Una vez más, con mucha atención, escuché a la Presidenta de la Nación, Cristina Fernandez de Kirchner en su alocución del lunes 9 del corriente en el acto realizado en el Salón Blanco de la Casa de Gobierno. Su discurso me convenció que nada ha cambiado para el gobierno y su política nos conduce a un país cada vez más centralista y autoritario.

En primer lugar quiero señalar que el debate de fondo instalado en la sociedad tiene que ver por un lado, con la justicia y equidad de semejantes retenciones y por ende la constitucionalidad de las mismas. Pero además se debate quienes se benefician además del gobierno y cual será el destino de miles de productores y con ellos el futuro del desarrollo del interior y por último la necesidad de un debate que nos conduzca a la definición de una política agropecuaria que aporte al desarrollo del país.-

¿Que nos dijo el gobierno cuando tomó la decisión de instalar las retenciones móviles hace ya 90 días? Que la modificación se realizaba “porque querían evitar el monocultivo de soja”.

Después de varios discursos que variaron de tono pero no de agresividad, descalificaciones y soberbia hacia los productores, se anuncia un plan de obras públicas que no sabemos en que provincias y ciudades se realizarán; cuantos fondos se destinarán a hospitales a rutas y escuelas; quien administrará esos recursos, si la Nación o las Provincias; que pasará con esas obras si el precio de la soja cae por debajo de los u$s 450 por tonelada y como se concluirán aquellas obras que se hayan iniciado. Demasiados interrogantes para considerarlo un proyecto serio de ataque a la pobreza Más se parece a un cambio de táctica para recuperar imagen que a un plan social.

Este plan de obras públicas que sería financiado por los productores, curiosamente no participaron del anuncio, pero observamos a funcionarios aplaudir entusiastamente la apropiación de recursos ajenos, dejando afuera de esta comentario a muchos empresarios y organizaciones sociales que creyeron que participaban del relanzamiento del gobierno de Cristina Fernandez de Kirchner.

Tampoco debemos dejar pasar la descortesía para con el Defensor del Pueblo, el Dr. Mondino y las entidades del campo, no concurriendo a la audiencia de conciliación citada por aquel, no hubo disculpa.-

Si el objetivo del gobierno- que compartimos-, es atacar la pobreza, el gobierno debe tomar medidas que controlen la inflación creciente, porque esta es la principal causa de exclusión social y debe instrumentar políticas que generen trabajo genuino para atacar la pobreza.

Si el objetivo es realizar un plan de obras públicas para fortalecer nuestra alicaída infraestructura, debería haber pensado en todos los sectores de alta rentabilidad como algunos de la industria, los exportadores, los petroleros, la minería, el juego y con ellos acordar la constitución de un fondo que garantice el inicio y la conclusión de las obras.

Entre otros, en estos razonamientos basamos nuestras dudas en la autenticidad de los anuncios, advirtiendo que no debemos perder de vista el fondo del problema. Aunque estemos cansados, preocupados y deseosos que el conflicto concluya, estamos obligados a defender nuestro futuro y el de nuestros hijos.-

Este conflicto ya no es sólo del campo, es de todos y debemos verlo con la mayor objetividad y asumirlo con decisión.

* Dr. Juan José Cavallari
Diputado de la Provincia de Buenos Aires