Dio un discurso de memoria que se extendió por 75 minutos, en el que detalló los puntos en los que hará eje su gestión, que literalmente citó como una extensión de la anterior, a la que presentó como de las mejores en los últimos dos siglos. Habló de educación, desempleo y hasta inseguridad, pero no hizo referencias a la inflación, por ejemplo. En materia de relaciones exteriores, sólo se refirió al Mercosur y a las Malvinas, pero no habló del conflicto con Uruguay. Elogios para el Parlamento.
Por primera vez un presidente abrió el 126to. período de sesiones ordinarias del Parlamento argentino con un discurso no leído. Así fue el mensaje que en el mismo tono oratorio de cuando era legisladora nacional Cristina Fernández de Kirchner dio ante el Congreso de la Nación, en el que analizó no sólo el pasado reciente, sino que se remontó a los dos últimos siglos, habló de la crisis energética, la inseguridad y tuvo un amplio espacio dedicado a la educación.
Sin la presencia de su esposo y antecesor, Néstor Kirchner, la Presidenta elogió calurosamente a esa gestión, aunque sin mencionarla con nombre propio.
El discurso de la Presidenta de la Nación se inició a las 12.10 y concluyó a las 13.25, sin que durante el mismo se guiara siquiera de apuntes. Arrancó citando “un pasado volátil”, destacado que “desde el año 1900 de cada tres años uno había sido de recesión”.
Así fue que comparó las recesiones vividas por la Argentina con las experimentadas por dos vecinos importantes: Chile y Brasil. Y en la comparación, Argentina quedó peor parada.
Pero todo ha cambiado a partir de la llegada del kirchnerismo al Gobierno, a juzgar por los datos de la oradora: “Estamos por primera vez en cien años, en cinco años ininterrumpidos de crecimiento económico a tasas superiores al 4 y 5 por ciento. Si volvemos a crecer habremos completado el mayor período de crecimiento de toda nuestra historia”, resaltó.
Y abundó señalando que “hemos logrado lo más importante hecho en los últimos cien años, no es poca cosa”.
La Presidenta resaltó la administración fiscal correcta, haciendo hincapié en “el superávit fiscal producto del modelo claramente exportador”. Destacó también el “claro proceso de desendeudamiento”, citando al respecto el pago de la deuda al FMI.
Tras ello, apuntó a uno de los temas en los que más hizo hincapié: el desempleo, señalando que “pudimos llegar por primera vez en 13 años a una desocupación de un dígito”.
“Pudimos llegar por primera vez en 13 años a una desocupación de un dígito, frente a aquel 22% que deshonraba la historia de todos los argentinos”, remarcó.
Destacó que también “pudimos hacer una reducción de la pobreza y la indigencia”, pero admitió como cuestión pendiente el hecho de que “seguimos con una pobreza de dos dígitos”.
Ahí fue que planteó acordar con todos lo sectores “lo que yo defino como el acuerdo de los argentinos”. Le puso nombre: “Acuerdo del Bicentenario”.
“No hay acuerdo que no tenga objetivos y si nos propusimos hace casi cinco años dar el combate por el trabajo y llegar a una desocupación de un dígito un objetivo debería ser llegar a una pobreza de un dígito”, señaló, despertando uno de los más de cuarenta aplausos que le prodigó el auditorio.
Cristina Fernández reclamó “pensar estratégicamente a la Argentina”, y en tal sentido destacó la necesidad de “fijarnos objetivos y metas”.
Entre esos objetivos planteó “llegar a un nivel de desocupación de cinco por ciento que sería casi el pleno empleo”.
De memoria, dio permanentemente cifras y porcentajes. “Hemos generado 3.700.000 puestos de trabajo. Pero necesitamos más”, puntualizó, mencionando como “una de las metas de este acuerdo” llegar a “los 19.500.000 de puestos de trabajo”.
El acuerdo del Bicentenario cuenta con cuatro puntos básicos sobre los cuales reclamo armonía, la cual permitirá “alcanzar los objetivos y también definir cuáles son los roles de cada uno de los actores del sector público y del sector gubernamental”.
“En todo acuerdo todos tienen que poner algo”, remarcó enfáticamente.
El primer punto del Acuerdo del Bicentenario es el referido al aspecto económico, sobre el cual sugirió seguir en la política de desendeudamiento y de acumulación de reservas.
Resaltó el crecimiento de 4.000 millones de dólares en reservas, que significan “un fuerte escudo contra las crisis internacionales, que en otras oportunidades nos sacudían en forma despiadada”, dijo.
