El ahora ex jefe de la AFIP contaba con estabilidad jurídica por ley. La Presidenta decidió prescindir de ambos funcionarios por la pelea que mantenían desde hace semanas, que ya había desembocado a los medios.
Alberto Abad fue "renunciado" junto a su rival, el titular de la Aduana, Ricardo Echegaray, en el marco de la dura pulseada que venían manteniendo y que habían erizado el ánimo de la Presidenta de la Nación, quien finalmente optó por una salomónica decisión.
"El o yo", había clamado el titular de la AFIP. Pero como esa disyuntiva se había filtrado a los medios, los ánimos no eran los mejores en la Casa Rosada, donde Alberto Abad intentaba hacer pesar su buen diálogo con la Presidenta, su mejor imagen ante propios, y su permanencia en el cargo por ley.
En la otra vereda, Ricardo Echegaray pretendía hacer valer su línea directa con Néstor Kirchner, basada en su condición de pingüino nato.
A la postre, el Gobierno no toleró ninguna de las dos posturas y los borró de un plumazo.
Alberto Abad, quien estaba en el cargo desde 2002, en tiempos de Eduardo Duhalde, era el primer administrador nacional de ingresos públicos con estabilidad jurídica. Según la ley, su actual mandato concluía el próximo 10 de diciembre.
El jefe de Gabinete Alberto Fernández anunció que se les aceptó las renuncias a ambos y que Carlos Rafael Fernández, ex ministro de Economía bonaerense y actual secretario de Evaluación Presupuestaria de la Jefatura de Gabinete, será quien ocupe el lugar de Abad.
El jefe de Gabinete no precisó quién se desempeñará al frente de la Aduana en reemplazo de Echegaray.