El diputado Claudio Lozano diagnosticó el modelo sólo contiene el conflicto si crece muy rápido y al respecto advirtió que “vamos a un cuadro de desaceleración, con menores niveles de inversión y con mayor conflictividad social”. Aseguró además que de cada cien pesos nuevos que se generaron en los últimos cuatro años, 62,5 quedaron apropiados por el 30% más rico; el 40% más pobre se apropió sólo de 12 pesos, y de Martín Lousteau dijo pensar que se trata de un ministro que “es más para explicar que para hacer”.
Lozano sostuvo que la perspectiva que viene para la economía argentina para los próximos años es “de mayor complejidad que la que se vivió en los últimos cuatro años”, por cuanto las condiciones han cambiado.
El diputado adjudicó las condiciones que hicieron posible un desenvolvimiento de la economía argentina a tasas muy importantes de crecimiento, a “la disponibilidad de mano de obra barata, como fue la que teníamos a mediados de 2002, con tasas de desempleo brutales y caída de los ingresos vía devaluación”, como así también a “la existencia de infraestructura ociosa, disponibilidad energética, porque la economía estaba paralizada, y capacidad ociosa de las empresas que podían empezar a producir sin invertir”. Y enfatizó que todas esas condiciones “hoy no existen”.
En declaraciones al programa Parlamentario TV, que emite el canal Metro, destacó que “uno ya comienza a observar signos que hablan de un proceso de desaceleración de la tasa de crecimiento de la Argentina”.
“La coyuntura internacional, si bien mantiene los buenos precios de los productos que nuestro país coloca, también presenta ruidos, sobre todo en el plano financiero, y con la posibilidad de que se profundice la recesión en los Estados Unidos –destacó-. Con lo cual, me parece que el panorama a esperar es: desaceleración de la tasa de crecimiento, menores rendimientos en materia de ingresos y empleo en la economía argentina, por lo tanto mayor agudización de la conflictividad social”.
Sucede que, a juicio del diputado de Emancipación y Justicia, “el modelo argentino es profundamente desigual y sólo puede contener el conflicto si crece muy rápido. Si crece menos, los niveles de pobreza ya no se reducen, de hecho ya 2007 fue el primer año en que a pesar de que la economía siguió creciendo, la indigencia y la pobreza se mantuvieron o crecieron”.
“Más allá de los números retocados de Moreno, lo real es que la economía creció, la pobreza se mantuvo y el hambre subió, por la suba del precio de los alimentos”, dijo. En ese marco, diagnosticó que “vamos a un cuadro de desaceleración, con menores niveles de inversión y con mayor conflictividad social”.
Claudio Lozano aclaró que la conflictividad social no pasa estrictamente por el reclamo de los gremios, por cuanto aclaró que los convenios colectivos “involucran a sólo el 25% del total de los trabajadores”, mientras que el resto “tiene que ver con otras realidades: un mundo signado por la informalidad e incluso por trabajadores en blanco que no tienen convenio”.
El legislador de la CTA remarcó que “Argentina, a cinco años de haber crecido a 8% anual, que es lo que no se va a seguir dando, exhibe todavía aproximadamente 13 millones de personas en situación de pobreza, de las cuales más de la mitad son chicos”.
Al respecto, recordó que cada punto de inflación implican cien mil personas que caen bajo la línea del hambre, por lo que “el problema de la inflación hoy no es un problema de análisis de economistas sino del hambre de la gente”.
En diálogo con Parlamentario TV, Lozano dijo que al mirar el período 2004/2007 puede ver que hay crecimiento, pero advirtió que “de cada cien pesos nuevos que se generaron, 62,5 quedaron apropiados por el 30% más rico; el 40% más pobre se apropió sólo de 12 pesos. Con lo cual, que el 30% más rico se quede con el 63% de la torta, indica que si bien estamos creciendo, la desigualdad es aberrante, y por lo tanto inhibe que se pueda resolver el problema de la pobreza y el hambre”.
“Es más, la inflación lo que hace, y este es el punto, amplía la desigualdad y termina de anular el efecto positivo que el crecimiento podría tener sobre los que están más postergados”, añadió el diputado.
Respecto al desempeño del nuevo ministro de Economía, Lozano dijo percibir que “tanto en las designaciones de Felisa Miceli, como de Miguel Peirano, como de Martín Lousteau, el Gobierno hizo gala de colocar un ministro de Economía para que explique, pero no para que haga”. A su juicio, “las decisiones pasan por otro lado: por Julio De Vido, por Guillermo Moreno, pasan por quien está a cargo de la Secretaría de Agricultura, la de Hacienda, pero no son en general definiciones del ministro. Me parece que en este sentido el ministro es más para explicar que para hacer”.
“Y más bien lo que uno percibe es que el Gobierno va a mantener su política de mayor austeridad fiscal, de mayor superávit y contener la demanda sobre la base de un pacto social, en lugar de resolverla. Lo que el Gobierno debiera ocuparse de resolver los problemas en lugar de contenerlos”, concluyó.