La única referencia al incremento del costo de vida la dio cuando sostuvo que se puede “sostener precios internos” de los alimentos que “permitan calidad de vida a nuestra sociedad y a nuestro pueblo y al mismo tiempo con fuertes saldos exportables”.
Además, consideró que los saldos exportables “deben ser incrementados en el valor agregado”. La Presidenta pidió que “podamos combinar en círculo virtuoso el sostenimiento y crecimiento del mercado interno con calidad de vida para los argentinos y aumento de la exportación”.
Prometió financiamiento a los sectores productivos y criticó a la banca privada, porque “se resiste” y solamente “sigue dando para el consumo y no para la producción”.
Al respecto anticipó que la próxima semana la flamante titular del Banco Nación, Mercedes Marcó del Pont –“una ex compañera de ustedes”, recordó- presentará un plan de financiamiento para pymes, micro y medianas empresas donde las tasas y el plazo puedan ser accesibles al crédito.
“Una buena tasa que inclusive podría estar subsidiada por el Estado, sino también el plazo que es otra de las características que más están aquejando al sector del crédito”, dijo.
Insistió en que “el tema del financiamiento es muy importante y exhortamos a la banca privada, que tiene altísimos niveles de rentabilidad y que está muy líquida a reorientar su cadena de créditos a la inversión productiva”.
“Este ciclo de crecimiento inédito de 5 años pueda transformarse en un ciclo de crecimiento de 10, 15 o 20 años que permita erradicar la pobreza”, expresó la mandataria.
Tras ello se refirió a otro aspecto del acuerdo del Bicentenario: el de la integración regional. En ese marco hizo especial hincapié en el déficit comercial existente con Brasil, ante lo cual reclamó “lograr un equilibrio de balanza comercial razonable a través de mayor integración y complementariedad, sobre todo en el sector automotriz, que explica el déficit de la balanza”.
“La integración tiene que ser vivida por todos los sectores que la conforman de una manera equitativa. Esa ha sido la clave de integración de la Unión Europea”, destacó Cristina, a modo de sugerencia y reproche.
Tras ello, recalcó la importancia de la incorporación de Venezuela al Mercosur, a fin de “cerrar la integración energética”. Al respecto, enfatizó que esa cercanía con la República Bolivariana “no es una cuestión de simpatías personales o amiguismos personales, sino un ejercicio de racionalidad para integrar y cerrar la ecuación energética de América Latina”, remarcó, despertando un nuevo aplauso.
En su anuncio de cifras, la Presidenta destacó el incremento durante 2007 de la generación eléctrica en un 11%, como así también un 8% la producción de gas, “lo que permitirá afrontar sin riesgos para productores e inversores nuestra producción, a lo que se suma el plan de usos energético que implica 280 megavatios más para 2008″.
El segundo capítulo del Acuerdo del Bicentenario citado tiene que ver con la infraestructura, respecto a lo cual dijo que “en pocos días más presentaremos el plan de la intervención estatal para la inversión pública en todo el territorio de la República”.
“A través de consensos, por primera vez en la República Argentina abordamos la planificación estratégica de la inversión pública en cada una de las provincias argentinas”, dijo.
Más adelante comentó que “AySA, la empresa nació a partir de una ley sancionada en este Parlamento, ha desarrollado su plan cuyo objetivo es lograr agua potable para el ciento por ciento de los argentinos”.
Tras ello, se refirió al acuerdo regional en materia energética, hablando de la creación de un grupo coordinador integrado por los ministros de Energía para la administración y el uso racional de los recursos.
Allí sobrevino uno de los reproches que hizo hacia la prensa. “Quiso instalarse que la energía era una cosa que sucedía solamente en la Argentina –se quejó-. Es un problema del mundo y de la región, y nosotros estamos en el mundo y en la región, por lo tanto debemos abordar la cuestión con seriedad y tranquilidad”.
En su crítica a los medios, recordó que hubo dos expertos que hicieron anticipos agoreros en las últimas semanas, advirtiendo que “ambos fueron responsables de los cortes en los 80, cuando el crecimiento en el país era negativo. Eran los responsables institucionales y políticos de darle energía y buena economía a los argentinos. Ni lo uno ni lo otro: mala energía y mala economía”.
Cristina se quejó porque esos comentarios no hacen bien, dijo, remarcando que “tenemos el deber de informar, no de preocupar”.
Insistió en su crítica a la prensa haciendo hincapié en un cable que no tuvo espacio en los grandes titulares. Era el que hacía referencia a declaraciones del titular de Yacimientos Petrolíferos Fiscales bolivianos, reclamando que el mantenimiento de pozos no se hiciera durante la etapa invernal, sino que se hiciera fuera de la temporada crítica, lo cual permitiría aumentar la producción de 39 a 41 millones. “Eso que apareció en cables no apareció publicado en letras de molde”, se quejó, lamentando la difusión que sí tuvo la frase de: “ni una molécula de gas para la Argentina”.
