“Una cosa es ser oposición y otra es ser histérico del no”

Desde su condición de “socio” del Gobierno en el ámbito de la Concertación, defiende la gestión actual, a la que considera diferente de la de Néstor Kirchner. Sí se muestra crítico respecto a la coparticipación federal.

El senador Pablo Verani es uno de los diez ex gobernadores que integran el Senado actual. Radical de nacimiento, hoy está integrado a la Concertación Plural promovida por el Gobierno nacional y como tal, tiene un mensaje optimista que le hace descartar enfáticamente que el conflicto con el campo no vaya a encontrar una solución. Respecto al tema, advierte que la discusión por las retenciones generó en el agro una solidaridad inédita, y saca el tema que más conoce, el del mercado frutihortícola, a su juicio ignorado hasta la fecha.

Si bien se cuida de no criticar al Gobierno, desliza un cuestionamiento hacia “los modos” del kirchnerismo. En el conflicto con el campo, por ejemplo, donde “me parece que el Gobierno quiso imponer una dureza que no tenía sentido -admitió ante Parlamentario-. El diálogo no deja de ser un diálogo de defensa de los intereses o de los argumentos de cada parte… No es un partido de tenis, donde hay que ganar 6-0, 6-0”.

– Usted fue gobernador y vecino de Néstor Kirchner cuando eran colegas ¿Es muy diferente el Kirchner gobernador del Kirchner presidente?

– El siempre estuvo concentrado en su provincia… En la Patagonia, por ejemplo, cuando planificamos la región patagónica, participó de las reuniones. Ibamos a tener un estatuto, pero después, de golpe, tanto él como (el ex gobernador de Chubut Carlos) Maestro sugirieron que la Patagonia tuviese dos subregiones: una sur y una norte. Eso tiró abajo el concepto de región de la reforma constitucional del 94. Por otro lado, también estuvo el problema de los Hielos Continentales, que complicó aquello que había sido una de las patadas iniciales de constituir una verdadera región patagónica. El era un hombre muy concentrado en su esquema, y lo ha sido así en la Nación; además, ayudado por un muy buen momento económico, aunque no hay que quitarle méritos. Por supuesto, ha cometido errores, pero todos lo hacemos.

– ¿Y los modos de gobernar?

– Y, son duros…

– ¿Cristina es más dura que él?

– No, yo he charlado con ella y da la impresión que no. Por ejemplo en lo que significan las relaciones internacionales y el restablecimiento de una posición argentina en cuanto a sus relaciones internacionales, las está llevando a cabo de una manera importante. Ya antes de la elección se apuntaba a reubicar a la Argentina en un contexto diferente en sus relaciones con el mundo. Inclusive con Latinoamérica; yo creo que nosotros tenemos un contexto que nos rodea, que hace que mantengamos un equilibrio entre lo que significa nuestra relación latinoamericana. Que también lo ha hecho Lula. Muchos decimos cómo es la relación nuestra de tanta intimidad con Chávez, Evo Morales, con Ecuador, y no integramos más definidamente un bloque con Brasil, Uruguay, Colombia, Chile, Paraguay… Yo creo que todo pertenece al continente latinoamericano y Argentina tiene el derecho de tener una estructura autónoma de relaciones. Y en eso hay que tener cuidado, tanto en el rechazo como en la aceptación. Pero bueno, hay mucha gente que aparentemente cuando tocan las malas, sale a pegar a diestra y siniestra y se ha callado falsamente la boca. Nosotros no estamos en eso.

– Usted es socio del Gobierno, podríamos decir, dentro de esta Concertación.

– Yo he acordado con ellos la relación y los puntos de relación que ha hecho el gobernador de la provincia, Sáiz. El Gobierno ha cumplido con la provincia de Río Negro, está cumpliendo, y nosotros hemos cumplido con ellos.

– Hace poco el gobernador de Catamarca, porque no se le cumplía con las partidas que le debían mandar, abandonó la Concertación…
– …Después aclaró qué Concertación abandonó: la Concertación provincial.

– Pero pareciera darle la razón a aquello de que “en tanto y en cuanto nos cumplan mandándonos plata, estamos con ustedes, sino no estamos”. ¿Es un poco así, una relación de conveniencia?

