“En la práctica la situación empeora día a día y los cambios normativos son letra muerta. En este marco la desprotección de los ciudadanos no tiene un horizonte de solución”, sostuvo el diputado del PRO Eugenio Burzaco, especialista en seguridad.
En relación a las declaraciones de Ricardo Lorenzetti, presidente de la Corte Suprema de Justicia, el diputado del PRO Eugenio Burzaco explicó que son “muchos factores los que intervienen en el nefasto fenómeno de la puerta giratoria para los delincuentes”.
“La implementación del nuevo Código Procesal Penal en la provincia de Buenos Aires a partir de 1998 significó una revolución institucional desde lo conceptual, pero la falta de planificación reglamentaria, edilicia, económica y de formación hacen que la ley termine siendo papel pintado”, dijo el diputado bonaerense y dejó en claro “la grave situación que existe en materia judicial en la Provincia”.
Según Burzaco, un ejemplo de ello fue la multiplicación de beneficiados con sistema electrónico de control (pulseras magneticas), que de un total de 300 casos 196 fueron otorgadas a acusados de delitos graves. El caso más emblemático en este sentido, lo protagonizo el autor del cuádruple homicidio de Campana.
Por otro lado, “resulta asombroso que en el siglo XXI todavía no se hayan implementado métodos efectivos para coordinar los registros de antecedentes de las distintas fuerzas policiales para consignar, administrar y compartir los datos en investigaciones judiciales”, manifiesta el legislador.
Asimismo, “la interpretación de la ley para la aplicación de beneficios como la libertad condicional, el cumplimiento en suspenso de penas, las excarcelaciones, entre otros, quedan sujetos a la discrecionalidad de los funcionarios judiciales”. Y continúa: “Así, en Junio de este año, la Cámara de Apelaciones de San Isidro liberó a 100 presos condenados por delitos graves a pesar de que tenían informes desfavorables del Servicio Penitenciario Bonaerense (SPB)”.
“Si a un Código Procesal Penal sin planificación, le sumamos la ausencia de cruce de información y la discrecionalidad de fiscales y jueces, es imposible que el sistema funcione. Los presos entran por una puerta y salen por la otra mientras los ciudadanos honestos estamos condenados a vivir desprotegidos”, concluyó Burzaco.