“Lo cierto es que la racionalidad y el acuerdo va a primar entre todos quienes tenemos altísimas responsabilidades en la dirección de América del Sur”, dijo, enfatizando en que “la integración es el único camino posible”.
Luego resaltó el nuevo sistema de operatividad en el sistema de ferrocarriles, destacando la ley que acaba de aprobarse en el Parlamento, que tiene que ver por un lado con la operación ferroviaria y por el otro con la infraestructura. También aludió a los trenes de alta complejidad, proyectos puestos en marcha por el kirchnerismo, respecto a lo cual criticó a quienes cuestionaron el tema.
Luego aludió al soterramiento del Ferrocarril San Martín, como uno de los planes, aunque en realidad se refería al Ferrocarril Sarmiento.
“Quiero referirme también al tercer capítulo, el del conocimiento”, dijo tras dejar de lado las referencias a las cuestiones de infraestructura, aspecto en el cual alguien que no aplaudió fue curiosamente el ministro del área, el superpoderoso Julio de Vido.
“En unos días más vamos a lanzar a través del Ministerio de Educación un plan de finalización de la escuela primaria y secundaria”, dijo la Presidenta, advirtiendo que “hay cinco millones de argentinos que no han terminado la secundaria”. En el mismo tono desarrollado a lo largo de toda su alocución, calmado, aclaró que esas cifras no eran para dramatizar, por cuanto “tenemos el más alto grado de alfabetización de Latinoamérica”.
Cristina dijo querer hablar “de lo que a mí me desvela: lograr una mejor calidad de educación”. Recordó que ya se había referido a ello en su discurso de asunción, oportunidad en la que también, como este sábado, aludió al hecho de que “siendo hija de trabajadores he podido llegar acá por el tipo de formación e instrucción que recibí, y quiero que todos los argentinos tengan esa oportunidad que tuvimos nosotros”.
Destacó que desde el año 2003 al 2007, la anterior administración puso el acento muy fuerte en la educación, resaltó la aprobación de una nueva ley de educación “que sustituyera a aquella que había recibido tan duras críticas”.
En materia de infraestructura dijo que de las 700 escuelas puestas en marcha, 450 escuelas han sido terminadas “y queremos llegar a mil”.
Fue cuando apuntó al sector docente. Recordó que del año 2003 al 2007, la variación del salario docente fue, promedio de las 24 jurisdicciones, el 168,95% de aumento. “Sin embargo tuvimos en el mismo período 1.025 días de huelga.
En el año 2003 tuvimos unos 182 días de huelga, se pagaban con bonos, el salario era de 300 pesos”, dijo.
“Se llegó en el año 2005 a tener 302 días de huelga y en el 2007 se elevó a 250 días de huelga, casi. ¿Qué quiero decir? ¿Invalidar el derecho de huelga? No, sí a encontrar mejores instrumentos para manifestarse”, aclaró.
“No hay peor educación que la que no se imparte, no hay peor día de clase que el que no se tiene y no hay peor escuela pública que la que está cerrada y no da clase. Queremos la escuela pública abierta para los hijos del pueblo”, enfatizó, despertando una nueva tanda de aplausos.
Tras ello se refirió a los acuerdos alcanzados con los colegios privados, y los subsidios otorgados por el Estado, aclarando que “todos aquellos colegios privados que reciban subsidios del Estado van a publicar en Internet su declaración jurada de cuánto reciben del Estado, de modo tal que cada padre pueda acceder a los costos”.
Se refirió una vez más al Parlamento cuando se refirió a las veces en que determinados medios hacen hincapié en cuanto gana un legislador y cuántos asesores tienen. “Es muy bueno que todos los ciudadanos sepan esas cosas”, admitió, pero aclaró que “también es bueno, por la transparencia del mercado, que los usuarios y consumidores tengan el conocimiento de cómo se compone la cadena de valor”.
“La transparencia es para todos: para el Estado y para el mercado; para lo público y lo privado”, enfatizó.
Adelantó la implementación de una nueva ley de Educación Superior, y la necesidad de reformular el concepto de autonomía universitaria en la República Argentina.
“Tenemos que articular lo académico con lo económico, porque si ponemos conocimiento a este proceso productivo, lo vamos a multiplicar”, dijo.
Señaló que “quienes tuvimos la suerte de poder asistir a una universidad, de haber obtenido un título sin haber pagado un solo peso por ello estamos siendo sostenidos por muchos que tal vez no terminen ni siquiera su escuela primaria. Es por ello que todos los universitarios debemos hacer el gran esfuerzo de entender la necesidad de esta reformulación”.
