Con un lacónico “los divorcios son dolorosos”, el ex gobernador Felipe Solá confirmó ante Marcelo Longobardi una decisión anticipada por Parlamentario.com días pasados y para la que sólo falta dar el último paso formal. El diputado nacional deja el kirchnerismo.

Entrevistado en C5N, Solá dijo querer sincerar la situación de su bloque y resaltó que “estoy por aquellos que no se sienten representados, por los que quieren un gobierno más comprensivo y plural tanto en lo político como en lo económico. Hay otro país esperando”.

“Me voy del Frente para la Victoria”, confirmó en un pasaje, para apuntar luego que “estamos trabajando con otros diputados, pero los divorcios son dolorosos. Apoyé este proyecto y me la jugué.”

Solá apuntó que “ya hay que pensar en los dos años que vienen, pero hay que construir muchas cosas en la Argentina de arriba para abajo. Hay once millones de pobres y cuatro millones de indigentes y ninguno de ellos se dio cuenta del crecimiento de los últimos cinco años. La sociedad está más fría y menos solidaria”.

“Hace mucho que no hablo con Cristina Kirchner y con Néstor Kirchner desde mayo o junio en pleno lío del campo. La relación está muy mal”, señaló sin que nadie pueda ponerlo en duda durante un reportaje en el que se remitió a la pelea con el campo como antecedente clave para justificar su decisión final.

Conocedor del tema, dijo que hay una enorme cantidad de soja que no se vendió y está acumulada. “No se vendió ahora porque se cayó como un piano el precio y antes no se tomó por la lucha gremial y ahora se espera que mejore el precio”, explicó, para señalar luego que “hay una evidente ruptura entre el hombre común y el que decide desde la conducción del Estado. También demuestra que los ‘muchachos’ tienen guita porque pueden aguantar y los perjudicados son los de la agroindustria. Y todo por el paro”.

Sobre el debate en torno a las AFJP dijo haber votado en contra del proyecto oficial porque “si bien la jubilación debe estar un manos del Estado, la ley es prepotente. Le decía a los que estaban en las AFJP, ustedes pasan y sus cuentas se disuelven en el Estado”.

Siempre ocurrente e irónico, graficó así los once meses que van de gestión de Cristina Fernández de Kirchner: “La liebre adelante y Cristina corriéndola desde atrás. No pudo establecer su agenda. Al principio se trasladó el poder, pero no la autoridad con Néstor Kirchner. Además, el tema del campo la desgastó, dejó herido al interior, descreída a mucha gente. El campo no se arregló y no se hizo absolutamente nada con la economía del interior”.