Una de las voces del oficialismo en la Cámara baja que salió a defender la estatización del sistema de jubilación, fue el diputado nacional bonaerense Gustavo Serebrinsky del bloque Concertación. El legislador es vicepresidente de la Comisión de Previsión y Seguridad Social, cabecera para emitir dictamen favorable, la que descuenta se logrará.

En cuanto a las críticas de la oposición, las descalifica por considerarlas “oportunistas” y que no refutan el real sentido de la iniciativa presidencial. Serebrinsky tiene la certeza de que la única jubilación segura es la del Estado. Una definición que el diputado amplia en el reportaje con datos concretos.

– ¿Está de acuerdo con la eliminación de las AFJP?

– Estoy de acuerdo porque tengo una vida por la defensa del sistema público de reparto. Creo que el único sistema seguro de jubilaciones es el del Estado. Para aquellos a los que les gusta mirar para otros lados, desde lo ideológico, desde lo político y desde lo social, todos los países desarrollados tienen el sistema público de jubilaciones, como España, Francia, Estados Unidos, Inglaterra… En tanto, los que tienen el sistema de AFJP son países que han experimentado con los capitales para sacar ganancias, que en ningún otro lugar podrían haber obtenido, y en algunos casos hasta usurarios con los gastos que han cobrado por administración de los recursos de nuestros trabajadores. Son países subdesarrollados o en vías de desarrollo. Cuando nos conviene, copiamos a los países centrales y cuando no nos conviene, tenemos otro discurso. Por eso, reitero, la única jubilación segura es la del Estado.

– ¿Cómo se le garantiza el pago a los jubilados con este sistema?

– Se les va a garantizar mucho más. El sistema se retroalimenta. Hay que salir de un círculo vicioso que han tenido los fondos de inversión de las AFJP, que están ligados a operaciones de créditos públicos a Nación con lo cual nos va hacer bajar en gran parte nuestra deuda pública que tiene el Estado nacional. Así tendremos disponibilidad para la inversión como han hecho otros países con los fondos y que tiene que ver con un círculo virtuoso y no vicioso. Con estos fondos se puede ayudar a las Pymes, a la construcción a mediano y largo plazo, que ayude a la inversión. Esto genera empleo, trabajo en el mercado interno y así el sistema se robustece.

– ¿La oposición no confía en esta ley que acaba de enviar el Poder Ejecutivo?

– Tengo absoluta confianza. Pese a lo que dicen algunos sectores de la oposición en forma irresponsable, este Gobierno ha sido redistribucionista de la riqueza en muchos aspectos, incluso ha sido criticado por lo sectores más conservadores de la economía argentina, pero a su vez ha sido muy cuidadoso en el manejo de las cuentas públicas. Esto es un logro que ha tenido este Gobierno.

– La oposición sostiene que la eliminación de las AFJP es un saqueo…

– Un saqueo es lo que están haciendo los grandes países centrales, me parece obsceno que gasten miles de millones de pesos para rescatar bancos que han hecho negocios financieros, cuando hay mucha gente que pasa hambre en el mundo, hay problemas de salud, de medio ambiente… Si se usara para eso esa plata, en vez de volcarla a la guerra o a salvar a los que hicieron mal los negocios financieros, a lo mejor estaríamos viviendo en un mundo mucho mejor.

Yo apuesto a que los recursos y los ahorros de los argentinos sean volcados para que podamos vivir todos un poco mejor. No me cabe duda de que con este traspaso se robustece el sistema de seguridad social y quizás vamos a tener mejores respuestas para los jubilados, pese a la crisis internacional.

– ¿Qué pasará con los once mil trabajadores de las AFJP?

– Quiero ser sincero, quiero saber donde están los once mil trabajadores, no sea cuestión que los bancos nos quieran endosar esto. De todas maneras lo dijo la presidenta Cristina de Kirchner y el titular de la ANSeS que existe un compromiso de rescatar a los trabajadores del sector. Pero ha habido un gran sobredimensionamiento del marketing del sector. Hay que acordarse cuando las AFJP ponían todas promotoras bonitas y con minifaldas que le prometían a los jubilados lo mejor, hasta que podían veranear en playas de Centroamérica… Así se vendieron las AFJP en la Argentina, como si fuese un producto de marketing la seguridad social, es decir vendieron con engaños o compulsivamente. Realmente no estoy en condiciones de dimensionar esa masa de trabajadores, que tiene que ver con la parte administrativa y trabajos de oficina, es decir con tareas en las que el Estado va a necesitar mano de obra calificada, y cuáles son los que hacían trabajos de marketing y a los que habrá que capacitar en nuevas funciones.

– ¿En qué situación quedan los trabajadores que aportaron a las AFJP?

– Estaban siendo engañados con las cuentas, porque las cuentas de capitalización que se le estaban rindiendo en estos momentos estaban hechas a valores técnicos, no a valores reales del mercado, que están muy por debajo de lo que la gente suponía que tenía ahorrado. En muchos casos se estaban comiendo los ahorros.

