El legislador porteño por el PRO Gerardo Ingaramo definió al conflicto docente como “una cuestión claramente política donde muchos sectores ponen en juego su armado político, desde el gobierno nacional hasta el ibarrismo”.

El macrismo reclama el manejo del Fondo para Infraestructura Social (FOISO), creado para el desarrollo de obras públicas, cuyo manejo se encuentra imposibilitado desde hace tres meses por el gobierno nacional. Hasta que se resuelva el conflicto, que hoy se manifestó a través de un paro nacional docente, Ingaramo sugirió que “la única solución es el diálogo y no apelar a formas violentas de protesta”.

Frente a quienes se ven afectados en forma directa por la medida de fuerza, el legislador lamentó la situación que atraviesa el alumnado al asegurar que “es muy triste ver como utilizan de rehenes a los chicos, para obtener fines políticos”.

“Estamos muy preocupados y con mucha bronca”, manifestó el diputado en referencia a los integrantes del Gobierno de la Ciudad y enumeró las medidas que han tomado en materia educativa: “este año les dimos 24% de aumento. Uno de cada 4 pesos de la ciudad se destina a la Educación. Estamos haciendo la mayor inversión de infraestructura educativa de la historia de la ciudad”.

Ingaramo consideró que la magnitud de la disputa no se puede reducir al ámbito porteño al afirmar que “todos los chicos del país están afectados por una interna gremial y por intereses políticos. Este conflicto tiene alcance nacional”.

Ingaramo también dijo que:”Hugo Yasky el titular de CTRA, dijo el domingo en un reportaje de Página 12 que el gobierno de Macri va a terminar como ocurrió en Neuquen con un muerto”. Y continuó; “Da la sensación que están buscando incidentes, porque ayer fueron sin autorización a querer colocar una carpa y se enfrentaron con la Policía que nosotros no manejamos”.

“Es un conflicto alentado desde la Casa de Gobierno, en la marcha sólo faltó Luis D’Elía, estaban todos los personajes vinculados al kirchnerismo, la izquierda, y el ibarrismo de la ciudad, que tiene una agenda política destinada a obstaculizar todos los actos de un gobierno que puso en marcha a Buenos Aires con planes, obras y equipos de trabajo”, añadió.