El temor a una crisis económica y la pelea entre el campo y el Gobierno confabularon para que el mercado automotor no llegase a los niveles previstos antes de comenzar el año. Alberto Príncipe, presidente de la CCA, aseguró que ante este panorama ahora se buscar “preservar los puestos de trabajo”, en consonancia con los reclamos de la central obrera y del Gobierno nacional.

– ¿Qué lectura hace del sector, a 55 días de finalizar 2008?

– Cuando a principios de año todas las instituciones del sector hacíamos nuestros pronósticos, el escenario era seguir creciendo fuerte. En la comercialización de vehículos usados, las proyecciones apuntaban a un 10% para 2008, es decir, llegar al 1.540.000 unidades, otro año de récord histórico de ventas. En cuanto al mercado de 0km, pasaba lo mismo: las proyecciones apuntaban a un techo de 650.000 unidades con un piso de 600.000 unidades. Otro récord histórico de ventas.

– ¿Qué pasó para que el castillo empezara a desmoronarse?

– Comenzó con la crisis entre el campo y el Gobierno. El campo fue uno de los sectores que más traccionó en nuestro beneficio. Y en esos tres meses que duró el conflicto, el mercado no creció. Hasta ese momento, el mercado del auto usado tenía un colchón de preventa de un 15%. Después del conflicto, el colchón se redujo a un 6% o 7%. Y ahora con esta crisis financiera mundial, ese porcentaje desapareció. Si finalizamos el año con un crecimiento del orden del 1 al 2% tenemos que estar contentos. En cuanto al 0km, el techo pasó a ser el piso. Igual, la venta anual será récord.

– ¿Cómo se sale de esto?

– Creo que tenemos que serenarnos todos los sectores. Son momentos álgidos y lo que estamos haciendo es mantener los puestos de trabajo, tratando de colaborar con el Gobierno. Pero necesitamos reglas claras de parte del Gobierno para que nos diga hacia dónde va dirigida nuestra economía; cuál es el real perjuicio que nosotros tenemos en estos momentos; cuáles son las posibilidades de repago que tenemos de nuestra deuda el año que viene y darle seguridad financiera y bancaria a los ciudadanos para que todo se recomponga lo más rápido posible. Cuando digo trabajar con responsabilidad me refiero a que no puede ser que sectores sindicales, apelando a prácticas que ya deberían haber quedado en el olvido por todo lo que ha sufrido este país, los industriales, empresarios y los comerciantes sigamos soportando amenazas cubiertas y encubiertas, para conseguir aumentos cuando realmente en el siglo que estamos viviendo, todo se resuelve mediante el diálogo.

– Suena extraño preguntar si volveremos a tener un mercado como el que tuvimos hasta hace algunos meses.

– El mercado anterior desapareció, este es un nuevo mercado, las rentabilidades anteriores no van a volver, vamos a tener que empezar a trabajar de nuevo todos para que esto se recomponga de la mejor manera posible. Tengo confianza que en un corto tiempo tengamos un mercado razonable. No se puede producir ni comercializar con miedo. Si hay miedo no se invierte; si no se invierte no se crece y si no se crece no crece el país.

– Cuando hay crisis la gente se vuelca a vienes como el auto o propiedades. Volvió el miedo a perder el trabajo y la gente paró este tipo de operaciones. ¿Cómo lo están viendo?

– Incide en esta crisis porque, primero, el ciudadano argentino está muy acostumbrado a contraerse en las crisis. Es su primera reacción natural después de tantas cosas vividas, convirtiéndose en un experto en esto. Siempre digo que hay que mirar lo que está haciendo la gente para que nos demos cuenta lo que está pasando con la economía.
La gente está absolutamente en un impasse. Cuando vuelve la confianza, la gente vuelve a invertir y quiere invertir para mantener su poder adquisitivo, y ahí suceden dos cosas: el que tiene un capital razonable compra una propiedad y aquel que no llega a comprar una propiedad vuelca su plata en la compra de un automóvil, como pasó en todas las crisis que tuvimos en el país. La gente que compró autos usados hace 3 o 4 años y lo quiere cambiar notará que mantuvo su poder adquisitivo en un 80% en valor dólar. Esto pasa habitualmente.

– Con respecto a los valores de los autos, todo está muy distorsionado. En 0km las terminales realizan bonificaciones y los concesionarios también. ¿Cómo repercute en el mercado del usado?

– Realmente el problema existe, si bien las terminales están colaborando con bonificaciones para sobrevivir en este contexto, también está poniendo parte de su rentabilidad el concesionario para que el mercado siga traccionando y poder mantener la estructura y los puestos de trabajo. El mercado del usado, indudablemente, se va a tener que readaptar a estos nuevos precios de los 0km, porque siempre para manejar la lista de precios de automóviles de autos usados, desde el joven hasta el último modelo, se parte como techo del precio que se está obteniendo en plaza de un automóvil 0km similar.

– ¿Cuánto tiempo se puede trabajar perdiendo rentabilidad?

– No mucho tiempo por el tipo de estructuras que hoy se tiene. En el 2002 habían 1.200 concesionarias, de las cuales quedaron 400 operativas. Hoy se convirtieron en 600, las cuales están manejando un volumen superior a cuando estaban las 1.200. Crecimos en volumen y nos achicamos en concesionarias.

– En la actualidad, ¿hay mucho stock de autos usados?

– El concesionario de autos usados trabaja su stock de acuerdo con su estructura. Realmente esta crisis nos sorprendió a todos. Ante esta circunstancia, debemos tomar nuestros recaudos en resguardo de nuestro negocio.

– ¿Cuánto han bajado las consultas?

– En concesionarias un 15%, mientras que agencias de usados este porcentaje llega al 30%.

– ¿Qué puede pasar en 2009?

– Creo que todos los integrantes del mercado automotriz argentino en este momento compartimos que no podemos hacer futurología. Somos optimistas, pero esperemos unos meses para poder evaluar y tener un panorama cierto de lo que pasará en el corto y largo plazo.