Una de las primeras repercusiones que se esperan traerán los sucesos ocurridos en el marco del conflicto del Gobierno con el campo, se verá seguramente en el Congreso de la Nación. Más precisamente en los bloques oficialistas, donde hubo claras grietas entre los que obedecieron las directivas del Poder Ejecutivo y quienes se apartaron de ella.

En este último sector habrá que ubicar al diputado nacional Felipe Solá, quien admitió públicamente la posibilidad de armar un espacio alternativo, aunque lo dejó librado a lo que pase en el futuro inmediato en cuanto a la relación con sus pares oficialistas.

El diputado Solá resaltó que el Gobierno “me parece que es fuerte; por lo menos es un Gobierno de tendencia fuerte”, lo cual, remarcó, “es bueno para el país”, y acotó que “si el Gobierno es muy débil, nadie lo critica demasiado”.

Empero, reclamó cambiar la agenda de esta gestión y aclaró que “la misma presidenta Cristina traía una agenda que no pudo llevar adelante” y que ahora debería hacerlo.

El legislador bonaerense dijo tener “muy buena relación” con Alberto Fernández, aunque no así con otros funcionarios, en tanto que aseguró que a su juicio “se equivocan” los que piden la renuncia de Julio Cobos.

“Creo que este fue un tema fuertísimo, impresionante, que llevó al país a una crisis impresionante”, dijo a la hora de sopesar el voto del vicepresidente de la Nación. Agregó que esa situación “motiva un voto diferente, o en contra, del vicepresidente, que no quería hacerlo”. Al respecto, dijo que “me parece que (eso) no va a volver a ocurrir”.

De todos modos, deslizó que el Gobierno “debe replantear qué representa para ellos un vicepresidente”, y recordó las críticas que en su seno despertó el involucramiento de Cobos en el problema con el agro.

En cuanto a su relación con la administración kirchnerista, Felipe Solá admitió que “yo tenía un problema de contacto con el Gobierno de hace mucho tiempo” y al respecto destacó el hecho de que “haber pasado de gobernador a ser un diputado más, indica que no contaban conmigo en el futuro”.

Recordó que le ofrecieron la embajada en Francia. “Uno no puede decir que eso es poco, pero también es una forma de decir que ‘no te necesitamos acá’ –dijo-. Sabía que no estaba en el círculo de confianza ni por asomo”.

Consultado respecto a si le dan ganas de armar un espacio alternativo, respondió de manera afirmativa, aunque lo dejó librado a la relación entre el Gobierno y el grupo que hemos votado en contra”.

“Si el Gobierno tiene una actitud de amplitud y somos iguales, no tendríamos porqué forzar nada –aclaró-, si en cambio somos ‘los otros’, ‘los diferentes’… los gurkas nos dicen traidores, si es así, nadie se queda en el lugar donde no está cómodo. No es una virtual ruptura, sino contarle a la gente como son las relaciones humanas”.

El ex gobernador bonaerense destacó que a partir del resultado sucedido en el Senado, “hubo oxigenación, bajó muchísimo los niveles de conflicto, quiere decir que había una demanda de la sociedad” en ese sentido.

Respecto a eventuales cambios de gabinete, aclaró que eso incumbe a la Presidenta, y sólo se refirió al caso del secretario de Agricultura, en cuyo ámbito –dijo- “había una ausencia, pero también hay que tener en cuenta que se habían quitado funciones, se ha empobrecido el papel”.

Respecto al Movimiento Productivo Argentino que orienta el ex presidente Eduardo Duhalde, dijo que ya lo han invitado a concurrir, aunque no pudo hacerlo, pero que si lo invitan a disertar “voy a ir”. Con Duhalde, aclaró, “no estamos distanciados ni nada por el estilo”, pero remarcó que eso no significa ningún realinamiento futuro.