“No queremos más Rosas en nuestros gobiernos”, disparó la senadora riojana Teresita Nicolaza Quintela, quien comparó así a la forma de hacer política del Gobierno nacional con Juan Manuel de Rosas y su estilo autoritario y dominador sobre las provincias.

“La Rioja no necesita vender el voto de sus legisladores para conseguir el dinero que le corresponde”, continuó la senadora oficialista que osciló en la decisión sobre el voto pero finalmente optó por el no y remató: “La mejor forma de redistribuir es darle a las provincias lo que les corresponde”.

“La discusión de las retenciones móviles no es prioritario para nosotros”, dijo la senadora de La Rioja. “Pero lo primero es la solidaridad con las otras provincias y venimos pidiendo la coparticipación federal”.

“La mejor manera de acompañar al Gobierno es votar en contra de las resolución 125 que viene de Diputados”, manifestó la senadora oficialista por La Rioja Teresita Quintela, quien agregó: “Un peronista no aprieta y mucho menos toma represalias”. “Soy el bloque del Frente para la Victoria pero le debo lealtad a mi Patria, a mi movimiento y a los hombres. Mis decisiones no son negociables”, concluyó.

A continuación, detallamos el discurso completo de la senadora Quintela:

“Nuestro sector político del justicialismo en La Rioja fue el primero en apoyar el proyecto político de Néstor Kirchner en el año 2003.

También fuimos los candidatos provinciales del Frente para la Victoria en las elecciones de 2007, cuando la Presidenta Cristina Fernández de Kirchner fue elegida por la mayoría de los argentinos.

Nadie puede discutir nuestro permanente apoyo a esta gestión de gobierno, y hoy creemos, con fuerte convicción, total desinterés, y sin especulaciones de ningún tipo, que la mejor manera de acompañarlo es votar negativamente el proyecto de ley sobre la Resolución 125 que viene desde la cámara de diputados.

Yo vengo de una provincia pobre, lejos de la pampa húmeda, cuya producción de granos es mínima.

La discusión sobre las retenciones móviles no es prioritaria para nosotros, salvo en lo que hace a la coparticipación, que es una lucha que no debemos resignar.

Y para mí no ha sido fácil en estos días evaluar la justa actitud que la provincia de La Rioja debía asumir, por mi intermedio, en este debate parlamentario que tiene en vilo al país.

He escuchado las múltiples opiniones vertidas en las jornadas precedentes, he consultado académicos, dirigentes provinciales y nacionales.

Leí cada mensaje enviado desde muchos rincones del país y también, como siempre hacemos los políticos, me dediqué a escuchar la voz de la gente en la calle, en el barrio, en los pueblos de mi provincia.

Hoy, he escuchado a mis compañeros legisladores aportar su enorme caudal de conocimiento técnico al debate, y finalmente, si he tomado esta decisión, es porque sencillamente creo que es la mejor, que salvaguarda la figura del señor Gobernador de mi Provincia, las de los señores intendentes de cada uno de esos pueblos riojanos que necesitan tan poco para arrancar de nuevo, y no logran ser escuchados.

Hoy he venido aquí con la esperanza de que el país nos escuche, que la voz de los argentinos más pobres se alce en este recinto y sea reconocida en los lugares que corresponde.

El Parque Industrial de nuestra provincia no está pagando a término, ni sueldos ni aguinaldos.

Se está gestando un ambiente de amenazas y aprietes en las empresas radicadas en La Rioja, se corta la luz a los operarios, los planes sociales están parados.

Y no se vislumbra ningún horizonte, todo lo contrario, se están juntando nubarrones oscuros sobre nuestra gente, porque no tenemos ningún plan de desarrollo, y ningún proyecto integral por el cual valga la pena hacer un esfuerzo.

Señor Presidente, todos recordamos el cuento de aquella corte temerosa que no se animó a decirle al rey que había olvidado ponerse sus ropas.

Lo dejaron desfilar de ese modo por las calles, hasta que un niño gritó que el Rey iba desnudo, poniendo fin al dilema de los súbditos y restaurando la verdad, la cual -como decía Perón- no es cosa distinta de la realidad.

Tal vez, los adultos del cuento obraban de buena fe cuando callaban la verdad que veían.

Sin duda, podían invocar virtudes tales como la disciplina, la verticalidad, la obediencia, el orden jerárquico.

Pero fue el niño quien salvó al rey, y ésa es la lealtad a la que todos los dirigentes aspiramos en la vida política, aunque no nos guste escucharla.

A veces hay que hacer un esfuerzo por expresar verdades incómodas ya que, sobre todo, debemos respetar el mandato popular que nos trajo a este Palacio.

Permítanme, con humildad y respeto, intentar ese esfuerzo en beneficio del país.

La Rioja no necesita vender a sus legisladores para conseguir la plata que le corresponde.

Pensamos que todas las retenciones -a la minería, al petróleo, al agro, al cheque- deberían incorporarse a la ley de coparticipación para que dejemos de ser provincias y municipios mendicantes, y para devolvernos la libertad de decidir por nosotros mismos cuáles necesidades de nuestra gente vamos a satisfacer, sin que decida por nosotros el gobierno central.

