La diputada de la Coalición Cívica Fernanda Gil Lozano lleva adelante la lucha por la red de trata de personas a través del trabajo conjunto con movimientos de mujeres. Parlamentario entrevistó a la legisladora, quien cuestiona varios puntos del proyecto del Ejecutivo sobre el tema.
Por Julio El Alí
- Se renueva el debate sobre el proyecto para reformar la ley de Trata de Personas...
- La Cámara de Diputados tiene muchísimos proyectos sobre trata de personas y no solamente existe la iniciativa que viene del Senado, y esto vale como primera aclaración.
- En la última reunión de la Comisión de Legislación Penal de Diputados se cuestionó mucho ese proyecto...
- Sí, pero nos pusimos de acuerdo en rechazar la iniciativa que viene del Senado porque el trabajo que se viene haciendo en esta cámara es muy importante y no puede ser descartado.
- ¿Por qué se opone a ese texto?
- Básicamente es una iniciativa a la cual se puede superar fácilmente porque tiene muchos puntos débiles.
- ¿En qué sentido se puede mejorar?
- Hay que tener claro que el bien jurídico que se va a proteger es la mismísima persona. En cambio, sólo hacer una ley para adaptar la legislación nacional con el Protocolo de Palermo es proteger el Estado Nación. Nosotros decimos que no sólo hay que proteger al Estado, sino también a las víctimas de las redes de trata.
- ¿Hay una confusión con la definición de trata?
- Existen distintas aristas que definen a la trata de una forma equivocada y fuera de la realidad. La trata no puede ser diferenciada por mayores o menores de 18 años. La trata es un delito y tiene que ser definido como un delito en sí, pero a su vez tiene una finalidad delictiva. Es decir, si a una persona la trasladás de un lugar a otro con el fin de un acto delictivo como sería la explotación sexual ajena, matrimonio esclavo, trabajo forzado o trafico de órganos, estás cometiendo un delito con el objetivo de cometer otro delito aún más grave.
- ¿El Ejecutivo también se confunde?
- Claro que sí. Con esa diferenciación que hace por mayoría de edad está mal y no tiene nada que ver con la trata, porque el delito es uno solo y, en el caso de ser un menor, sería un agravante pero no es distinto. Otro tema en el que se equivoca -y hasta las Naciones Unidas se lo criticó al Protocolo de Palermo-, es sobre la definición de trata, ya que al incluir muchos conceptos como el engaño, lo que provoca es complicaciones al fiscal que interviene en una causa por trata, porque la víctima tiene que probar que fue engañada y, en realidad, esto no tiene nada que ver. Sólo pone trabas a la Justicia, porque no importa si fue engañada o no, ya que el fin era delictual.
- Entonces, ¿qué modificaría del proyecto del Ejecutivo?
- Hay que redefinir el concepto de trata. Sacar la diferenciación de edad y si la persona consintió o no. No importa si fue engañada o actuó conciente, porque aparecen los vicios del consentimiento, donde la misma ley deja la puerta abierta para que los tratantes obliguen a sus victimas a decir que no fueron engañadas. Pero muchas de estas mujeres son obligadas a estar en un prostíbulo durante 24 horas.
- Algunos alegan que se les está prohibiendo ejercer la prostitución como un trabajo.
- Esa es otra discusión. Si la prostitución es un trabajo o no, es otro tema. Pero en la trata el tema del consentimiento es un mero detalle.
- También hay una diferencia por la pena al proxeneta.
- El proyecto del Ejecutivo plantea que la pena para un proxeneta es de tres años, por lo que es excarcelable. En cambio, tendría que ser de cinco años, porque una persona acusada de proxeneta no puede ser excarcelable.
- Dar más de 3 años no sería estar prejuzgando como culpable...
- No. En este tipo de delito no puede ser excarcelable porque las víctimas y sus familias son amenazadas. No hay inocencia en un proxeneta al explotar sexualmente a una mujer.
- ¿Qué otro aspecto encuentra distorsionado en el proyecto?
- Nosotros proponemos crear una secretaría que sea la encargada de llevar todas las investigaciones y los programas para combatir la trata. Lo queremos por ley como el INADI, porque sino se corre el riesgo de que se vaya un gobierno y el programa caiga.
- ¿Las investigaciones las haría la Policía?
- No, claramente no, porque es evidente que la Policía todavía no encontró a nadie.
- ¿Usted vincula a la Policía en la trata de personas?
- No hay dudas de que tiene relación. Por eso esta ley es tan resistida, porque toca los intereses de remiseros, hoteles, agencias de viaje, poder político, intendentes del conurbano y de otras provincias, policías, comisarios, jueces, asistentes sociales... Vamos a tocar a todos. Por eso quieren embarrar la cancha a la hora de la discusión de este tema, porque hay mucho dinero.
- ¿Hay complicidad política?
- Sin dudas que hay complicidad política
- ¿Se combate a la trata de personas?
- No se combate.
- ¿Cree que hay una ausencia del Estado?
- Nadie nos apoya en la lucha contra la trata porque estamos tocando muchos intereses y muchas veces se quiere sacar una ley que sea un maquillaje para decir que nos estamos ocupando de esto, pero en realidad nada cambia.
- Vilma Ibarra sostiene el proyecto del Ejecutivo.
- La ex senadora, ahora diputada Vilma Ibarra tendrá sus razones, pero no viene de un movimiento de mujeres ni está comprometida con la causa. Ella es una política a la que todo el tema de las mujeres se le escapa y le pasa lo que a muchas mujeres políticas, que por ser políticas se creen que entienden las problemáticas y esto no es así. Ibarra confunde trata con prostitución y aquí ocurren los problemas.
- ¿La trata de personas es solamente prostitución?
- No. La trata involucra a mujeres y niños en un 90% para la prostitución, pero también se incluye a los trabajadores que son explotados y obligados a vivir en el mismo lugar, como hemos visto en los talleres textiles clandestinos. Pero no podemos olvidar, que el comercio de la explotación sexual es el negocio más redituable en el mundo actualmente, superando al narcotráfico. Por lo tanto, la trata es un fenómeno que puede ser utilizado para cometer varios delitos.
- ¿Está creciendo la trata?
- Sí, por lo que necesitamos urgente actualizar la ley actual de trata.
- ¿Quién puede ser víctima de la trata?
- Todos. La trata no discrimina por clase social.
- ¿Cómo definiría a la actual norma?
- La ley actual arrastra los vicios de mayor y menor de 18 años, y el proyecto del Ejecutivo no supera eso. Por lo que lucharemos para sacar la mejor norma.
- ¿Hay voluntad política?
- Todos tenemos la voluntad de acabar con la trata de personas. Tanto los senadores y diputados que apoyaron el proyecto del Ejecutivo como quienes lo cuestionamos. Si bien va a ser a matar o morir, la lucha se da con mucha preocupación por el aumento de la trata en la Argentina.
- ¿Van a dejar las diferencias políticas?
- Estoy convencida de que dejaremos de lado las diferencias por una mejor ley antitrata. Aparte, no le estamos pidiendo nada raro a un gobierno que se jacta de ser defensor de los Derechos Humanos. Estamos solicitando una norma para combatir un delito que viola los derechos de las personas.
- Si se aprueba un nuevo proyecto en Diputados, ¿qué puede ocurrir en el Senado?
- Esperemos que lo sancionen, pero las cámaras altas en el mundo son conservadoras, cerradas, donde el calor popular se aparta. Pero yo les voy a explicar cual es la problemática.
- Por último, ¿usted es feminista?
- Sí, soy feminista.