Lo que pretendía ser un congreso del Partido Socialista en el que se aprobaría la intervención del partido en el distrito bonaerense, cuya conducción se alineó con el kirchnerismo, quedó abortado ante los serios incidentes registrados en Costa Salguero.

Y fueron verdaderamente serios los incidentes que motivaron la cancelación el evento: hubo golpes, desmanes y hasta heridos.

Los socialistas K denunciaron que no dejaron entrar a sus congresales, a través de “patovicas” ubicados en la entrada. Los socialista oficiales culpan en cambio a sus adversarios, y el senador socialista y titular partidario, Rubén Giustiniani, denunció que “el Gobierno cumplió el objetivo, que el congreso del PS no sesione”.

La reunión había sido convocada para las 9, pero la situación se desbarrancó cuando llegaron los bonaerenses del socialismo K, que preside el convaleciente Jorge Rivas –el titular virtual es en realidad el diputado Ariel Basteiro-, quienes denunciaron que se les impidió la entrada al citado Basteiro y al vicejefe de Gabinete Oscar González.

Ahí comenzaron los golpes, pero los allegados a Giustiniani desmienten esas denuncias y aseguran que, por el contrario, “no había ningún problema para ingresar, aunque sólo podían entrar los congresales”.

Al encuentro iban a asistir unos 600 congresales, de los cuales algo más de 50 son de Buenos Aires. Además de aprobar la intervención en ese distrito, pensaban aprobar la modificación de la carta orgánica del partido para incluir un cupo femenino del 50% y crear una secretaría nacional de diversidad sexual.

Oscar González, vicejefe de Gabinete, anunció la “obligación de levantar el congreso socialista” por los “numerosos incidentes provocados por el oficialismo partidario”.

El funcionario comentó además en declaraciones televisivas que a raíz de los incidentes resultaron heridos tres congresales “quienes están siendo atendidos en el Hospital Fernández, con heridas leves”.