Arrancaron las negociaciones entre las tres fuerzas de cara a buscar coincidencias para las futuras legislativas. Hablaron de conformar una alternativa de gobierno.
Las conducciones de la Unión Cívica Radical, la Coalición Cívica y el Partido Socialista realizaron su promocionada reunión en la sede de este último y tradicional partido.
Allí, acordaron comenzar a avanzar en la búsqueda de coincidencias que permitan confluir en una alternativa de gobierno.
De lo que sí no hablaron, o mejor dicho no se permitieron hablar en público, fue de la conformación de un frente electoral a nivel nacional.
En tal sentido, se sabe que lo más probable es que los acuerdos que se establezcan sean distritales, a juicio de las autoridades locales de todos los partidos.
El diálogo fue anunciado con la imagen "de abajo hacia arriba" y en pos de construir "una alternativa de gobierno, ética, republicana y con justicia social".
Aclararon que la misma "debe madurar respetando las particularidades de cada uno de los distritos".
Estuvieron los titulares de los tres partidos: Rubén Giustiniani (PS), Gerardo Morales (UCR) y Elisa Carrió (CC), quienes dieron luego una conferencia de prensa en la que exteriorizaron las coincidencias alcanzadas y hablaron de buscar propuestas para hacer frente a la crisis internacional que amenaza a la Argentina.
En tal sentido remarcó Carrió que "este diálogo entre la oposición es un mensaje hacia la sociedad de que vamos a elevar propuestas para afrontar los dramáticos problemas que está atravesando la Nación y frente a los cuales el Gobierno no sólo tiene malas respuestas sino que agrava y acelera las consecuencias por su ineptitud".
Por su lado, Giustiniani aclaró que no estaban hablando de "la construcción de un frente electoral, sino el inicio de un diálogo fecundo con sectores que ya venían construyendo un camino conjunto. Esto no es nada nuevo ni una casualidad".
Morales, por su parte, sugirió extender las negociaciones hacia otros sectores que coincidan con el frente opositor. Sin embargo, no incluyen en estas negociaciones al PJ disidente encarnado por Felipe Solá, al que definieron como "una versión diferente del Gobierno".