Sobre el conflicto entre Colombia, Venezuela, Ecuador, el sector político más cercano a la izquierda argentina, el ARI 8+, expuso su visión.

“Se enmarca en una estrategia de desestabilización vinculada con los objetivos de depredación de nuestros recursos naturales por parte de la actual administración republicana de los EEUU, con la cual el presidente Álvaro Uribe se encuentra absolutamente alineado”, afirmó.

Para el titular del bloque ARI Autónomo, Eduardo Macaluse, consideró que “la grave tensión generada entre los Gobiernos de Colombia, Ecuador y Venezuela excede largamente el conflicto entre dos presidentes”.

“La violación de la soberanía territorial y el espacio aéreo del país hermano del Ecuador –como de cualquier otro país soberano- resulta inadmisible desde todo punto de vista y merece una enérgica, inmediata e incondicional condena de parte de todos los pueblos de América Latina”, aseveró el diputado.

“La guerra y la muerte serían totalmente funcionales a los objetivos de los núcleos de poder que acompañan al presidente (Geroge) Bush, tal como lo han demostrado en otras regiones del mundo, que muestran un correlato lineal entre reservas de recursos y bases militares”, disparó Macaluse.

En el mismo sentido, el legislador agregó que “América Latina es rica en recursos naturales, agua potable, biodiversidad, y no padece, objetivamente, la incertezas, que en este aspecto, amenazan a otras partes del planeta. En momentos en que algunos países de la región han iniciado un proceso de resistencia a la depredación de sus recursos y de recuperación soberana de la renta que éstos generan, es justamente aquel afán por la conquista y el dominio de esos recursos naturales lo que se persigue con este intento de desestabilización”.

“Sin perjuicio de considerar condenables los métodos utilizados por la guerrilla colombiana, las partes habían iniciado un proceso de negociación humanitaria que estaban encarando con éxito varios países de la región. Ese proceso fue brutalmente interrumpido por la operación militar de los EEUU, perpetrada a través del ejército colombiano y por lo tanto es allí donde se encuentra el origen de las recientes amenazas a la paz en América Latina”, comentó Macaluse, quien agregó que “urge en consecuencia un involucramiento conjunto de las democracias de América Latina en pos de encontrar canales de racionalidad y cuotas de prudencia que resguarden la estabilidad regional, en el marco de la paz, el desarrollo social y la preservación y reapropiación soberana de los recursos por partes de los pueblos de la región”.

En particular, planteó Macaluse, “el gobierno deberá tomar la pacificación de la región como política de estado. Por lo tanto deberá consultar a los representantes de todas las expresiones parlamentarias antes de tomar decisiones que comprometan al país”.