Una diputada cordobesa reclamó que la Defensoría del Pueblo “no puede ser un trampolín político”. Y presentó un proyecto sobre el tema.
La diputada nacional por Córdoba Griselda Baldata presentó un proyecto de ley en la Cámara de Diputados de la Nación para volver a garantizar la independencia y estricta representatividad y defensa del pueblo argentino, en lo referido a la figura del Defensor del Pueblo de la Nación.
“La ley 24.379 modificó el criterio de la creación de la Defensoría del Pueblo de 1993 (ley 24.284) que había establecido que ‘la incompatibilidad para acceder a cargos electivos subsiste durante los dos años posteriores al cese de sus funciones’. Es necesario volver a la redacción original del artículo, ya que de ninguna manera puede admitirse la utilización del cargo de Defensor del Pueblo de la Nación, ni de la estructura de la institución, recursos económicos y difusión de su tarea, para fines políticos electorales, como lo es postularse a un cargo electivo inmediatamente después de cesar en la función de Defensor”, expresó Baldata.
La diputada de la Coalición Cívica advirtió que “lamentablemente, este es el cuadro de situación con el Defensor del Pueblo actual, que estando en funciones, hace utilización de su cargo en exclusivo provecho de su postulación a un cargo electivo en la provincia de Córdoba”.
Asimismo, Baldata presentó otros fundamentos para basar su protesta, tales como la ley original 24.284, que en su artículo 7, segundo párrafo, dice: “la incompatibilidad para acceder a cargos electivos subsiste durante los dos años posteriores al cese de sus funciones”.
La dirección de correo electrónico del Defensor del Pueblo de la Nación es: [email protected]; es decir, el apellido del Defensor del Pueblo. Eso hizo notar Baldata, quien advirtió que “una institución que requiere de una imparcialidad absoluta, proporciona una pésima imagen, ciertamente poco republicana, cuando el apellido de su titular es la dirección de correo electrónico, a través de la cual, miles de personas se comunican enviando sus consultas”.
Asimismo hizo hincapié en “la confusión entre lo privado y lo público se presta a generar dudas en cuanto a la personalización de una función, que debiera ser lo más impoluta posible”.