Es lamentable que mientras el mundo se debate entre el escepticismo, la inestabilidad y la incertidumbre, producto del derrumbe financiero, las patronales del campo decidan la realización de un nuevo lock out empresario en contra del conjunto del pueblo argentino.

Queda claro que a partir de la noche en que Judas-Cobos transformó el Senado de la Nación en el Huerto de los Olivos de Cristina Fernández, estos sectores del privilegio lograron un rotundo triunfo al obtener la derogación de la Resolución 125, frustrando parcialmente el intento del gobierno nacional de profundizar la intervención directa del Estado en la renta privada de los sectores más beneficiados.

No obstante, insisten en conductas corporativas que se dan de bruces con la necesidad de construir una democracia que asegure la cada vez más justa distribución de la renta nacional.

Es indudable que anima a estos sectores la perspectiva ilusoria y subalterna de que pueden trascender las fronteras de lo sectorial para ingresar al campo de la política partidaria.

Con esta medida no hacen más que lanzar el partido de las oligarquías rurales (nuevo partido conservador) y a sus candidatos, los integrantes de la mesa de enlace, como protagonistas de las elecciones del año que viene.

Si hoy tuviéramos funcionando plenamente la Resolución 125, los chacareros estarían pagando 7 puntos menos de retenciones de la soja, en la zona extrapampeana estarían recibiendo el subsidio al flete y tendrían un mecanismo mucho más ágil para tramitar las compensaciones. Judas-Cobos y la mesa de enlace son los responsables de que esto no haya sucedido, y son Buzzi y De Ángeli los responsables de traicionar el Grito de Alcorta hoy llamativamente reivindicado por algunos sectores oligárquicos.

Cuando Alfredo De Ángeli plantea que el lomo debe valer 80 pesos, reivindica el modelo agroexportador del nuevo partido conservador, dependiente del destino que nos pretenden imponer desde los países ricos de la Tierra. Nuestra Presidenta nos propone un modelo de producción, trabajo e integración con Latinoamérica, que implica la reconstrucción del movimiento nacional y popular. Argentinos de buena leche, la crisis internacional no da lugar a dudas de qué lado hay que estar.

Luis Angel D’Elía es presidente de la Federación de Tierra, Vivienda y Hábitat (FTV)