Si bien el “bloque femenino” perderá tres bancas en el Senado, aumentará de 90 a 102 en Diputados. La sumatoria las favorece. Habrá más damas en el FpV y el ARI.
La buena noticia llega por partida doble, o triple… la primera es que la Argentina tendrá por primera vez una presidenta mujer electa por el voto popular. La segunda -complementaria- es que por primera vez la líder de la oposición será una mujer. A priori, habrá que ver si esto realmente será así.
La tercera buena noticia es que las mujeres aumentarán su participación en el Congreso a partir del próximo 10 de diciembre. Entre ambas cámaras legislativas pasarán a ser 130 las integrantes del género femenino, contra las 121 que hay actualmente; es decir, incrementan en nueve sus miembros.
¿A qué se debe este aumento? ¿Tienen algo que ver en todo esto las figuras de Cristina Fernández de Kirchner y Elisa Carrió?
Sacando pecho
La diferencia viene por el lado de la Cámara de Diputados. Allí el género femenino saltó de 90 a 102 bancas. ¿Cómo se explica el fenómeno? Probablemente los liderazgos de dos mujeres hayan jugado a favor.
El Frente para la Victoria tendrá, en el período 2007-2009, 58 escaños ocupados por mujeres. Quince más que como había quedado la Cámara en la elección de 2005, donde terminaron sentadas 43 mujeres por ese espacio político.
Por el lado de la segunda fuerza de la Cámara -al menos en los primeros papeles- también se vio un aumento considerable. Si antes ocupaba ese espacio la UCR, que sólo tenía 10 bancas femeninas, ahora aparece la Coalición Cívica que cuenta con 18, sumando a las distintas fuerzas que lo componen. Seguramente, la influencia de Elisa Carrió en esto -quien siempre se mostró más proclive a juntarse con mujeres- ayudó a esta composición final.
Además de estos dos espacios políticos, la UCR tendrá siete diputadas, el PRO y Peronismo Federal 3 cada uno y 13 serán las legisladoras de otros espacios políticos incluyendo a las radicales K.
Menos madres
Como contracara a este avance en la Cámara baja, en el Senado se observa un leve retroceso, que por otro lado era esperable: había varios distritos que tenían dos o tres legisladoras que ponían en juego sus representaciones. Por ejemplo el Chaco tenía como representantes a dos hombres y una mujer, hasta que Eduardo Moro renunció para ir como candidato a vicegobernador: así asumió Alicia Mastandrea y quedaron 2 a 1 a favor de ellas. Algo similar sucedió en Capital Federal donde Gustavo Beliz renunció a su banca para ir al Ministerio de Justicia. Asumió María Laura Leguizamón y quedaron 2 a 1 a favor de ellas. O en Entre Ríos, donde Jorge Busti dejó su lugar a una mujer. O en Tierra del Fuego que en su momento vio renunciar a Mario Colazo para ir a la gobernación, dejando su banca a Liliana Capos.
Así las cosas, en estos cuatro distritos en que otrora se vieran beneficiadas las chicas por las renuncias de algunos hombres, ahora -al volver todo a la normalidad-, terminan perdiendo. De 31 pasan a 28.
En el total las mujeres avanzan. Antes representaban apenas al 35% de la Cámara de Diputados. Hoy, llegan casi al 40. En la Cámara alta, del 43% pasarán al 38,9%. Al menos hasta que otro varón renuncie para postularse a un cargo Ejecutivo: ésa es la forma -según muestra la historia reciente- que tienen las mujeres para ampliar su representación en esa Cámara.