Previamente, debemos consensuar un proyecto de país, un proyecto federal que lo ponga en movimiento ante el desafío que presenta el contexto internacional.

Durante los últimos años hemos visto con alegría cómo un importante sector de la población iba saliendo del pozo después de la quiebra del año 2001, logrando el crecimiento económico y en algunos casos la plena ocupación.

No aplastemos a los que están bien.

Dejemos que trabajen en paz y ocupémonos de los que tienen menos, que ahora viven de dádivas y deben recuperar su capacidad de trabajo y su dignidad.
Roberto Fontanarrosa tiene una gran frase sobre este tema : Dice el gran escritor y humorista rosarino: “el problema no es la injusta distribución de la riqueza, sino la generosa distribución de la pobreza¨.

Debemos entender que no se trata de los chacareros, no se trata de los pul de siembra.

Se trata de un enorme sector productivo que incluye a todos los pueblos y ciudades cercanos a los productores.

Cuando nuestros chacareros hablan de mercados de futuro, no están hablando de los mercados de Chicago, tampoco de Wall Street, menos aun de nuestra city financiera.

Están hablando de su fuente de financiamiento, de poder comprar sus insumos pagándolos en soja.

El aumento del precio entre el momento de la siembra y la cosecha, es la diferencia que le permitirá al vendedor de la semilla, al fabricante de la maquinaria, reponer sus insumos.

¿Saben porque este sector ha crecido tan fenomenalmente?

Ha crecido porque usa en sus negocios su propia moneda, la soja, el maíz, el trigo.

¿De que otro modo lo hubiera logrado en un país sin financiamiento?

Porque el hombre de campo que quedó escaldado después de la década del noventa no quiere saber nada con los bancos.

Se financian mutuamente con sus vecinos, con sus pares y de esta manera han logrado el círculo virtuoso de su producción.

Claro que, como el capital internacional no puede “pillarlos” en la trampa financiera, los saquea mediante las retenciones, una vez mas – como fue reconocido – para pagar la deuda externa.

Como también saquea a las provincias retaceando su coparticipación.

Nunca más debemos votar en este recinto ninguna ley que perjudique la coparticipación de las provincias.

La mejor forma de redistribuir es darle a las provincias los recursos que les corresponden.

Debemos bregar por la independencia de los tres poderes de la República, pero también por el cumplimiento de las leyes que emanan de nuestro Poder Legislativo.

Debemos cambiar las actitudes políticas, poner el acento no solamente en el qué sino en el cómo, para evitar que las medidas económicas deriven en conflictos sociales que puedan paralizar la economía.

Esto tiene que quedar claro: mi voto negativo es una decisión tomada después de mucha reflexión, en apoyo a este Gobierno, y en ningún caso debe ser utilizado en apoyo a otras fuerzas políticas, aunque hayamos coincidido en esta oportunidad.

Quiero proclamar la absoluta necesidad de sostener y hacer sostener el gobierno legítimo y democrático de la Presidenta Fernández de Kirchner, por todas las razones posibles.

Razones políticas, razones de género y antes que nada, la gran razón de la causa nacional.

Defendamos esta democracia duramente ganada con todo el fervor del corazón, pero ejerciendo la prudencia y esgrimiendo la Constitución argentina.

Porque también, señor Presidente, pueden darse golpes contra la Constitución, cuando se promulgan leyes cuyo sustento jurídico es menos que impecable.

Esta Cámara debe abstenerse de delegar en el Poder Ejecutivo sus facultades constitucionales en materia tributaria, porque eso sólo traerá más conflicto.

Aquí, lo que cuenta, es la interpretación de un proyecto que trae media sanción de diputados, pero también el conflicto social generado a partir de la Resolución 125, y esta interpretación sólo puede lograrse a partir de las más íntimas convicciones de cada uno.

Yo no creo, no podría creer nunca, en todo lo que se ha dicho respecto a represalias que puedan tomarse desde el Poder Ejecutivo contra el disenso en democracia.

Pertenezco al bloque del Frente para la Victoria, le debo lealtad a mi Patria, a mi Movimiento y a sus dirigentes -en ese orden- y en todo caso, asumo las consecuencias de mis decisiones, que no son negociables, porque respeto al pueblo que me votó.

Los riojanos hemos luchado mucho, a lo largo de la historia, por conseguir un país federal.

Los jefes de nuestra heroica montonera, Facundo Quiroga y el Chacho Peñaloza, pusieron su vida al servicio de los pobres.

Aquellos fértiles llanos riojanos de donde brotó la rebelión federal hoy son un erial olvidado, gracias al desmonte ordenado hace siglo y medio por el poder central para utilizar nuestra madera en el tendido de los ferrocarriles.

La Historia, desgraciadamente, nunca se escribe en clave de comedia.

La comedia es una invención del talento teatral humano.

La tragedia, en cambio, es y ha sido pan de todos los días en el mundo.

Por eso, les solicito humildemente que seamos prudentes, compañeros, señores legisladores y legisladoras.

Nadie es dueño de la Historia, ni de la Justicia ni del Futuro.

Estamos a tiempo. Enmendemos el rumbo.

Convoquemos a un diálogo sin restricciones para crear el país de nuestros hijos, el mejor país del mundo, la Argentina posible”.