A un año de iniciado el conflicto entre el Gobierno y el campo por las retenciones, el tema sigue desvelando a unos y otros. Lejos de morigerarse la pulseada, la crisis internacional no hizo más que agravar la situación de unos y otros y hoy la pelea sigue firme, cada vez con mayor intensidad.

La propia Presidenta aceptó en persona el desafío que le deslizaron los dirigentes agrarios en la reunión que compartieron hace dos semanas, cuando retornaron apenas por unos días las sonrisas y rostros distendidos. En esa oportunidad, Cristina Fernández aceptó que la Mesa de Enlace insista con las retenciones en el Congreso.

El tema es que la cosa va en serio y ahora preocupa al Gobierno. No de otra manera se debe interpretar la convocatoria urgente decidida por el ex presidente Néstor Kirchner, jefe de operaciones en esta pelea Gobierno-campo, para discutir el tema en Olivos.

Fuerno llamados los jefes de los bloques oficialistas de ambas cámaras, Miguel Angel Pichetto y Agustín Rossi, como así también el ministro del Interior, Florencio Randazzo -presente en todas las reuniones con el campo- y el asesor Juan Carlos “Chueco” Mazzón.

El tema recurrente fue la cuestión del campo, pero en particular se trató el anuncio de la oposición de tratar esta semana una reducción a las retenciones. El objetivo declarado del oficialismo es evitar el tratamiento del tema, que pasaría por quitarle al Ejecutivo la potestad de fijar esas alícuotas, y esta alternativa se lograría por la vía del quórum, que no piensan darle a la oposición en esta sesión especial convocada para un día a determinar entre el martes y jueves que viene.

Empero, algunas voces sugieren dar la pelea en el recinto, cuestión de hacer caer el proyecto. Podrían contar con los votos suficientes para lograrlo, pero desde hace un año el Gobierno no quiere sorpresas ni riesgos.