo y las actividades que son las que generan mayor empleo en la ciudad. En segundo lugar, profundizar las políticas sociales para poder atacar ese sector de pobreza más estructural que no se va a resolver solamente con el crecimiento de la economía y, finalmente, profundizar el proceso de transformación urbanística, la recuperación de la ribera del río, los nuevos espacios públicos y todo lo que tiene que ver con una ciudad dinámica.