Si bien Gerardo Morales confirmó que no tiene previsto abandonar su cargo como líder del partido a nivel nacional, los radicales K no dejan de insistir con la necesidad de una renovación dentro de las líneas del partido.

Así fue el caso del vicepresidente Julio Cobos quien considera que el acuerdo entre Roberto Lavagna y Néstor Kirchner dejó mal parado a Morales y que es momento de arrebatar el control de la estructura partidaria.

“Sería un gesto de grandeza que diera un paso al costado”, señaló Cobos en diálogo con un matutino porteño. Y reclamó el “levantamiento de todas las intervenciones, la reconfirmación de las afiliaciones y el llamado a elecciones” en busca de un representante que “esté dispuesto a dialogar y convocar a todas las partes”.

Consultado acerca del rol que cree que tendrá el radicalismo de ahora en adelante, tras una renovación de la fuerza, consideró que no será un partido opositor como lo fue durante mucho tiempo, sino “un partido que sea alternativa de gobierno dentro de un proceso de concertación”. Y resaltó que para ello es necesario “recuperar la credibilidad de la gente”.