Tras los serios incidentes que obligaron a suspender el congreso socialista del último sábado, los dirigentes de ambos sectores siguen cruzando acusaciones.

Por un lado, el titular del partido, el senador Rubén Giustiniani, sigue culpando al Gobierno nacional, al que adjudica responsabilidad en esos incidentes que motivaron la decisión de suspender el evento. Desde la otra vereda, responden considerando “disparatada” semejante acusación.

Giustiniani insiste en que “empleados del Gobierno” cumplieron “su objetivo”. ¿Cuál es semejante objetivo? Romper el Congreso Socialista, dijo el senador santafesino, quien dispara directamente contra el diputado nacional Ariel Basteiro y el vicejefe de Gabinete Oscar González.

Según denunció, esos funcionarios llevaron “tres colectivos con una patota” destinada a romper el congreso. De hecho, dijo el jefe partidario, “impidieron que les intervengamos la provincia de Buenos Aires”, tal el deseo y objetivo del congreso abortado.

El funcionario Oscar González, en tanto, sostuvo que las internas del PS bonaerense se realizarán “sí o sí” el 30 de noviembre, pese a los incidentes ocurridos en el Congreso Nacional partidario.

Después de desmentir rotundamente responsabilidades en los incidentes, aunque aclaró su beneplácito por la suspensión del acto, ya que significaba “un intento de intervenir la provincia de Buenos Aires mediante una intervención manipulada por el orden nacional”, y aclaró que “era lógico que se levantara un congreso que nunca debió haberse convocado, que era falaz, capcioso, inaudito y absurdo”.

Respecto a la interna bonaerense, González sostuvo que “el sector que responde a Giustiniani puede presentar una lista si así lo desea”.