Los deseos que Elisa Carrió tiene para el partido que ella fundó y luego abandonó para crear la Coalición Cívica despiertan recelos y resistencias en el Parlamento.
La Coalición Cívica anunció su intención de constituir un interbloque en el Congreso, con el fin de convertirse en primera minoría. Así, anunciaron a los cuatro vientos que contarían con un bloque homogéneo de 36 legisladores, desplazando de tal manera al radicalismo, que ocupó ese sitial desde 1983.
Sin embargo, desde Parlamentario.com se anticipó que esa no sería una alternativa tan fácil de lograr, habida cuenta de las diferentes posturas imperantes fundamentalmente en el ARI.
Se sabe, por ejemplo, que hay fuertes resistencias hacia Patricia Bullrich, quien encabezara la lista de candidatos a diputados nacionales en Capital, donde sin ir más lejos la Coalición Cívica se impuso en las elecciones del 28.
Tampoco cayeron muy bien los anuncios de la propia Elisa Carrió respecto a que el nuevo titular del bloque de Diputados será Adrián Pérez. Sucede que Eduardo Macaluse, quien hasta ahora ocupa ese cargo, es uno de los que expresa las discrepancias antedichas y, además, cuenta con el aval de buena parte de su bancada, donde no reina la obediencia debida hacia Carrió.
De hecho, el propio Macaluse hizo declaraciones por varios medios en las últimas horas. Si bien trató de mostrarse medido respecto a lo que vaya a suceder en ese partido, admitió sus quejas respecto a la falta de discusión y debate que ha habido en el interior de esa fuerza.
Admitió que nadie elevó la voz durante la campaña como para no alimentar las usinas “enemigas”, pero ahora quieren dar el debate.
Así las cosas, no son pocos los diputados que se encolumnan detrás de Macaluse y en sentido opuesto a la conformación de un gran bloque de la CC. Se pueden citar a María América González, quien ha dado sobradas muestras en los últimos tiempos de su independencia de criterios;
El problema no está sólo Emilio García Méndez, Delia Bisuti, Marta Maffei, Carlos Raimundi y Leonardo Gorbacz.
Pero los problemas no están sólo puertas adentro. También el socialismo tiene sus discrepancias en torno a la posibilidad de armar una bancada única que ellos no conducirían. Con el sabor no tan lejano de lo que les sucediera en los tiempos “post-alianza”, cuando fueron los socios principales con los que Carrió emigró de la bancada que en esos tiempos conducía Darío Alesandro, los socialistas son reacios a dar ese paso que les significaría –dicen por lo bajo- perder independencia.
Así las cosas, si el ARI teme ser fagocitado por la Coalición Cívica, ¿qué le queda al PS? Su titular a nivel nacional está de acuerdo con la idea del interbloque, pero admite que el tema debe ser debatido muy profundamente.
Es que él mismo es protagonista de una situación especial en el Senado, donde conduciría la bancada de la Coalición Cívica, a partir de ser el único que aquilata experiencia legislativa en ese ámbito. Será el jefe de un bloque de cinco senadores, cuatro de los cuales llegan este año y son precisamente de la CC.
En cambio en Diputados, la situación es bien diferente y una prueba del distanciamiento bien podría ser la ausencia de dirigentes socialistas en la presentación de los equipos técnicos de la Coalición Cívica, realizada esta semana, en la que además de Elisa Carrió, fueron protagonistas principales quienes la flanquearon: Patricia Bullrich y Adrián Pérez.