La Convención Radical aprobó el retorno de los díscolos a su seno, pospuso una definición sobre Cobos y ya hace planes de cara a las dos elecciones futuras. Las bancas son del partido.
La dirigencia radical reunida en Mina Clavero anunció la decisión de amnistiar a los correligionarios que se habían vinculado en los últimos tiempos, pero en una resolución directamente vinculada al vicepresidente de la Nación, aclaró que no podrán estar en su seno aquellos que estén involucrados con esta gestión, aunque se a regañadientes.
Léase Julio Cobos, claro está, reafirmando la teoría del senador Gerardo Morales, de que para estar en la UCR primero hay que salir del Gobierno.
El documento partidario estableció el compromiso de normalizar todos los distritos que fueran intervenidos en su momento.
Alrededor de 300 convencionales nacionales aprobaron el documento final que, entre sus puntos principales, estableció la necesidad de normalizar a breve plazo los cinco distritos que siguen intervenidos.
Hubo una postergación, además de una definición sobre Cobos: la de modificar el sistema de elección del Comité Nacional, tal cual había impulsado el titular partidario, Gerardo Morales. Esto fue así a partir del rechazo por parte de la dirigencia bonaerense.
¿Qué era lo que pretendía Morales? Que todas las provincias quedaran representadas por la misma cantidad de electores en las futuras elecciones de autoridades. La medida apuntaba claramente a licuar el poder de grandes distritos como Buenos Aires, Capital Federal, Santa Fe y Córdoba, y fue resistida particularmente por Leopoldo Moreau, representante de la primera, quien en colaboración con otros logró parar la embestida.
Sí habrá dos modificaciones sustanciales, vinculadas con las bancas legislativas. Quemados por las fugas que afectan a todos los partidos pero al radicalismo en particular, decidieron hacer modificaciones en el sentido de que las bancas legislativas pertenecerán al partido y no a cada diputado y senador.
Asimismo, se aplicará la ley de ética pública en el interior del radicalismo.
De las principales negociaciones, llevadas a cabo a puertas cerradas, participaron el citado Morales, el jefe del bloque radical del Senado, Ernesto Morales, el ex radical K Pablo Verani y los ex diputados Federico Storani, Leopoldo Moreau y Mario Negri. También estuvo el omnipresente Enrique Nosiglia.
La apertura hacia los que se fueron y están dispuestos a volver fue expresada a través de estas líneas: “Para disputar el Gobierno hay que tener una actitud amplia, generosa, que el momento demanda. Por eso, convocamos a todos los hombres y mujeres que se sientan identificados con los principios y valores del radicalismo a que contribuyan a la reconstrucción y a la normalización de los distritos del país a la brevedad posible”.
La amnistía fue puesta en discusión por uno de sus beneficiados, el senador Verani. En rigor, el ex gobernador jamás fue expulsado del partido, pero sí su distrito intervenido.
A la hora del final, en grandes discursos plagados de arengas con fuerte sentido opositor, el mendocino Sanz proclamó que las puertas partidarias “están abiertas”, pero aclarando que dentro del partido “no hay una banda de desesperados por las encuestas positivas”.
