En pleno recinto, su vecino de banca Carlos Kunkel le espetó un insulto repetido varias veces y captado por las cámaras de televisión. Pero eso no es todo para el diputado Felipe Solá, a quien el kirchnerismo ha puesto en su lista negra desde que el sábado no sólo exteriorizara públicamente sus disidencias con el proyecto oficial, sino también votara en contra. Lo cual no le perdonan.

Se encargó de dejarlo claro -si es que ya no lo estaba con las expresiones de Kunkel- el jefe de Gabinete, Alberto Fernández, quien dijo estar “decepcionado” de aquellos diputados que “votaron junto a la oposición”, en obvia y especial referencia a Solá.

“Parece incomprensible la posición de algunos integrantes de la bancada” del oficialismo, señaló el jefe de ministros, cuya opinión es compartida por el titular del bloque, Agustín Rossi, quien consideró que Felipe Solá participó “de una operación política de la oposición” y que lo que debió haber hecho fue abstenerse. Similar expresión declaró el diputado Héctor Recalde, quien justamente se sienta a la derecha de Solá en el recinto.

Recalde justificó su pensamiento en que “el Gobierno hubiera quedado muy mal parado si perdía la votación, así que Solá debió haberse abstenido”.