Por Pablo Ventura Zancada
En 1945, Argentina estableció el 19 de abril como el Día del Indio Americano.
Más de seis décadas han pasado pero el hambre, la desnutrición y el
despojo de sus tierras y recursos aún continúan.
Una celebración que nos debe mover al compromiso,
más que a la nostalgia y la resignación
¿Por qué el 19 de Abril se celebra el Día del Indio Americano?
Con el objeto de salvaguardar y perpetuar las culturas aborígenes de todo el Continente Americano, el 19 de abril de 1940 se realizó en Pátzcuaro, México, el Primer Congreso Indigenista Interamericano.
En el mismo participaron indígenas representantes de poblaciones autóctonas que presentaron su situación social, económica y cultural.
Este Congreso produjo un documento que creó el Instituto Indigenista Interamericano, con sede en México y dependiente de la OEA (Organización de Estados Americanos).
Para recordar a quienes habitan desde siempre este territorio, desde entonces se celebra en esta fecha el DIA DEL INDIO AMERICANO.
En el año 1945, mediante el decreto del Poder Ejecutivo Nacional Nº 7550, nuestro país adhirió al documento de Pátzcuaro e instituyó esta celebración.
Desde entonces, las comunidades indígenas claman por no ser reconocidos como un monumento al pasado, sino como actores de un presente fuerte, como una vida proyectada al futuro a pesar de las dificultades y la realidad de muerte que vivieron y que viven desde hace más de quinientos años.
Argentina y los Pueblos Indígenas
A pesar que en 1945 el Poder Ejecutivo estableció la celebración del Día del Indio la relación del Estado Nacional con los indígenas continuó siendo paternalista, considerando al indio como sujeto pasivo y careciente de cultura al que había que proteger, reducir y civilizar.
El meduloso trabajo de investigación sobre ‘El tratamiento de la cuestión indígena’’, publicado por el Congreso de la Nación, denomina a este periodo como ‘Etapa de búsqueda de una política de integración’’.
Con el advenimiento de la democracia, operado el 10 de diciembre de 1983, se inaugura una etapa distinta de relacionamiento del Estado Nacional con los Pueblos Indígenas. Este nuevo período, que el trabajo anteriormente citado denomina ‘Etapa de revalorización de la cultura indígena’’, podemos decir que da sus primeros frutos en 1985, con la sanción de la Ley 23.302 de Política indígena y apoyo a las comunidades aborígenes.
Pero es en 1994 cuando esta nueva etapa de relacionamiento con los Pueblos Indígenas tiene su punto culminante. La incorporación de los derechos indígenas en la reforma de la Constitución Nacional operada ese año tuvo una especial significación ya que, por primera vez en la historia, la clase política argentina consideró a los indígenas como sujetos de derechos colectivos, escuchando y respetando su pensamiento que el 11 de agosto de ese año sería plasmado por los Constituyentes en el inciso 17º, del artículo 75º de nuestra Carta Magna.
La comunidad internacional y los Pueblos Indígenas
Además de la OEA, las Naciones Unidas a través de su Organización Internacional del Trabajo (OIT), se ha preocupado por los derechos de los indígenas en general y por sus derechos laborales en particular. Para la defensa de esos derechos, en la década del cincuenta aprobó el Convenio 107 y el Convenio 169 en 1989.
Pero un paso mucho mas importante se ha dado en septiembre pasado cuando la Asamblea General aprueba la ‘Declaración de las Naciones Unidas sobre los derechos de los pueblos indígenas’’.
A lo largo de sus cuarenta y seis artículos, este instrumento internacional, entre otras cosas, establece con claridad derechos tales como: la libre determinación, la autonomía en sus asuntos internos y locales, a su identidad como indígenas, a su participación en los temas que los afectan y a sus territorios y recursos.
Lo que va de ayer a hoy
Como podemos ver, desde el establecimiento del Día del Indio Americano a hoy día, mucha agua ha pasado debajo del puente.
Mucho se ha legislado a nivel nacional e internacional sobre los derechos de los pueblos originarios pero, sin embargo, nos encontramos hoy en los medios de comunicación con imágenes desgarradoras de niños desnutridos y ancianos macilentos. No es que antes no haya existido esta triste realidad sino que hoy, vaya a saber por que, por un breve tiempo han sido noticia en los diarios y televisión de Buenos Aires.
En mi recorrida por la cuña boscosa del norte santafesino, por el Chaco o por Misiones, por doquier me encuentro con estas imágenes y con numerosos testimonios de comunidades que se han visto despojadas de sus tierras y sus recursos para la subsistencia.
Sin embargo también me encuentro con realidades alentadoras, como la reciente noticia de que la comunidad Guaraní de Río Blanco Banda Sur ha sido escuchada por la justicia, haciendo lugar a su pedido para recobrar la posesión de cincuenta y dos hectáreas de tierra de la que habían sido despojadas por el ingenio azucarero San Martín del Tabacal, en la Provincia de Salta.
Mucho camino queda por recorrer para que el Estado Nacional implemente políticas activas respetuosas de los derechos individuales y colectivos de estas comunidades originarias.
En los umbrales del Bicentenario de la Revolución de Mayo, resulta impostergable la hora de transitar decididamente dicho camino.
Zancada es diputado nacional del socialismo santafesino