Resaltó el valor del conocimiento al mencionar que “no es casualidad que en toda la historia de la humanidad es la primera vez que un hombre es el más rico del mundo no porque se quedó con algo del otro, no porque tiene el petróleo, las riquezas, sino porque tenía cabeza, ideas y conocimiento”.
En ese marcó, llamó a “devolver generación de riqueza a través del reconocimiento”.
Luego habló del tema salud, en cuyo marco pidió que lo público no compita con lo privado.
Comentó que la ministra de Salud va a anunciar en los próximos días dos planes. Un programa nacional de cardiopatías congénitas infantiles; y un plan de capacitación de recursos humanos, fundamentalmente en enfermería.
“Tengo gran confianza en Graciela (Ocaña), porque es una gran trabajadora, porque tiene un gran compromiso”, elogió Cristina, mientras la aludida ministra derramaba algunas lágrimas de emoción.
“Tenemos generaciones de chicos que nunca han visto trabajar a sus padres”, dijo luego la Presidenta, recordando que en el pasado “todos veíamos en algún momento del día a nuestro padre y en algunos casos, como el mío, también a nuestra madre ir a trabajar (…) Veíamos una vida de orden, horario, de cumplimiento –señaló-. Hay aproximadamente dos generaciones de argentinos que no han visto trabajar a sus padres”.
Criticó esa situación por cuando se han producido lo que definió como “procesos de desocialización”. Para ello, anunció la implementación de un plan de abordaje integral, que en una primera etapa va a comprender a 266 localidades rurales.
Asimismo sugirió la necesidad de vincular a la escuela con la salud: plan de sanidad escolar.
Pero entre tantos acuerdos, aclaró que “hay algo donde no puede haber acuerdo. Solamente puede haber cumplimiento de la ley y justicia”.
En ese marco, volvió a demandar a la justicia la finalización del juzgamiento de quienes cometieron delitos de lesa humanidad durante la dictadura. “Pero también quiero hablar de la inseguridad”, dijo, por cuanto ambas cosas “tienen una conexidad”.
Parangonó las zonas liberadas que hoy se utilizan para robar o vender paco, con las que se hacían en la época de la dictadura. Así las cosas, dijo que unas zonas eran para delitos de lesa humanidad y otras para delitos comunes, “pero ambos contribuyendo a crear la inseguridad”.
De no entenderlo, “estaríamos cayendo en una trampa mortal”, dijo, advirtiendo que “la solución tiene que ser sistémica: no puede haber leyes para delitos de lesa humanidad, y leyes para los delitos comunes. La ley debe ser igual para todos”.
Anticipó también el envío al Parlamento argentino de una ley para ampliar la recompensa para delitos de narcotráfico, para delitos de lesa humanidad. También mandará un proyecto para que haya “instrumentos de oralidad” en la Justicia para acelerar procesos.
“Esta Corte tiene instrumentos para poder tener un mejor servicio de Justicia”, agregó.
Reclamó también un fuerte compromiso de las fuerzas de seguridad: “son las que tenemos que lograr que combatan mejor el delito”, dijo.
“Volver a una sociedad de premios y castigos. Es imprescindible para reconstruir la confianza sobre estas cuestiones que estoy enumerando”, dijo.
A continuación se refirió al reclamo permanente que tenemos sobre nuestras islas Malvinas. Al respecto, agregó al “fuerte reclamo ante esa vergüenza que significa en pleno siglo XXI el enclave colonial”, un pedido para que “Inglaterra permita a los familiares y deudos poder ir en avión a las islas para la inauguración del monumento que ellos mismos, con ayuda privada, han construido. Es lo único que estamos pidiéndole al Reino Unido”, dijo elevando la voz.
Por último, le dijo a quienes se refirió como sus “antiguos ex compañeros de bancada” que “como siempre en estos casi tres meses de gestión he puesto de mí lo mejor, tengo plena confianza no sólo en el futuro, sino en el presente, porque vislumbro que la sociedad está cambiando”.
Esta sociedad “ha comenzado a avizorar que es posible construir un país mejor y que todos tenemos un grado de responsabilidad en la gestión. Este Parlamento tiene también un compromiso en ese acuerdo. Cada una de las iniciativas vamos a debatirlas y discutirlas”, dijo, en tono contemporizador, aludiendo tras ello al reconocimiento por parte del Ejecutivo a cuando se equivocaron mandando un proyecto al Senado y debieron retirarlo para que ingresara, como era debido, por la Cámara baja.