A los trabajadores y futuros jubilados hay que darles seguridad, decirles que se les van a respetar los aportes de acuerdo con los haberes y con la totalidad del descuento que se hace hoy de los aportes. Recordemos que en algún momento hubo algún gobierno anterior que bajó los aportes hasta un 5% a los que aportaban a las AFJP, para que tuviesen mayor liquidez o mayor poder de compra de bolsillo. Nosotros le vamos a reconocer a todos como si estuviesen aportando el 11% al promedio del mejor salario de lo que le figura en el sistema integrado de jubilación.

– La Presidenta ordenó que se forme una comisión bicameral para el seguimiento de los fondos.

– Esto me parece un avance institucional importante. Un paso hacia delante y muestra que se quiere dar seguridad, y la clara intencionalidad de la Presidenta de no sólo utilizar bien estos recursos, sino también de darle la posibilidad al Congreso de la Nación en su conjunto, representado por mayorías y las minorías y por todos los partidos políticos de que hagan un seguimiento de manejo de las cuentas de la seguridad social en la Argentina, que representa casi el 40% del Presupuesto nacional. Hay que decir que sólo un 40 a un 45% está compuesto por aportes de contribuciones y que el sistema es absolutamente solidario y que en muchos casos el sistema está nutrido por los que menos tienen. Cuando un vecino humilde va a comprar la leche o el pan, paga el IVA y está aportando a la seguridad social. Obviamente los que pagan el combustible, los cigarrillos y el esfuerzo de las provincias a través de la Coparticipación, todos están brindando recursos a la seguridad social, es decir todos estamos involucrados.

El tema de la seguridad social debe ser una cuestión de Estado y no una cuestión mediática, la debemos planificar y controlar para los próximos 15 o 20 años.

– La UCR quiere que en la comisión de seguimiento estén representados los trabajadores y los jubilados.

– Creo que una es la comisión bicameral y otra sería crear un Consejo de Seguridad Social, que es otro tema y que a lo mejor está contemplado en la Ley 24.241. Lo que quiero decir es que esta ley nunca se creó en la Argentina, pero está previsto un Consejo de Seguridad Social, donde haya representantes de los trabajadores y de los jubilados.

– En su mensaje, la Presidenta manifestó que esta ley es un cambio estructural y que hay que debatirla. ¿Cree realmente que se va a debatir a fondo esta ley en el Congreso?

– Seguramente habrá un debate a fondo, como así también habrá muchas presiones, porque hay muchos intereses creados. No se olvide de que estamos hablando de fondos de cien mil millones de pesos y 15 mil millones por año. Estamos hablando de estructuras, préstamos de contratos, fondos de fideicomisos, habrá una puja de intereses y se verá reflejado en el debate, pero no hay que tenerle miedo al debate.

– ¿Los legisladores estarán muy presionados por las AFJP?

– Nos estamos acostumbrando a que nos presionen y está bien; lo que tenemos que saber muy bien, no los legisladores sino los argentinos, es que hay intereses que seguramente van a jugar en este tema. Pero que habrá legisladores del oficialismo y muchos de la oposición que saben que son presiones por intereses creados y van a apostar a nichos de privilegios y ganar dinero fácil. No hay que olvidar que se llegó a cobrar casi el 35% de comisión por administrar la plata.

A mí no me preocupa la posición de aquellos que ideológicamente han formado parte del neoliberalismo, porque son coherentes con su ideología y yo la respeto, aunque no la comparto; pero me extraña aquellos que formando parte del campo nacional y popular ya salieron a tomar posiciones políticas intransigentes y seguramente en algunos casos profetizan, porque les conviene más ser profetas que historiadores, ya que la historia no los dejaría tan bien parados por lo que están diciendo.

– ¿La oposición pide la intangibilidad de los fondos?

– Yo no comparto. Creo que hay que realimentar el sistema productivo; lo que hay que garantizar es que no se regalen los fondos y que se invierta mal. Hay que asegurar que estos fondos sean para la seguridad social y que no vayan asignados para otro sector del Estado.

Con el beneficio de esos fondos se pueden hacer perfectamente inversiones en empresas privadas, inversiones en aquellos sectores que generen empleos, ¿sino cómo retroalimentamos el sistema? No tenemos que tener miedo en este sentido. El mundo le está sacando la plata a la gente, porqué la plata del Estado es la plata del pueblo y los grandes estados del mundo le están sacando la plata al pueblo para salvar a los bancos. Nosotros le estamos sacando la plata a los sectores financieros para dársela a nuestros jubilados y al pueblo.

– La oposición sostiene que con esta realidad hay que modificar el Presupuesto…

– Es probable que en el Senado haya una modificación, porque esto no estaba previsto cuando lo aprobamos en Diputados. Dejo en claro que esta es una cuestión a salvar con los nuevos ingresos que ingresarán en la ANSeS.

– También piden la eliminación de los superpoderes…

– Nosotros como bloque estamos presentando un proyecto con un tope de un 5% para el manejo discrecional de los fondos del Presupuesto nacional. Y que no se puedan afectar partidas de carácter social con discrecionalidad. Está claro que en la Argentina nunca se llegó en los últimos años -pese a tener atribuciones el jefe de Gabinete- a usar el 5% del Presupuesto. En el mayor de los casos ha sido del 3 al 4%.