Más de diez agrupaciones de izquierda competirán nuevamente en las próximas elecciones. De las 30 bancas en juego, estos sectores tienen pocas chances de lograr una mínima presencia legislativa.
Por César Montenegro
Una izquierda atomizada, imposibilitada de generar una alternativa, parece comenzar mediática y políticamente a disolverse nuevamente con miras a las elecciones legislativas de junio próximo.
No se vislumbra, hoy por hoy, una acción convergente de la izquierda, la que se ve impedida de aspirar a una posición más sólida, en la medida en que sus diferencias internas no sean resueltas o al menos entendidas plenamente por quienes intentan conformar un espacio en el que convivan y sean amalgamados por algunos denominadores comunes. Ello vale también para el oficialismo nacional -el kirchnerismo- que vive una carrera incontrolable de personalismos y según las encuestas -por ahora conocidas- no revelan un papel al menos digno en el distrito capitalino.
Los partidos de izquierda o “progresistas”, como le gusta decir a algunos referentes del sector, no pudo hasta ahora conformar un espacio único que concite la adhesión de los porteños. Desde la vereda de enfrente, señalan que “están condenadas a la marginalidad eterna”.
Ello parece ocurrir nuevamente en el camino hacia el próximo 28 de junio, donde inexorablemente verán menguadas sus posibilidades electorales en la medida en que el “vedettismo” sea el eje de sus acciones. Les es ajeno el viejo proverbio que alude a la sana autocrítica: “No estaremos mejor creyéndonos más de lo que somos”. Sin duda, distan mucho de asumir el mismo.
Definir hoy el camino a seguir por la izquierda hacia las legislativas porteñas es tan difícil como discernir el rol que desempeñará Néstor Kirchner en las mismas, pero a nivel nacional. Es que hasta ahora les ha resultado difícil superar las inconsistencias de los respectivos discursos y propuestas, anclados en gran medida en una realidad que se ha modificado significativamente, a veces casi sin que se den cuenta.
Cabe recordar que en 2003 fueron 38 las boletas habilitadas mientras que en 2007 se redujeron a 23, 10 de las cuales representaban a partidos de izquierda, reflejando una vez más, una asombrosa fragmentación electoral. De no mediar alguna situación excepcional, todo indica que nuevamente los comicios de junio encontrarán una izquierda desquiciada y atomizada; es lo que se vislumbra a partir de lo que comienza a asomar en la superficie de los partidos que nos ocupa en esta ocasión.
Lo que viene
Los tres espacios que se observan como concentradores de la atención de gran parte de los dos millones y medio que votarán son: el PRO, la CC y Diálogo por Buenos Aires.
Este último liderado por el ex jefe de Gobierno, Aníbal Ibarra, es de los sectores que integran la izquierda vernácula el que mayores posibilidades tiene de acrecentar su bloque en la Legislatura y para ello propone como cabeza de lista a María Elena Naddeo, a quien secundarían Miguel Grillo y Marcelo Villa.
El Partido Socialista pretende ampliar su espacio parlamentario con el regreso a la Legislatura del actual diputado nacional, Roy Cortina, el que será secundado en el intento por la actual legisladora Verónica Gómez, que finaliza su mandato el próximo 10 de diciembre.
Por el lado del MST, ubicado en cuarto lugar en los comicios del 3 de junio de 2007, llevará en los primeros lugares como candidatos a legisladores a Marcelo Parrilli, Agustín Vanella y Tomás Devoto. El Partido Obrero, por su parte, intentará bregar para lograr el ingreso al legislativo porteño de Jorge Altamira, Vanina Biasi y Marcelo Ramal.
El Movimiento al Socialismo, a su vez, tratará de mejorar su perfomance de 2007 y postulará para ello a Martín González Bayón, Alicia Szapiro y Marcelo Yunes.
