La gestión del jefe de Gobierno, su espacio y participación parlamentaria fueron algunos de los temas abordados por Patricia Walsh.
La pasión y firmeza que acompañan cada una de sus manifestaciones, son muestras elocuentes de una profunda convicción, característica innata en Patricia Walsh. Ahora legisladora porteña y antes diputada nacional, logró que el Congreso de la Nación sancionara un proyecto de ley de su autoría que derogó las normas de Punto Final y Obediencia Debida. Hoy conforma un bloque unipersonal en el Parlamento porteño denominado Nueva Izquierda, asumió el 10 de diciembre último y ante Parlamentario, esbozó sus primeras críticas hacia Mauricio Macri, también sobre la técnica legislativa utilizada en el recinto y tuvo párrafos hacia los diversos espacios políticos que actúan en la Legislatura.
“Ser una minoría política o inclusive, ser legisladora de izquierda, ocupar una banca y, más aún, conformar un bloque unipersonal, es una situación a la que hay que pelearla”, sostuvo ante Parlamentario, consciente de que el reto no será fácil.
Y explicó porqué: “Soy muy trabajadora, mi producción legislativa en el Congreso nacional ha sido muy activa; presenté más de 400 proyectos”.
“Es cierto, no porque sean muchos deben ser buenos, pero creo que mi labor parlamentaria cualitativamente ha sido buena”, resumió, explayándose en algo que la enorgullece: “Fui la autora del proyecto que establecía la derogación de las leyes de Punto Final y Obediencia Debida, que fue convertido en ley. Parecía imposible que desde un bloque unipersonal y de izquierda se haya podido impulsar ese proyecto con tanta repercusión. Antes de su sanción, muchos sectores me planteaban que mi iniciativa era imposible que prosperara. Pero se pudo”, expresó satisfecha.
“Fue un triunfo político, pero no personal; fue un enorme triunfo colectivo, y casi como que me impuse no hablar en primera persona. Durante mucho tiempo no hablé del tema en primera persona”, aclaró con énfasis.
A Patricia Walsh las mayorías no la amilanan: “No porque sea pequeño o unipersonal más precisamente, el bloque de Nueva Izquierda debe verse impedido de legislar; mucho depende de las ideas, la temática, y si esa temática tiene un acompañamiento popular, ese diputado no estará sólo; aunque pueda venir solo a la banca o al recinto. Y más aún, si ese apoyo se expresa con presencia física la correlación de fuerzas cambia totalmente”.
Firme en sus convicciones, sabe que la tarea no resultará fácil. “No me desilusiono porque mis proyectos no puedan avanzar -señaló-. Mi primera experiencia en la Legislatura ha sido enormemente positiva: logramos que se aprobaran dos pedidos de informes presentados por nuestro bloque”. Esas presentaciones obedecieron a las obras que debieron haberse realizado por el incendio en la villa El Cartón y el otro tenía que ver con el scoring.
Recordemos que Walsh votó en contra de la ley, por considerar que “no se sabe quien controla el tránsito, porque aun no se sabe si la Ciudad tiene Policía o no, es tal el lío que hay en relación con este tema que es imposible su implementación”, dijo al justificar su voto negativo. A su juicio, “el proyecto era malo y mala la metodología. Era como construir una casa empezando por el techo, cuando todos sabemos que eso es imposible”.
Desde ya, sus críticas también apuntan a la práctica legislativa. “La metodología que se usa no es la correcta”, señaló, porque a su juicio “no podemos constituir el Cuerpo en comisión para que haga el trabajo de comisiones, los proyectos deben pasar por ese ámbito, donde hay un tiempo para su discusión”. Pero cree encontrar las razones para la celeridad: “las necesidades políticas confunden el acto de legislar con una campaña publicitaria... Como la población está muy sensibilizada, no se tiene responsabilidad política”, dijo en referencia a la sanción de la ley que implementa el otorgamiento de las licencias de conducir con puntaje.
“El macrismo quiere legislar de prepo, aun con proyectos que adolecen de graves errores”, acusó la diputada porteña, que fue más allá, señalando “cuando verbalmente quieren introducir modificaciones a un proyecto de ley, eso es inadmisible”.
Para Walsh, eso obedece a “las urgencias del jefe de Gobierno, que promete celeridad, gestión, dar respuesta inmediata a los reclamos de los vecinos, entonces se presiona tanto, y si falta capacidad legislativa y maduración de los proyectos, se termina llevando a votar cosas que están mal planteadas”.
Consultada sobre la composición del cuerpo legislativo, Walsh señaló que “hay una dificultad importante para saber quien es oficialista y quien opositor. Hubo oportunidades en las que todos formaban un solo gran bloque. Actúan en consonancia, oportunidades en los que dan quórum pero votan en contra. ¿Porqué dar quórum, si están en contra, si no hacerlo es una herramienta legislativa válida?”.
“Mi crítica es que no hay que engañar a los vecinos -apuntó-. Que quede claro, se es oficialista u opositor. Si los bloques minoritarios que conforman el Cuerpo, como el FpV, el ibarrismo y el telermanismo, realmente hubieran sido oposición, Macri no podría contar con las normas que ha logrado. Están mintiendo a los vecinos”.
A continuación, sostuvo que “la experiencia que uno tiene le permite entrever que hay un intercambio de favores políticos entre unos y otros, que hace que en realidad cogobiernen”.
Walsh tuvo algunos párrafos también para el jefe de Gobierno, su exposición y campaña mediática. “Macri tiene algunos puntos en común con el proceso menemista”, comparó, respecto a la utilización por parte del líder del PRO de enunciados que a su juicio más tendrían que ver con una campaña publicitaria que con la gestión de Gobierno.
“Tener más líneas de subtes, es naturalmente seductor, quién no puede estar de acuerdo con eso. Uno puede hacer campaña con ello y la gente creer en mejores ilusiones”, señaló, exculpando a los votantes. Sí en cambio echa culpas “a los mentirosos”.
“Construir subtes con endeudamiento es una estafa a la buena voluntad del vecino -remarcó-. Macri, desde el punto de vista político, es mentiroso, es un vendedor de ilusiones”, destacó, y para dejar más claros sus conceptos añadió que el jefe de Gobierno “sostiene un discurso bueno, humanitario, contenedor , comprensivo, lindo... pero uno ve como trató a los cartoneros en Belgrano y esa es la verdad; con el aumento del ABL, las patentes, los despidos, los contratos basuras, esa es la verdad”.
Por último y respecto a la reformulación de algunos ámbitos del gobierno porteño, Walsh, cree que “los proyectos que vienen apurados y que significan desguazar el Estado y conducirlo a la tercerización e incluso a la privatización”, apuntan a achicar el aparato estatal, sostuvo convencida.