– La Nación y las provincias se deben un debate monumental, pero desde hace decenas de años. Yo fui convencional constituyente y nosotros sancionamos una reforma constitucional donde establecimos que el 50% de la recaudación es de las provincias y el 50 restante de la Nación, pero ningún Gobierno la aplicó. A través de los pactos fiscales o federales, no se trató la ley de Coparticipación, y no se trata. Porque las grandes provincias se llevan la tajada del león. Fíjese: las provincias en este momento deben alrededor de noventa mil millones de pesos a la Nación, y del 94 hasta ahora es mucha más la cifra con la que se quedó la Nación. Si como contrapartida de eso nos quieren decir cómo se subsidia el combustible para los que menos tienen, cómo se subsidia la energía, etcétera, que son argumentos importantes del Gobierno nacional, le digo que las provincias nuestras son las que más lo sienten. Porque el petróleo lo producimos nosotros, la energía sale del Chocón, Alicurá, etcétera, y no tenemos ninguna contrapartida beneficiosa. Entonces, todo ese debate, no rencoroso, sino analítico, racional, nos lo debemos los argentinos, porque tenemos que establecer el modelo de país.

– Esto de integrar la Concertación le valió romper con el radicalismo. O mejor dicho la conducción rompió con ustedes.

– Yo no rompí con el radicalismo, el radicalismo ha sido el partido mío de toda la vida, llevo más de cincuenta años de afiliación. Creo que ha sido un error de la conducción la suspensión, los castigos, porque el radicalismo ha hecho tres alianzas: con la Coalición Cívica, con Lavagna y con el Gobierno nacional ha tenido un acuerdo programático. Y da la casualidad que los que más fracasaron con su alianza -y han roto con su socio- son los que ahora nos castigan a los que hemos hecho alianza con otros.

– Usted es ahora vecino de banca justamente con quien lo echó del partido (Gerardo Morales). Cómo se llevan ahí, se hablan?

– Buena, no tiene porqué ser mala. Lo que yo creo es que han tomado un camino absolutamente equivocado. Mire, la Argentina está pidiendo a gritos un partido que equilibre el sistema de oficialismo y oposición, pero no fanáticamente. Una cosa es ser oposición y otra es ser histérico del no.

– ¿Y ustedes podrían hacer ese equilibrio desde el propio Gobierno, con la Concertación?

– Seguro. Yo he tenido y tengo opiniones diferentes en cosas y las digo, y no se ofenden los del Gobierno nacional. Mire, los argentinos están podridos de que nos peleemos.
Para el Acuerdo del Bicentenario se está convocando a todos, pero no a los partidos. Parece que se convoca solamente a los que están de acuerdo.

– Yo creo que cuando se convoque para el Acuerdo nacional, hay que ir y decir en lo que se está de acuerdo y en lo que no.

– Pero para ir, hay que ser convocado y la Presidenta por ejemplo no convocó a la oposición…

– Yo creo que va a convocar a todos. Si no, es un error.

– ¿A Cristina cómo la ve como presidenta?

– Yo siempre digo lo mismo: mirá si a mí me hubieran juzgado a los cuatro meses de haber asumido. No sé si hubiesen podido captar que íbamos a dominar toda la tempestad que se dejó en Río Negro con los déficits, la situación financiera que había en la provincia, que era delicadísima. Y sin embargo, con el correr del tiempo la gente opinó de otra manera. A mí me da la impresión de que definirla a Cristina Kirchner hoy es un apresuramiento inadecuado. Además, todos los temas que le tocaron tratar son temas que vienen de atrás, no son originarios de ella…

– Pero casi como que es la misma administración, que es más de lo mismo. La gente toma como que van cinco años de mandato, no cinco meses…

– Yo no sé si es más de lo mismo. Vamos a ver.

– Cristina venía con una impronta nueva, como que iba a darle otra impronta a las instituciones, pero por lo que uno vislumbra…

– Usted no puede ser más de lo mismo… ¿Por qué? Porque las exigencias que va teniendo el país son diferentes, en la medida que va solucionando problemas. Si el presidente Kirchner cuando asumió tenía el 56% de pobreza y ahora tiene la mitad, la exigencia para que esa mitad llegue a índices mucho menores son diferentes. Y las soluciones que usted tiene que buscar son diferentes. En la medida que se solucionan problemas van a pareciendo otros problemas.

– ¿Y el doble comando?

– No…

– ¿No existe? ¿La que manda es ella y él es un hombre de consulta?

– Yo creo que sí, además me da la impresión de que en un matrimonio todavía es más permanente la consulta. Pero yo no me atrevería hoy a hablar de lo que significa el Gobierno de la actual Presidenta. Me parece que hay que darle un poquito más de tiempo. Tiene una lucha por delante que nos va a hacer hablar dentro de cinco o seis meses. Cómo se combate la inflación, cómo se maneja la seguridad, cómo se sigue reduciendo la pobreza, cómo van a ser las relaciones federales con las provincias…

– ¿Se está combatiendo bien la inflación?

– El sólo hecho del arreglo con el campo baja la inflación.

– La inflación ya venía de antes…

– Sí, pero no tan aceleradamente como los índices por ejemplo de abril o de fines de marzo, que fueron absolutamente no reales, sino empujados por el conflicto del campo.

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