Bien temprano se conoció la nueva decisión de la jueza Liberatori contraria a una decisión del gobierno de Mauricio Macri. Ordenaba esta vez la reincorporación de los 2.300 empleados públicos cuyos contratos no renovó el gobierno porteño.

Ante ello, al caer la tarde el jefe de Gobierno, Mauricio Macri, encabezó junto a Gabriela Michetti una conferencia de prensa en la que calificó de “disparate” la decisión judicial, tildándola además de “abuso de poder”.

El jefe de Gobierno denunció que la jueza “avanzó en competencias del Gobierno”, destacando que la transformación de la Ciudad no es “patrimonio de una persona”.

Por su parte, la vicejefa Gabriela Michetti no descartó iniciarle juicio político a la jueza Liberatori, aunque aclaró que en este momento las energías de la administración porteña “no están puestas en eso”. Sostuvo sobre el fallo de este miércoles que el mismo es “más invasivo” que los anteriores, por cuanto “definir a quién contrata o no el Poder Ejecutivo tiene que ver con las facultades del jefe de Gobierno, no de una jueza”.

A juicio de Michetti, existen “intereses particulares que están muy arraigados en la Ciudad y que hacen que el Estado no funcione en relación con los ciudadanos”.

Según pudo saberse, Mauricio Macri se reunió este miércoles con algunos de los legisladores de su agrupación política, entre ellos Oscar Moscariello, presidente del bloque PRO, y Diego Santilli, vicepresidente primero de la Legislatura, quien efectuó sondeos en las últimas horas para estudiar la posibilidad de un juicio político contra la jueza.

Macri sostuvo que si bien es “muy respetuoso” de la tarea de la justicia también debía “hablar claro cuando alguien comete abuso de poder”.

En una conferencia de prensa en la que no aceptó preguntas, dijo estar refiriéndose “a la jueza Elena Liberatori, que por tercera vez falla en contra de una decisión gubernamental sin siquiera darle al gobierno la posibilidad de la legítima defensa”.