Todos los ojos estaban puestos en él. El sucesor de Daniel Scioli en el Cuerpo, el ex gobernador mendocino Julio Cobos, se hizo cargo de la Cámara alta y como tal comenzó a dirigir las sesiones. El tiempo dirá si rompe el molde de aquellos que “sólo se ocuparon de tocar la campanita en el Senado”.

Y la primera jornada de Cobos en el recinto fue a pedir de boca, por cuanto se trató de una sesión importante -se trataron temas clave-, pero sin mayores discrepancias, polémicas o incidentes.

Todo arrancó con la toma de juramento a los reemplazantes de los senadores Alicia Kirchner y Maurice Closs, e inmediatamente después dio su primera muestra de autoridad, al pedir silencio con estridencia. Lo importante, dicen, fue que le hicieron caso.

De todos modos, los interrogantes siguen abiertos en torno al nuevo jefe de la Cámara de Senadores. Es que la cuestión no pasará sólo por cómo lo tratan sus aliados del oficialismo, sino también -y sobre todo- por cómo se lleva con los radicales. Es que ante sí tendrá al jefe de la UCR, que lo echó del partido, y a Ernesto Cobos, titular del bloque radical, quien además es su coterráneo y firme adversario.