La Legislatura de la Ciudad de Buenos Aires pidió al Ejecutivo porteño que incluya en el proyecto que contiene el Plan de Equipamiento Hospitalario la compra de al menos un resonador magnético abierto y tomógrafo computado abierto para ser utilizado en aquellas personas hiperobesas y fóbicas.

También reclamó el equipamiento de una ambulancia para el traslado de hiperobesos. La obesidad está considerada como la epidemia del siglo XXI.

Los equipos comunes toleran como máximo un peso de 120 kilos, y determinado diámetro abdominal y no contar con la tecnología adecuada cuando está al alcance de la Ciudad de Buenos Aires el acceder a ella, implica una clara discriminación hacia el obeso. En tanto el fóbico, que no puede permanecer encerrado debido a su condición merece también ser atendido y evitar que muchas veces se realicen los estudios bajo anestesia.

Respecto a las camillas se debe recurrir en algunos casos a una solicitud de traslado por bomberos, en autobomba o camión playo, con las consecuencias psicológicas de semejante tratamiento.

En la actualidad las personas obesas y las claustrofóbicas vislumbran una luz al fondo del túnel gracias a una nueva generación de aparatos de resonancia magnética abiertos que les permite acceder a esta tecnología, haciéndoles más llevadero el mal trago.

El sistema también se acomoda a los niños permitiéndoles permanecer en contacto con sus padres o incluso, en el caso de los bebés, hacer la prueba en brazos de sus progenitores o directamente en la incubadora. Revoluciona la imaginología deportiva porque favorece la obtención de imágenes dinámicas del movimiento. Y es que ciertas lesiones sólo son visibles durante movimientos de hiperflexión o de hipertensión, entre otros.

La nueva tecnología facilita, además, la realización de pruebas a personas que presentan problemas de movilidad, incapaces de entrar por su propio pie en un túnel.

Por último, permite llevar a cabo intervenciones médicas en el paciente durante el examen, ya sea para establecer un diagnóstico (biopsias óseas, mamarias, por ejemplo) o con fines terapéuticos, como sería el caso de las infiltraciones articulares.

Además de las consideraciones técnicas aquí expuestas el tema de la discriminación es fundamental. Actividades tan comunes como comprar ropa, ir al cine o viajar pueden llegar a ser quehaceres complicados para las personas con sobrepeso que viven en la Argentina.

Los casos de discriminación a personas obesas son constantes, pero se denuncian poco.

El INADI recibe estas denuncias, las consultas por obesidad representan el 1% de las quejas totales. En este organismo analizan desde el caso de un policía que fue alejado de la fuerza cordobesa porque aumentó su peso a raíz de un problema de salud hasta el de un hombre que no pudo realizarse una tomografía computada por no poder entrar en el tomógrafo.