Pese a que lo desmienten con fuerza en las conversaciones en público, en la intimidad los responsables de los bloques oficialistas admiten que se avecinan cambios en la integración de las comisiones de la Cámara baja y también en el Senado, aunque en menor medida. El argumento es la nueva geografía de ubicación de los […]
Pese a que lo desmienten con fuerza en las conversaciones en público, en la intimidad los responsables de los bloques oficialistas admiten que se avecinan cambios en la integración de las comisiones de la Cámara baja y también en el Senado, aunque en menor medida.
El argumento es la nueva geografía de ubicación de los legisladores, tras el conflicto con el campo y otras leyes que coadyuvó la deserción de las filas oficiales.
Ante esta realidad, los paladares negros del kirchnerismo vienen reclamando con insistencia el desplazamiento de las presidencias de las comisiones a los disidentes. Hasta ahora, tanto Agustín Rossi como Miguel Angel Pichetto han demorado su implementación.
Las miradas están puestas en la Cámara baja en Beatriz Daher, Julio Arriaga, Jorge Villaverde y Graciela Camaño, entre otros. En el Senado, los ojos apuntan a Juan Carlos Romero, Elena Corregido, Teresita Quintela y Sonia Escudero.
“El año que viene es electoral y no tenemos que descuidar nada”, se sinceró ante Parlamentario un miembro de la mesa de conducción del FpV. “Por lo tanto, todo tiene que estar bajo control”, fue la respuesta tajante de nuestro interlocutor. Clarito el hombre.