Por Agustín Alvarez Parisi

Contador público de profesión, el diputado Luis Galvalisi será posiblemente miembro informante del PRO en el debate sobre el Presupuesto, al que critica como el resto de su bancada y la oposición en general. Pero con argumentos en los que hace hincapié la supuesta falta de responsabilidad que el proyecto enviado por el Ejecutivo presenta. Sobre todo en el marco de una crisis internacional que, a su juicio, obliga a planificar todo el Presupuesto de nuevo.

De origen demoprogresista, Galvalisi se enoja porque nadie se haga responsable de las consecuencias de las políticas erróneas. “Tuvimos un Rodrigazo -recuerda-; mi viejo, que era portero, perdió una casa, después vino la época de Martínez de Hoz. Después le prometieron que si trabajaba cinco años más iba a cobrar el 82% móvil, mentira… Después nos tocó el corralito, el corralón es decir siempre le sacaron plata al pueblo de todos los rincones. Lo peor de todo esto es que no hubo responsables”.

Tan crítico es del proyecto oficial de Presupuesto, que lo considera “uno de los más desprolijos de los dos gobiernos de la era kirchnerista. Este Presupuesto es de una irresponsabilidad política total”.

– ¿Por qué?

– Porque es totalmente imposible compararlo con los cuadros de los ejercicios anteriores. Siempre debe haber una uniformidad para poder trabajar en ellos. Segundo, violan la ley que dice cómo hacer, cómo administrar, qué debe contener el Presupuesto, que es la Ley de Administración Financiera. Es la que realmente otorgó -cuando se modificó la delegación de facultades- los superpoderes.

– ¿Qué dice esa ley?

– Que el Presupuesto no puede modificar normas de carácter permanente, no puede modificar impuestos, ingresos u otros tributos. Además, dice que corresponde a un solo ejercicio económico. El Presupuesto nace el 1 de enero y termina el 31 de diciembre. La Ley de Presupuesto no tiene vigencia a futuro.

– ¿Hoy qué se modificó?

– La Carta Orgánica del Banco Nación. Eximimos tasas, creamos tasas impositivas, modificamos la ley de procedimientos tributarios, le obligamos a las provincias a presentar un tipo de información que ni la Nación los presenta.

– ¿Qué se pretende con esto?

– Quieren hacer una ley a la medida del Ejecutivo y soslayar de esa manera este tsunami que se viene por la crisis internacional.

– ¿Hasta dónde está condicionado el Presupuesto por la crisis mundial?

– Lo peor que tiene este Presupuesto es la falta de responsabilidad política para afrontar crisis futuras que vamos a tener que vivir todos los argentinos. Y esto lo va a pagar el pueblo. Lo que tiene que entender el oficialismo es que el Presupuesto nacional es plata del pueblo, por eso entra al Congreso para su tratamiento por la Cámara de Diputados que son los representantes del pueblo. Pero lo que no puede obviar el Poder Ejecutivo es que el sistema representativo, republicano y federal es eso: independencia de poderes. Se han olvidado de ese efecto, no es más plata para el Gobierno para que la gaste como quiera. La otra cuestión es que tienen que venir a darnos cuenta al pueblo de la Nación a través de sus representantes, que somos los diputados de la Nación, sobre cómo van a gastar ese dinero, y no lo están haciendo… Hay gastos figurativos que vengo cuestionando desde hace más de quince años y que representan el 20% del Presupuesto nacional, es decir este año son 34 mil millones de pesos.

– ¿Qué son los gastos figurativos?

– Son los que se le asignan a educación y lo termina gastando Cancillería; se lo asigna a Salud y terminan pagándose intereses de la deuda… Eso no es transparencia. Lo peor de todo es que el jefe de Gabinete, cuando le pido que me diga qué programas se ven afectados y a quién se los asignó, me contesta que es imposible recabar esa información. Esto es falta de transparencia y falta de respeto para la gente.

– ¿Para qué sirven los superpoderes?

– Juan Bautista Alberdi decía una frase que me quedó grabada: la delegación de facultades legislativas hacia el Ejecutivo se podría considerar como un crimen legislativo. No tiene que haber delegación de facultades, porque la ley es bien clara.

– ¿Realmente tiene sentido debatir el Presupuesto?

– Hoy podemos decir que los gastos de la administración nacional son de 234 mil millones: ingresos, 240 mil millones, según el artículo 3ro el superávit tanto; mientras que el artículo 4to| dice: autorízase al jefe de Gabinete a hacer lo que quiere… y no discutimos más nada. Me pregunto, ¿el jefe de Gabinete va ser responsable por la mala administración, por la toma de decisiones incorrectas? Pero pasará lo que pasó siempre en la Argentina: no habrá responsables directos.

– ¿Cuáles serán los efectos que provocará esta crisis económica mundial?

– Creo que es manejable, pero traerá recesión, va a aplacar la economía y eso nos dice dos cosas: que nadie vendrá a poner plata acá alegremente, más cuando la historia dice que no tenemos seguridad jurídica, y que esta crisis durará alrededor de dos años… hasta que la gente vuelva a tomar confianza y que los mercados se estabilicen en serio. Entonces en este tiempo no vamos a tener mercados para exportar, ya que los precios de los commodities bajaron, igual que el barril del petróleo; ahora quiero verlo a Hugo Chávez si nos presta plata… En el Gobierno piensan que por pagar al Club de Paris y a los bonistas nos van a volver a financiar. Va ser muy difícil encontrar acreedores del exterior que nos vuelvan a financiar. Vamos a tener problemas, porque no vamos a recaudar lo que estima la Presidenta y no vamos a poder afrontar con los compromisos que tenemos.