Pero quien se perfila como una sorpresa para el próximo 28 de junio es el cineasta, Fernando “Pino” Solanas, quien rechazó la oferta aliancista de Aníbal Ibarra y también del kirchnerismo y se encuentra abocado a conformar su propio espacio “Proyecto Sur”, ofreciendo al electorado porteño para ser ungidas como legisladoras a la actual diputada nacional por el SI Delia Bisutti y Liliana Parada.
El Movimiento Independiente de Jubilados y Pensionados, que responde a Raúl Castells, también pondrá a consideración de la ciudadanía sus candidatos para ingresar a la Legislatura y ellos serían Horacio Lagar y Ana Raquel Melnik.
El denominado Frente de Izquierda Socialista Revolucionaria propondrá como candidato a legisladores porteños a José Castillo acompañado de Ernesto González y Roxana Sposaro; mientras la nómina del Partido de los Trabajadores Socialistas estará integrada por Carlos Artacha -candidato a vicejefe de Gobierno en las últimas elecciones- acompañado de Andrea Robles y Carlos Platkowski.
El kirchnerismo sin brújula
El Frente para la Victoria, en crisis absoluta producto del personalismo exacerbado que domina este espacio, concurriría a las elecciones en total fragmentación, a través de estructuras totalmente desarticuladas y atomizadas: por un lado competiría el sector denominado de “paladar negro” conducido por el actual diputado Juan Cabandié, quien pretende una composición verticalista respecto a Néstor Kirchner e impulsaría para encabezar la nómina a Matías Barroetaveña, Nicolás Trotta y Lucila “Pimpi” Colombo.
En tanto, el senador nacional Daniel Filmus y el banquero Carlos Heller intentan pergeñar una alternativa plural, progresista, nacional y popular, en la que converjan los “micro” espacios autoasignados al progresismo como por ejemplo el Partido Solidario (Carlos Heller), Espacio Abierto (María José Lubertino), Nueva Democracia (Gabriela Cerruti), Espacio Articulación Popular (Tito Nenna), Partido de la Concertación (Gustavo López) Partido Intransigente (Carmelo Prudente), Partido Humanista (Lía Méndez), Proyecto Popular (Gabriel Fucks), Corriente Martín Fierro (Gerardo Codina), Movimiento Evita (Juan Pablo Cusa), Iniciativa Socialista (Julio Godio) y Partido Comunista (Quique Guglielmotti). En el acto de presentación del documento de este espacio político estuvieron presentes varios funcionarios de la administración K, Mercedes Marcó del Pont (presidenta del Banco Nación), el diputado nacional Claudio Morgado, Eduardo Hecker (titular de la Comisión Nacional de Valores) y Oscar González (secretario de Relaciones Parlamentarias de la Jefatura de Gabinete), entre otros.
En tanto, otra vertiente kirchnerista ha surgido en el espacio que conduce el ex presidente. Se trata de la agrupación Peronismo Militante que, junto a la denominada Solidaridad y Liberación, se reunieron en la última semana en el restaurante El General bajo la consigna “Con Cristina y Néstor, sin dudas”.
Estanislao Graci y Susini, referente de este espacio expresaron mediante un comunicado que era imperioso conformar una alternativa electoral “que exprese sin ningún tipo de reparos el apoyo a la transformación llevada adelante desde el Gobierno nacional a partir del 2003”.
La lista de personalidades que concurrieron al lanzamiento estuvo conformada -entre otros- por el ex canciller Rafael Bielsa, el legislador porteño Sebastián Gramajo, junto con Guillermo Olivieri, secretario de Cultos de la Cancillería; Kelly Olmos, secretaria de Asuntos Municipales; Juan Pablo Schiavi; Roberto Digón; Andrés Larroque; Claudio Heredia; Horacio Masquelet; Mauricio Mazzón y Claudio Pandolfi.
Todos estos sectores tienen un denominador común y una sola consigna: vencer a Mauricio Macri en las próximas elecciones, una batalla difícil, y más aún por la histórica fragmentación de la izquierda.
