Ambos son todavía legisladores, aunque ya prácticamente no ejercen como tales. Lucen el cambio el rótulo de “electos”, y mientras uno es mandatario provincial, la otra será presidenta de la República, nada menos.

Hablamos del socialista Hermes Binner, todavía diputado nacional por Santa Fe, y la senadora Cristina Fernández de Kirchner, quien recibió al gobernador electo en su despacho de la Casa Rosada, donde ya se ha establecido definitivamente –al menos por los próximos cuatro años-.

Binner también fue recibido por el presidente Néstor Kirchner, y con ambos habló de la aplicación de las retenciones para la exportación de carne y granos de la provincia, que afecta a los principales productores de Santa Fe.

Contaron las fuentes consultadas que Binner no fue con las manos vacías. Además de entregarle un presente a la futura mandataria nacional, concurrió con un proyecto de aplicación en la provincia del modelo de “pacto social” impulsado desde la Nación por Cristina, tendiente en este caso a instaurar una “mesa de diálogo” entre los gremios lácteos y cárnicos y los industriales de estos sectores, a fin de discutir mejoras en la producción.

Dicen que la primera dama celebró la iniciativa y destacó la necesidad de lograr a través de ella “el fortalecimiento de la cadena de valor productiva” en Santa Fe.

Fue toda una muestra del tipo de relación que el gobernador santafesino pretende mantener con relación al Gobierno nacional para el futuro.

Binner es mencionado incluso como un probable aspirante nacional en 2011. Pero para entonces, falta muchísimo tiempo.