– ¿Cómo se solucionarán estos desfasajes?

– Esta buena gente que nos gobierna firmó un DNU para modificar la Carta Orgánica del Banco Central, que no puede, y del Banco Nación que tampoco puede, para hacerse de los fondos. Ya nos comimos toda la plata de la ANSeS; a la AFIP también le sacamos buena parte, entonces ahora le vamos a meter mano al Banco Central y al Nación.

– ¿Qué pasará con las obras públicas?

– La mayoría de las obras públicas están financiadas, parte con fideicomisos, parte con el Banco Mundial y el BID. Van a recibir menos valores y se va a extender el plazo para la realización de las obras, con lo que bajará la mano de obra en la construcción, la venta de materiales y eso traerá aparejada seguramente una pequeña recesión.

– ¿Entonces se complica la situación?

– Las obras públicas no se van a poder cumplir con los niveles de gastos que tenemos y de ingresos propuestos. Esto se está viendo, las escuelas no se pueden terminar y obras de magnitud, como son las energéticas que necesita el país, no vamos a poder financiarlas.

– ¿Cómo repercutirá en la población esta crisis?

– Si realmente el Gobierno sigue empecinado en manejar las cuestiones económicas como tapar la inflación, no midiendo los costos con responsabilidad, indudablemente traerá desempleo, como está pasando ahora. Las fábricas de autos están tomando menos empleados porque no pueden exportar a Brasil. Por lo tanto, mucha gente se quedará sin trabajo, habrá menos movilidad en el mercado. Eso sí va a bajar la inflación, pero como la gente tendrá menos trabajo, habrá menos consumo.

– ¿Cuándo se dará esta situación?

– En el corto plazo, a mitad del año que viene vamos a empezar a sentir la situación critica que está viviendo el mundo.

– La oposición reclama la coparticipación total del impuesto al cheque.

– El impuesto al cheque, cuando nació, era una medida excelente. Cavallo se equivocó, porque la medida era blanquear la economía en negro, todo se bancarizaba, le cobraban el impuesto al cheque y parte de ese impuesto iba a pagar ganancias y el IVA. Lamentablemente Cavallo se equivocó, toda la plata que ingresó al Estado fue a cubrir los gastos comunes y no para hacer un plan de viviendas, escuelas, hospitales. Esto quedó así y nadie quiso largar la caja del impuesto al cheque. A tal punto que en un momento dijeron, para no pelearse con las provincias: vamos a coparticipar el 30 %. La lógica es que si no se utiliza como un sistema de pago a cuenta, el impuesto al cheque tiene que ser el cien por ciento coparticipable. Realmente un verdadero federalismo tendría que tener una ley de Coparticipación que está desde el año 1994 en nuestra Constitución. Hace poco, Massa anunció que se rediscutirá la Ley de Coparticipación, que está suspendida, no derogada y lo único que queda es el artículo 7mo que dice que las provincias no pueden recibir menos del 34% de la masa coparticipable. Como las retenciones no son coparticipables, porque es un derecho de exportación que le corresponde a la Nación, del impuesto al cheque el 70% no es coparticipable. Son dos de los impuestos más importantes que las provincias están recibiendo menos del 34% .Si uno toma toda la masa tributaria, hoy las provincias están en un 22 a un 25%. Esto es una vergüenza en un país federal.

– ¿Cómo podrá CFK salir de esta situación difícil que se da a nivel mundial?

– Uno aprende con los errores y con la historia, y nosotros los argentinos no aprendimos nuestra historia. Creo que la Presidenta, con todo el respeto que me merece, no aprendió de los errores de Néstor Kirchner.

– ¿Cuáles por ejemplo?

– Los errores que cometió con el conflicto del campo, que seguimos sin resolver. Otro ejemplo es el pago al Fondo Monetario para librarnos que nos audite. Le pagábamos el 4% anual y nos endeudarnos con Chávez con el 16%. Esos son errores que se pagan caros. No veo a futuro la responsabilidad de decir “me equivoqué”, de hacer las cosas en conjunto y ver cómo remontamos esta crisis que se nos viene y cómo entre todos podemos trabajar para solucionar el problema. Pero tampoco lo hizo con Aerolíneas, con las jubilaciones. Creo que la soberbia es mala consejera. La soberbia y la impunidad es lo más dañino que se le puede hacer a una democracia.

– ¿Es tan difícil ponerse de acuerdo?

– Se debe trabajar con una palabra que tanto le gusta a nuestra Presidenta: concertar. Y concertar significa sentarme a discutir con aquel que piensa distinto a mí y llegar a un acuerdo. Monseñor Bergoglio dijo que los argentinos tenemos que escucharnos. No sabemos escucharnos y no aprendemos, aunque el otro pertenezca a la minoría, puede enseñarnos y puede tener razón. Yo coincido con Bergoglio, que además de escucharnos tenemos que ser humildes, porque con humildad podemos salir adelante y crecer. Seguramente que si el oficialismo nos pide ayuda a la oposición se la vamos a brindar sin reclamar nada. Pero no decir, como manifestó un diputado oficialista, “pídanle a Bergolio que haga llover, porque nosotros no podemos”… Es una falta de respeto, de humildad que está perjudicando al país. En vez de unir a los argentinos parece que cada vez quieren dividirnos más… pero si quieren eso, no lo van a lograr porque los argentinos queremos la unión de todos.