Por César Montenegro

Mauricio Macri comprendió -finalmente- que se requería de un debate más formal para establecer los criterios que regirán el sistema de recolección de residuos y que el trámite de aprobación de la licitación pública, que determinará quién se hará cargo del servicio de higiene urbana, reclamaba de un proceso transparente y público.

Ante esta realidad acompañó la solicitud de los bloques opositores y de las ONGs para que el proceso de sanción de la respectiva norma estableciera la realización de audiencias públicas en las que todos los sectores interesados pudieran participar y exponer sus puntos de vista.

El 1º de octubre se llevará a cabo la primera de ellas y están habilitadas para participar las entidades ecologistas como Greenpeace, Fundación Ambiente y Sociedad, Fundación Ecológica Verde y la FARN. En la oportunidad, se comenzarán a discutir los nuevos pliegos y condiciones que tendrán que cumplir los operadores que deberán levantar los residuos domiciliarios y la limpieza de las veredas. También se pondrá a consideración la propuesta de los legisladores kirchneristas Juan Cabandié y Gabriela Cerrutti.

Propuesta oficial

La Legislatura tiene en tratamiento el proyecto enviado por el jefe de Gobierno, el que, según las críticas de los opositores, implica la anulación de la Ley de Basura Cero e incluso se aumenta el costo para la Ciudad cercano a 1.200 millones de pesos, se reducen las cantidades de empresas y se extiende por 10 años la duración de las prestaciones.

Ante este escenario de fuerte resistencia, desde el macrismo se habilitó la discusión y se comprometieron reformas sustanciales para que la Ciudad logre contar con un nuevo esquema que garantice la limpieza y la sustentabilidad social y económica de las concesiones.

Parlamentario tuvo acceso al informe elaborado por el legislador del PRO Alvaro González, presidente de la Comisión de Presupuesto y Finanzas. El diputado no duda en afirmar en el documento que “Buenos Aires debe tener una higiene y limpieza acorde al lugar que ocupa entre las principales urbes del mundo. Los habitantes de la ciudad se merecen limpieza y un medio ambiente saludable que posibilite el normal desarrollo de su vida urbana”, señala y sostiene que “es un derecho de todos los ciudadanos, a la vez que es nuestro compromiso ejercer todos los medios legítimos que estén a nuestro alcance para lograrlo”.

Según expresa González, “el problema de la basura de Buenos Aires es un asunto importantísimo e ineludible. Y lo es también para el Gobierno”, aunque se encarga de remarcar que “también, es imprescindible una conciencia ciudadana para disminuir el nivel de suciedad”.

Recuerda el legislador del PRO que “la Ley 1854 de Residuos Sólidos Urbanos fue votada en 2005 por la Legislatura por unanimidad, donde se establecieron un conjunto de pautas, principios y responsabilidades para la gestión integral de los residuos que se generen en el ámbito territorial de la Ciudad”.

“De esta manera, la ciudad se comprometió -bajo el concepto de Basura Cero- a una reducción progresiva de la disposición final de los residuos sólidos urbanos, con plazos y metas concretas, a través de la adopción de medidas específicas, tendientes a la reducción en la generación de basura, a su separación selectiva y a la recuperación y el reciclado”, señala el diputado.

“Muchos creyeron que era una auténtica utopía. Pero así como estábamos convencidos de que era posible lograr sus fines, cuando fue votada en el 2005, también lo estamos hoy”, acota en su escrito González.

Para ratificar, a continuación, que “este gobierno, que votaron los vecinos, se encuentra en condiciones de asumir y lograr la realización de esta “utopía”.

Para ello cree que “es indispensable que las empresas contratistas se encarguen con máximo compromiso y seriedad de la recolección de basura”, para indicar a continuación que “por su parte, el Estado debe ejecutar los contenidos de dicha ley y proveer los medios para ello. En relación a este punto, el gobierno de Mauricio Macri ha resuelto aplicar diversas medidas”, afirma Alvaro González.

Apunta que la más importante, ha sido la separación de los áridos. Pero también afirma que “hay que dejar en claro que el Gobierno no renuncia al reciclado”, pero aclara que “no puede enfrentar sólo este desafío”.

En su propuesta el legislador señala que “los grandes generadores de basura deberán retener los residuos secos para que la recolección no la hagan las empresas, sino las cooperativas de cartoneros, y en un futuro cercano, poder aplicar este sistema también para las viviendas particulares”.

En cuanto al trabajo de los cartoneros, González dice en el documento emitido que “es claro que representan una consecuencia no deseada de la crisis general del país”. En este sentido, asegura que “existe una firme convicción de otorgarles un status formal de trabajo y condiciones indispensables de salubridad para su labor”.

Para que la propuesta funcione el legislador sostiene que estas medidas deben ir acompañada de una política de educación y difusión y un cambio en la idiosincrasia y en las costumbres de los vecinos.

Otra mirada

Mientras se desarrolla el debate sobre el sistema de recolección de basura en la Ciudad, un nuevo proyecto sobre el tema fue presentado por los legisladores del FpV, Gabriela Cerrutti y Juan Cabandié.

La iniciativa que pretende ser una alternativa a la propuesta girada por el macrismo, contó con la participación de las ONGs que difieren de los planteos oficialistas y señalan que los mismos no respetan los lineamientos de la norma denominada Basura Cero.

Motivo por el cual apuntan a “respetar lo planteado por la Ley de Basura Cero, en mantener la Ciudad limpia, en la recolección por espacio limpio y no por toneladas de basuras y en el uso de contenedores”, afirmó Gabriela Cerruti, co-autora del proyecto.
“Nosotros tomamos lo que planteaban las ONGs e hicimos nuestra propia valoración. Ellos son expertos en estos temas, por eso valoramos su participación”, manifestó la legisladora.

Respecto al proyecto oficial, dijo, “nos quieren imponer un sistema que desconoce todos los sistemas modernos de recolección que se utilizan en las grandes ciudades del mundo, pero sí contempla los intereses de las empresas”.

Señalaron los legisladores kirchneristas la necesidad de que las medidas relacionadas con la disminución de residuos y el reciclaje, deben estar acompañadas “por una importante campaña de comunicación, concientización y educación ambiental para que resulten efectivas”.

El proyecto contempla “metas de reducción, el pago por área limpia, la diferenciación en origen y un sistema integral de recolección de residuos, estos puntos son considerados clave en cualquier programa de recolección”.

Otra idea a incorporar es la inclusión de la recuperación de residuos orgánicos de los grandes centros productores como hoteles y restaurantes. “El residuo orgánico se trata de una categoría dentro de los húmedos”, señalaron los impulsores del nuevo proyecto y acotaron que “lo orgánico representa, a groso modo, entre el 45 y el 55 por ciento”, de los residuos.

Otro dato que no escapa a los legisladores oficialistas y de la oposición es la suma que se mueve anualmente por la recolección de residuos. Una cifra millonaria.