La excusa fue la celebración de los 25 años de democracia. Allí, en el Centro Lalín, de la calle Moreno, compartieron una cena los líderes de la UCR, la Coalición Cívica y el Partido Socialista.

Así fue que estuvieron juntos los senadores Gerardo Morales y Rubén Giustiniani y la ex candidata presidencial Elisa Carrió, quienes volvieron a mostrarse juntos luego de los acercamientos experimentados durante las últimas semanas.

Como para demostrar que todas las rencillas del pasado parecen ya lejanas, el titular del radicalismo pasó a buscar a su correligionaria Carrió por su casa, y fue así que llegaron juntos a la cena.

Seguramente no deben haber pasado por alto en la comida las referencias hechas por el ex presidente Kirchner hacia ellos, en el acto celebrado en la casa de Gaspar Campos, donde deslizó como pregunta retórica la de qué hubiera sucedido con la Alianza gobernando en el marco de una crisis como la que ahora nos alcanza.

Lo cierto es que las palabras de Kirchner sonaron poco después de que su esposa también deslizara críticas hacia la oposición, pero dejando abierta la posibilidad de diálogo, en caso de que se dejaran de lado los agravios. Consultados al respecto, los dirigentes Morales y Carrió rechazaron el inicio de todo tipo de diálogo. Fiel a su estilo, Carrió aclaró que con el matrimonio no pensaba sentarse a charlar, y “menos con Kirchner, que es el que manda”.

A su vez, el senador Morales culpó al Gobierno nacional por agredir con los proyectos que gira al Congreso y que no sólo generan inseguridad jurídica sino impunidad”.

La cena fue organizada por el Grupo Progreso, y participaron también la diputada nacional Patricia Bullrich; los legisladores porteños Teresa de Anchorena y Enrique Olivera; y dirigentes radicales como Juan Manuel Casella; Ricardo Alfonsín; Horacio Pernasetti y Mario Losada, entre otros referentes de las tres fuerzas.