El veto dispuesto por Mauricio Macri respecto a la imposibilidad de construir torres de altura en una zona del barrio de Caballito, despertó sorpresa y críticas de parte de legisladores de la oposición.

El titular del bloque ibarrista de Diálogo por Buenos Aires, Eduardo Epszteyn, consideró “una vergüenza que el Gobierno porteño no respete la opinión de los vecinos, principales afectados por esta medida”. A su juicio, el jefe de Gobierno “se olvida que está al frente de un Gobierno y debe respetar los intereses de todos los ciudadanos. Esto es un escándalo que mantiene la misma lógica de todos los actos de este gobierno: generar negocios”.

Crítica de tal decisión, la diputada de la Coalición Cívica Teresa Anchorena, sostuvo que “con el veto de dos artículos de la ley de zonificación que fue publicado en el Boletín Oficial se deja de preservar un polígono residencial de Caballito y se podrán construir edificios de mayor altura”.

Para el kirchnerista Sebastián Gramajo, “con toda la participación que tuvo la ley de parte de los diputados y de los vecinos, el Poder Ejecutivo debería dar una explicación mayor”.

A su vez, la macrista titular de la Comisión de Planeamiento Urbano, Silvina Pedreira admitió que el veto causó sorpresa en la Legislatura, ya que “la norma se trabajó durante 18 meses y el proceso para su aprobación fue completo, dado que incluyó dos lecturas y una audiencia pública”. Sucede que el bloque macrista acompañó el proyecto durante todo su proceso hasta la aprobación, lo que explica la sorpresa imperante en ese ámbito.

También desde el Congreso nacional hubo críticas. El diputado nacional Roy Cortina, titular del Partido Socialista porteño, señaló que la ley vetada “fue ampliamente debatida en la Legislatura y sometida a instancias de participación ciudadana en las que numerosos vecinos y organizaciones dejaron en claro la necesidad de una norma de este tipo”.

“Es una vergüenza que, después de todo eso, Macri la vete parcialmente, impidiendo que entre en vigencia para favorecer los intereses de las empresas constructoras, en detrimento de la calidad de vida de los vecinos del barrio”, agregó Cortina.