A lo largo de más de tres horas el titular de la cartera de Hacienda justificó las características del proyecto presentado ante la Legislatura, que tiene como punto más saliente y polémico modificaciones impositivas a las que la oposición se resiste.
En la Comisión de Presupuesto de la Legislatura porteña se celebró el primer round de la batalla por la ley de leyes, que estuvo enmarcada por fuertes contrapuntos generados en torno a la aplicación de gravámenes dispuesta por el gobierno macrista.
El ministro de Hacienda, Néstor Grindetti, justificó la decisión del gobierno en la necesidad de contar con fondos para enfrentar la crisis internacional que golpeará a la Ciudad de Buenos Aires tanto como al resto del país.
La medida incluye una suba del impuesto de Ingresos Brutos para algunas actividades y la ampliación del impuesto al sello, que fue el factor más polémico ya que alcanzará a los resúmenes de gastos con tarjetas de créditos.
Grindetti trató de morigerar la medida señalando que las nuevas disposiciones no van a afectar de manera directa al bolsillo de la gente, lo cual fue refutado con dureza desde la oposición.
Cuando desde el macrismo se justificó que la medida se aplica en otras provincias, el ex jefe de Gobierno Aníbal Ibarra repuso que la Ciudad de Buenos Aires tiene un nivel de ingresos superior al de esas provincias citadas.
Para argumentar la necesidad de aumentos, el ministro sostuvo que “el escenario más probable para el 2009 está caracterizado por una reducción drástica en los niveles de crecimiento”.
El proyecto prevé fijar en 16.980 millones de pesos los gastos corrientes y de capital del Presupuesto.
La convocatoria, celebrada en el Salón Montevideo de la Legislatura, generó tanta expectativa que alrededor de cincuenta de los sesenta legisladores que componen el Cuerpo se hicieron presentes allí.
Grindetti sostuvo que el presupuesto fue preparado con indicadores macro que, a la fecha, presentan “una marcada volatilidad”.
“No quedan dudas que la economía muestra una marcada desaceleración en las tasas de crecimiento interanuales”, advirtió el funcionario, para el cual “el escenario más probable para el 2009 está caracterizado por una reducción drástica en los niveles de crecimiento”.
El citado Aníbal Ibarra fue uno de los más activos y confrontativos durante la reunión, afirmando durante la misma “este presupuesto afecta a la clase baja y clase media porteña, pero no toca a los sectores que tienen recaudaciones fabulosas”.
Desde la otra vereda, el macrista Daniel Amoroso admitió que no resulta “para nada simpático” hablar de modificaciones presupuestarias, pero se justificó en que “la actual crisis internacional hace necesario tomar determinadas medidas para garantizar la continuidad y el cumplimiento de distintas metas, entre ellas obras públicas para todos los vecinos”.
Grindetti aseguró en pocos meses de gestión “han posibilitado el ordenamiento financiero y el establecimiento de herramientas modernas, además de la puesta en marcha de un programa de inversión”.
El proyecto que impulsa mayor presión impositiva, como la expansión del impuesto al sello a ítems como la compra de inmuebles, la adquisición de autos usados y los resúmenes de cuenta de tarjetas de crédito, fue criticado por varios sectores de la oposición. Entre las principales críticas que se escucha entre los legisladores opositores, se encuentra “lo inoportuno” de presionar sobre el consumo en función recaudadora, en medio de un panorama internacional recesivo.
