Como un nuevo coletazo del nuevo panorama abierto a partir del terremoto de las retenciones móviles, el diputado justicialista Felipe Solá presentó su renuncia a la presidencia que ostentaba hasta ahora.

Se trata de la Comisión de Ciencia y Tecnología, aquella que le otorgaron hacia fines del año pasado, luego de que se frustraran las versiones que le auguraban como destino la presidencia de la Cámara de Diputados de la Nación, nada menos.

También le auguraban a Felipe Solá el alejamiento del bloque del Frente para la Victoria, inmediatamente después de la batalla por las retenciones. Sin embargo, hasta ahora, esa alternativa no se confirmó. Muchos dicen que recién tendrá lugar esa situación después de aprobado el Presupuesto 2009, momento en el que los ultrakirchneristas quisieran ver fuera del bloque a todos los que ya no consideran confiables.

Lo cierto es que el ex gobernador bonaerense dio un paso adelante en este alejamiento a plazo fijo renunciando a la comisión que presidía a través de una carta dirigida a las autoridades del bloque.

Según trascendió, los argumentos del diputado se asentarían en su molestia por la falta de un pronunciamiento de parte de sus pares, luego de la agresión que debiera soportar semanas atrás, en ocasión de visitar la Universidad del Comahue, en Neuquén, donde un grupo de militantes de HIJOS lo increpó y agredió.

Asimismo trascendió que el ex gobernador bonaerense venía reclamando a las autoridades de Diputados ser integrado a la Comisión de Agricultura, donde siempre pensó que debería estar por haber sido, entre otras cosas, secretario del área en tiempos de Menem.

Jamás tuvo respuesta al respecto.

Por el momento, Solá sigue dentro del bloque, aunque nadie presume que vaya a ser por demasiado tiempo.